La Colina de Peralías
18.01.2016

Relación familia y escuela, una comunicación necesaria

por Dolores Álvarez

(Este artículo me lo publicaron el 17/01/2016 en el Magazine INED21. Gracias)

Tradicionalmente en la escuela no se tenía en cuenta a las familias, más que para darles alguna que otra advertencia sobre el comportamiento del niño o la niña y, en la mayoría de los casos, resultaban encuentros negativos para una buena relación entre ambas partes.

Se consideraba que el maestro o la maestra tenía todo el conocimiento y las familias nada tenían que aportar al respecto, solo tenían que obedecer los consejos que la propia institución dictaba como experta en educación. En estos casos podríamos decir que expertas en instrucción, llenando de contenidos las cabezas de los niños y niñas que en un tiempo iban a olvidar. Pero así se planteaba y era aceptado por la sociedad en general.

Afortunadamente, esto ha ido cambiando a lo largo de los años y esa instrucción ha pasado a ser Educación, aunque en algunos sectores de docentes esto sigue sin cambiar, por mucho que las leyes vayan introduciendo. Podemos ver un ejemplo en la ESO que es Educación Secundaria Obligatoria y, sin embargo, hay docentes que se empeñan en decir que los niños y las niñas deben venir educados desde casa y que en los institutos solo se debe enseñar. No, señores, hay que EDUCAR y esto implica el trabajo de normas, vivencias, valores… más que la transmisión de conocimientos. De verdad,

¿Queremos que las familias entren en el ámbito educativo?

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Yo creo que no, porque si no, no se explica las distintas reacciones ante la llegada de las familias a los centros y no se explica la forma de relacionarse con lenguaje técnico ante personas que no tienen la formación educativa y docente que solo posee el profesional de la educación.

Bronfenbrenner (1990), citado por Ivelisse Ureña, M. A. en su teoría ecológica, “establece que las personas no se desarrollan por sí mismas, sino que son afectadas por todos los diferentes sistemas de los que forman parte (por ejemplo, la familia, la escuela o programa educativo, la iglesia, entre otros). Influye, además, la forma en que dichos elementos interactúan unos con otros. Por esta razón, este autor ve la interacción entre hogar y escuela como un hecho de suma importancia para el crecimiento del niño. Ante esto y la realidad existente, queda como responsabilidad de los maestros involucrar a los padres, familiares y personas de la comunidad para enriquecer el proceso educativo formal de los niños y ayudarlos a apoderarse de su papel dentro del mismo”.

Sí, como responsabilidad de los docentes, ellos son los profesionales y ellos son los que tienen que propiciar este acercamiento y no esperar a que las familias acudan o no al centro.

“Partamos de un principio de actuación: es el profesional quien debe dar el primer paso. No podemos permanecer pasivos en relación con las familias ni doblegarnos ante los fracasos que podamos haber sufrido en convocatorias de reuniones o encuentros con las madres y los padres. Necesitamos una actitud proactiva: ¿qué quieres ser, como el publicista o como el médico de familia? Mientras que el segundo espera en su consulta a que acudamos cuando tenemos un problema de salud o una consulta, el primero analiza cómo puede entrar en nuestras casas para convencernos y animarnos a consumir. Los docentes no queremos curar (aunque a veces lo hacemos) ni tampoco vender, pero sí necesitamos la actitud proactiva y la capacidad argumentativa del publicista para poder atraer a la familia y hacerla nuestra aliada.” (Fernando Trujillo en el blog de educacontic)

PARA ACERCARNOS A LAS FAMILIAS

Es conveniente abrir las entendederas docentes y aceptar que el proceso educativo del alumnado se da tanto en el ámbito escolar como en el ámbito familiar. María Acaso en su libro rEDUvolution (p.120) nos dice:

“Aceptar que la educación sucede en cualquier momento y en cualquier lugar, aceptar que el aprendizaje es un proceso expandido que no sabemos cuándo empieza y cuándo acaba, nivela los conocimientos que se producen y distribuyen fuera de las instituciones con aquellos que se producen dentro, de manera que reconocemos al estudiante como un agente productor y determinados saberes… como legitimados”.

Es conveniente conocer el pueblo o el barrio en el que esté el centro, eso nos dará pistas para entender al alumnado y para justificar algunos comportamientos y en el caso que sea posible, intentar mejorarlos.

Es conveniente hacer tutorías grupales e individuales. En las entrevistas con las familias podemos entender mejor a nuestro alumnado, ver cómo es su entorno, los problemas que hay en las casas, los hermanos y sus influencias, los trabajos en los que se desarrollan los progenitores…

Es conveniente programar jornadas de puertas abiertas en las que las familias vean nuestra forma de trabajar con el alumnado.

Es conveniente hacer jornadas de convivencia ya que en ellas veremos los comportamientos del alumnado con sus padres y madres, así podremos a lo mejor, descubrir algún comportamiento inadecuado de alguna persona.

Es conveniente crear canales de comunicación que pueden ser a través de la página Web del centro, el blog de aula, la agenda, mensajes al teléfono…  para que no haya intermediarios en los mensajes y no pueda haber malos entendidos. Zemos 98, en su libro de Educación Expandida (p.43) nos dice:

“…lo realmente esencial sigue siendo transformar la sociedad, repensar los sistemas de relación, cuestionar los paradigmas de comunicación de masas y no dejar nunca de experimentar con los formatos y metodologías que se relacionan con lo formativo”.

Es conveniente el entendimiento con las familias inmigrantes, si las hubiere, y pedir ayuda ante la diferenciación cultural y lingüística.

Es conveniente motivar hacia la participación en la AMPA y establecer un calendario de formación familiar en el que se traten los temas más relevantes de la etapa en la que estemos educando. Y aquí también debemos estar los docentes, explicando nuestras experiencias y aportando lo que podamos para que esta relación sea más efectiva.

Acercarse a las familias implica un compromiso con la comunidad educativa y, en definitiva, mejorar la calidad de la educación. Entre familia y escuela debe crearse un clima que favorezca la educación, no son departamentos estancos sino complementarios, con el objetivo de hacer crecer a las personas en formación. Pero…

¿Quién da el primer paso?

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Pienso que son los docentes los que deben facilitar ese encuentro y por tanto ellos son los que deben dar el primer paso. Lo primero que deben hacer es una presentación y después tutorías individualizadas, a parte que durante el curso puedan celebrarse otras tutorías grupales para algún acontecimiento concreto o para estudiar alguna idea o proyecto en común.

En la familia se dan los primeros pasos del aprendizaje y es importante que esta relación familia-escuela continúe cuando los niños y las niñas entran en los centros educativos donde el aprendizaje sigue su curso cada año. “Además, esta realidad no se interrumpe cuando acude a la escuela, sino que continúa existiendo, de modo que, en la familia, no solo se perfeccionan los instrumentos culturales o se incorporan nuevos conocimientos, sino que además se establecen pautas de conducta, se conforman actitudes y se transmiten valores vitales para el futuro de las niñas y los niños”. Así nos lo demuestra un estudio “Dos contextos y un solo niño” de la Universidad de Girona dirigido por Ignasi Vila.

Pero…

¿Quién enseña a los padres y las madres a ejercer sus funciones?

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Hoy, afortunadamente, los pediatras van transmitiendo muchas ideas educativas, no solo de salud, con las que los padres y las madres pueden ir formándose, porque lo que sí es cierto es que ningún niño ni ninguna niña viene al mundo con un manual de instrucciones para que sea educado adecuadamente.

En las Escuelas de Familias podemos aprender estas pautas cuando los niños y las niñas van siendo mayores. También en cada IES existe un Departamento de Orientación al que se le debe solicitar ayuda, sobre todo en la etapa de la ESO cuando pasan por momentos difíciles y nos quedamos sin recursos para su tratamiento.

Y, por supuesto, los tutores y las tutoras, los cuales tienen la obligación de compartir con las familias qué tipo de educación quieren para su hijo o hija, desarrollándose así los vínculos necesarios para que familia-escuela colaboren al igual en ese proyecto de vida educativa.

“Unas relaciones familia-escuela constructivas deben de partir de la existencia de una gran diversidad entre las familias sobre sus creencias, expectativas y concepciones educativas. Por eso, vale de poco adoptar una posición de “experto” en educación y,desde ella, etiquetar, minusvalorar y anatemizar lo que no coincide con las propias ideas. Vale más la pena colocarse en una posición de escucha y de aproximación para que desde la mutua confianza y sin recelos se puedan establecer unas buenas relaciones. De esta forma, se puede ahondar y discutir tanto sobre las prácticas que se realizan en la familia como dar a conocer lo que se hace en la escuela, lo cual sin lugar a dudas tiene un beneficio que es el niño o la niña”

Ignasi Vila

Terminando de leer el libro “La escuela contra el mundo” (El optimismo es posible) de Gregorio Luri, en el Epílogo hay “Diez consejos a los padres” que me atrevo a reproducir, es decir a hacer una remezcla ya que en ellos iré aportando mis propias experiencias  después de haber ejercido como docente durante treinta y seis años.

10 CONSEJOS A LAS FAMILIAS

1

Apoya a tu escuela.

Considera la escuela de tus hijos e hijas como tuya, no la critiques delante de ellos o ellas, acércate a hablar con el profesorado cada vez que lo necesites, pide explicaciones, entérate de lo que trabajan, participa en la AMPA, en el Consejo Escolar, en las tutorías… vive el centro educativo de tus hijos o hijas como un lugar que ayuda a la educación y facilita la labor de las familias.

2

Fija con claridad los límites de lo que pueden hacer y no tus hijos.

Establece normas que sirvan como modelos y guías de conductas. No temas a decir que NO. No amenaces con castigos que no puedan llegar a efectuarse, intenta llegar a una negociación, establece contratos para los horarios, para las tareas

3

No pretendas ser un modelo de sabiduría, sino de aprendizaje.

Si algo te preguntan y no lo sabes, no te preocupes, ayúdales a buscarlo, encuentra con ellos la satisfacción del trabajo que habéis construido entre los dos, así irás educándolos en el trabajo cooperativo y en que es más importante tener las herramientas para aprender que saber de todo.Valora el placer de superar conjuntamente una dificultad.

4

Léele a tus hijos e hijas cada día.

Es importante encontrar ese tiempo para tener un contacto familiar y hacer una tarea común. Es importante hacerlos crecer en un ambiente en el que la lectura esté presente, en el que se le dé a los libros la importancia necesaria para la educación permanente de las personas. Que la biblioteca del hogar sea un lugar importante en la casa, con estantes dedicados a ellos y como un lugar en continuo crecimiento, que no sea un adorno del mueble.

5

No te apresures a ayudarlos cuando tienen un problema con sus deberes.

Es importante que vean las dificultades, no importa el fracaso si disponemos de posibilidad de reintentar el éxito con más recursos. Permitid que se aburran ya que esta circunstancia puede llegar a ser ocasión de muchos aprendizajes. Permitid que aprendan a buscar motivos para su diversión, que haya silencios, que haya espacios en los que no tengan nada que hacer, ni ver, ni oír

6

Cuanto le puedas decir con una frase, no se lo digas con un gesto.

Háblales, razónales lo que haces y razónales el porqué de sus comportamientos. Si desde pequeños se acostumbran a escuchar razonamientos, aprenderán a razonar por ellos mismos y evitarás enojos innecesarios. No impongas nada que no esté justificado, hazlos partícipes de su propio aprendizaje.

7

No ensalces su inteligencia, sino su capacidad de trabajo.

El aprecio del esfuerzo es la higiene de la voluntad. Hagamos que se valore a las personas por su trabajo y no por su inteligencia, creemos la capacidad del trabajo en equipo como medio de aunar esfuerzos y de sumar hacia el éxito en el grupo.

8

Ayúdales a apreciar el placer de las cosas difíciles y, especialmente, el del mantenimiento de la fidelidad a la palabra dada a los otros y a uno mismo.

La confianza en las propias capacidades contribuye al éxito. No comecntes, delante de ellos, que “eso” es muy difícil, que los niños no pueden con esa materia o con algún problema o tarea determinada. Créales siempre expectativas de futuro con éxito. Anímalos a buscar en distintas fuentes del saber, a trabajar para superarlo, anímales a comprender que el tiempo pausado para aprender a comprender es garantía de éxito en el aprendizaje.

9

Hazles entender que continúa siendo imposible clavar un clavo en Internet.

El trabajo manual es importante, no todo lo podemos hacer con los medios de Internet. Anímalos a tocar un instrumento musical, aprenderán a objetivizar su esfuerzo en sus resultados y a estimar la objetividad del saber. Pon los medios para que jueguen en la calle, con sus amigos, que corran, salten, monten en bici

10

Recuerda que tuviste un hijo o hija, no un alumno o alumna.

Es importante que las familias colaboren con la escuela, pero no siempre los padres y los maestros o maestras ven las cosas de la misma forma. Los padres y madres deben ser capaces de entender sus límites y deben apoyar la tarea del profesorado, de esta forma la educación del alumnado se verá más íntegra.

Es necesario construir una comunidad que eduque, que tenga en cuenta los valores que hay que transmitir a la infancia para obtener después una sociedad más justa, más solidaria, más democrática, más inclusiva…

Francisco Mora en su libro “Neuroeducación” nos habla del “apagón emocional” que se ha relacionado en el niño o la niña por el hecho de vivir en una sociedad estresada y que puede dejar huellas en su cerebro de adulto.

Desde la arquitectura de una ciudad hasta los grupos que la forman hay que ponerse objetivos educativos que complementen esa educación de familias y escuelas, no valen las excusas sin acciones, no podemos estar echándole la culpa a los estamentos sociales si por el contrario yo no me implico en ellos.

Seguro que hay más formas de acercarse a las familias, estaría encantada con la ampliación de este artículo en las aportaciones de vuestros comentarios. Gracias.

Un saludo

Fuentes citadas

  • Bronfenbrenner “Teoría ecológica
  • Fernando Trujillo “Blog de Educacontic”
  • María Acaso “rEDUvolution”
  • Zemos98 “Educación Expandida”
  • Ignasi Vila “Dos contextos y un solo niño”
  • Gregorio Luri “La escuela contra el mundo”

 

 

 

 

 

 

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