(Esta ha sido mi primera publicación con el magazine Ined21, espero que no sea la única. La acogida ha sido muy retuiteada, mencionada, compartida… en las redes sociales, así que vamos a seguir compartiendo para aprender juntos y juntas. Gracias.)
Hablamos con frecuencia de una Educación en Valores y de los Valores de la Educación pero a veces lo usamos como muletilla para una educación de calidad, sin ponernos a pensar cuáles son esos valores que de verdad debemos ir fomentando en todas esas personas que se están educando y a las cuales los mayores les servimos de referencia, por eso el mejor valor que podemos transmitir, en principio, es dar ejemplo con nuestros actos, con nuestros mensajes, con nuestros pensamientos.
Fotograma de la película: El diario de Noah
Pienso que la familia debe educar pero también la escuela y la sociedad en general, nuestro alumnado se pasa muchas horas sentado, mirando en dirección al profesorado, cuando en realidad sería mejor que estuviese acompañado por el mismo y trabajando con sus compañeros y compañeras, es una forma más colaborativa de trabajo que tiene el valor de enriquecerse con las aportaciones de las personas que nos rodean, de todas maneras tenemos que servir de ejemplo en cada una de nuestras actuaciones como docentes.
Ser acompañante en el proceso educativo implica una entereza personal del docente que exige que nuestra vida sea congruente con los mensajes que damos, no podemos ir diciendo que hay que ser justos, solidarios, democráticos… cuando nuestra práctica educativa va por otros derroteros y el alumnado ve que no somos testimonio de lo que decimos.
Fotograma de la película: El diario de Noah
Hace años leí el libro de Victoria Camps “Los Valores de la Educación” que define muy claramente cuáles son esos valores que familia, escuela y sociedad debemos transmitir y que hoy siguen estando vigentes. “Educar es, así, formar el carácter, en el sentido más extenso y total del término: formar el carácter para que se cumpla un proceso de socialización, imprescindible, y formarlo para promover un mundo más civilizado, críticos con los defectos del presente y comprometido con el proceso moral de las estructuras y actitudes sociales… y para formar el carácter no hay más remedio que inculcar unos valores” (p.11)
Nuestro alumnado tiene derecho a vivir dignamente y esto debe proporcionárselo la sociedad en la que vivimos, la sociedad del bienestar, si hay justicia habrá trabajo y nuestros niños y niñas no tendrán que padecer los escollos a los que esta maldita crisis nos está llevando. Vivir dignamente significa tener una casa en la que convivir con la familia, derecho a ser educado en una escuela pública, tener garantizada la salud y la alimentación, así de sencillo y primordial es este derecho a vivir. Desgraciadamente en estos momentos hay niños y niñas que no disfrutan de ese derecho humano y, desde todos los sectores debemos luchar para que esto se restablezca y puedan vivir con la alegría de la infancia.
Vivir la igualdad, respetando las diferencias. Todas las personas somos iguales aunque tengamos nuestras diferencias culturales. La libertad y la igualdad nos van llevando por el camino de la justicia, hacia una sociedad solidaria. En estos años es fácil encontrar centros con una gran diversidad de alumnado, con otras culturas, con otras religiones, con otras formas de ver y vivir la vida. En los centros hay que plantearse, y así lo hacen ya muchos, respetar esa diversidad. No vale integrarlos, además hay que hacer inclusión, hay que tenerlos presentes en cada una de las actividades que se planteen.
Ser libres para pensar y actuar, siempre que no ataque la propia libertad de las otras personas. Educar en libertad significa tener en cuenta las opiniones desde la más tierna infancia, consensuar unas normas que todos y todas debamos cumplir tanto en clase como en la familia. Si en la clase se habla hay que respetar al compañero o compañera, pero también en la familia debemos tener en cuenta esta norma establecida como principio general para el diálogo constructivo, ni el padre ni la madre pueden decir “eso es así, porque yo lo digo y ya no se habla más”. Está comprobado que al niño o la niña que se le razona, en principio obedece y después ese comportamiento lo va extendiendo a todos los sectores en los que esté presente su vida. “Desarrollar la creatividad, la capacidad de ser original, de “ser individuo”, desarrollar la conciencia crítica, debería ser la máxima finalidad educativa” (p.69) Hay que enseñar a ser espectadores críticos, a estar vigilantes ante las redes que nos tiende la publicidad y determinados entornos sociales.
Los y las docentes transmiten unos valores, no pueden mantenerse al margen de la moral, la educación no es solo instrucción y por tanto no es neutra, con cada una de nuestras actuaciones y explicaciones o mensajes que damos estamos desarrollando una actitud y por consecuencia vamos forjando la personalidad del alumnado. Cuando nos situamos de forma implacable ante una injusticia social estamos desarrollando valores. Si nos paramos a pensar en cada una de nuestras actuaciones como docentes veremos que no echamos balones fuera, que nos situamos y manifestamos nuestras opiniones, por tanto estamos transmitiendo valores. De igual forma pasa en la familia, el padre o la madre comentan lo mal que ven cualquiera de las injusticias de su alrededor o algo que haya pasado en la sociedad más lejana, con esas opiniones estamos formando, estamos creando un punto de vista que puede ser positivo o en algunos casos negativos.
Enseñar a vivir en la sociedad, respetando y haciéndose respetar, significa que estamos enseñando a ser responsables y a ser tolerantes. Hay que fomentar el respeto por los bienes comunes, por el medio ambiente, hay que ser solidarios y solidarias dentro de nuestra parcela de responsabilidad, entendiendo que todos y todas somos un poco corresponsables de las grandes injusticias que se dan y que, desde nuestra pequeña parcela, podemos colaborar para que vaya desapareciendo.
Educar en valores también es Educar para la Paz y esto no significa que el 30 de marzo hacemos murales y ya está, no, educar para la paz significa comprometerse con el alumnado, generar en clase un buen clima que haga entender y respetar las diferencias, hacer reflexionar sobre la violencia generada en series televisivas o en algunos deportes, criticar con fundamento la violencia generada por los poderes sociales que llevan a la injusticia de que unos son los grandes y otros son los más vulnerables… “Para conseguir esa educación para la paz es necesario:
1
Que el educador pierda el miedo a manifestar su punto de vista y a ejercer la crítica de los acontecimientos.
2
Que combata las violencias visibles y encubiertas, en los medios, los textos, etc.
3
Que ayude a tomar conciencia de las actitudes violentas.
4
Que se eduque en la tolerancia y el respeto a la diversidad.
5
Que se fomente el lenguaje, el diálogo y la argumentación, incompatibles con la violencia.” (p.131)
En conclusión para educar en valores debemos seguir unas pautas que vayan llevando al niño y la niña a forjar su propia moral, su ética, su carácter. La pedagoga y psicóloga Celia Rodríguez nos lo resume de la siguiente manera y nos propone unas pautas a seguir:
1
Educa en valores, no adoctrines: Ayúdales a construir su propia escala de valores de forma autónoma y racional. Que sean ellos mismos los que acepten los valores por propia iniciativa y entiendan los mismos.
2
Favorece un enfoque vivencial, los valores no se aprenden como los conceptos, se adquieren mediante la vivencia afectiva de los mismos.
3
Utiliza una perspectiva transversal, trata de hacer que la educación en valores esté presente en todo momento educacional, independientemente del tema, edad, disciplina, educación familiar o escolar.
4
Enséñales a ser críticos con la información que les llega desde distintos medios en especial de los medios de comunicación. Haz que reflexionen mediante preguntas.
5
Utiliza un ambiente de dialogo como base del respeto y la igualdad.
6
Propicia la ayuda mutua para fomentar la colaboración y el respeto.
7
Facilita la participación de todos, como medio para lograr la conciencia de igualdad.
8
Emplea Normas transparentes y compartidas.
9
Haz de ejemplo para ellos, es más fácil ejemplificar una buena conducta que enseñarla.
La revista Educación3.0 nos aporta 30 cortometrajes para educar en valores que pueden sernos útiles en el aula y en las familias.