Siguiendo el divertido meme que me manda Sofía, con la excusa de la celebración de la décima edición del ZEMOS98 y sus Encuentros Regreso Al Futuro, contaré aquí qué fue de 1998. Un año, curiosamente, bastante importante para mí. Por cierto, gracias a abrelatas por dejarme este huequito en su blog y nos vemos en el taller «¿Alguien dijo contenidos?» de ZEMOS98 10a.
1998 me pilló con 16 años. Por aquél entonces estudiaba 1º de bachillerato artístico en la Escuela de Arte de Palma de Mallorca. Antes de estar ahí había pasado por colegios de frailes y monjas… y llegar a un instituto público fue toda una revelación. No solo porque empezaría a estudiar materias que me interesaban enormemente, sino porque tuve la suerte de coincidir con unos profesores fantásticos y unos compañeros de clase entrañables. En los dos años que estudié allí, antes de ir la universidad en Barcelona, pasé por una de las etapas más bonitas de mi vida.
Como las clases eran de 8 de la mañana a 3 de la tarde, mis padres me animaron a apuntarme a clases de francés en el Instituto Luliano. También me apunté a una pequeña y humilde escuela de cine (la única que había por aquel entonces en las islas). Sa Nau, que así se llamaba, fue mi primera toma de contacto con esto del cine. Las clases eran los lunes y miércoles de 8 a 10 de la noche y los viernes se organizaba un cineforum. Fue una experiencia muy importante: allí empecé a intuir lo mejor y lo peor del oficio de cineasta. De hecho estoy convencido de que muchos mallorquines recordarán a Mike Ramón, el director de la escuela, un personaje muy especial al que recuerdo con cariño y agradecimiento, al igual que a Pere March, profesor de montaje. Como se puede intuir, yo era el peque de la escuela. Mis compañeros de curso rondaban los 25/30 años o más. Evidentemente casi nadie me tomaba en serio.
Pude participar como ayudante de producción en un cortometraje en 35 mm llamado «Magic» (1998) dirigido por Enric Andrés y protagonizado por Simón Andreu. Esa fue mi primera alta en la Seguridad Social. Lo primero que me tocó hacer en el rodaje, a las seis de la madrugada, fue llevarle los zapatos al Andreu… Ese verano también pude participar en el rodaje de dos cortometrajes en Super-8 dirigidos por Miquel Ferrer y Miquel Àngel Llompart, esta vez como ayudante de fotografía. Unas prácticas que me sirvieron de mucho.
Pero quizá lo más importante de mi paso por Sa Nau fue conocer a Juan Molinero. Nuestra pasión por Kubrick y los Beatles nos unió. Éramos los bichos raros de la clase, yo era el alumno más joven y él el más viejo (me doblaba en edad). Y digo que fue lo más importante porque él fue quien produjo años después «Noches Blancas» (2002). Juan es una de las mejores personas que he conocido. No solo fue un fantástico productor sino también un buen amigo, que sigo conservando.
Y sin salir del ámbito audiovisual, 1998 fue el año de «Ibisa», una docu-chorrada que grabé en Hi8 como diario del viaje que hicimos Toni Verd, Mateo Canals (mis dos mejores amigos de aquél entonces) y yo junto a Cande, Chuchi, Christy y Montse, todos invitados por esta última a pasar una semana de junio en Ibiza con los gastos pagados. Alucinante. Edité el vídeo en casa puesto que mis padres compraron un PC nuevo que incluía una tarjeta de edición de vídeo, la Matrox Rainbow Runner usando un software que se llamaba Ulead Media Studio (prehistórico, pero que ya dejaba hacer multipantallas). «Ibisa», modestia aparte, fue todo un éxito, entre nosotros, claro está. De hecho Toni se ha convertido en el productor de mi cortometraje «Microfísica», que rodamos en Chicago y se estrenará en breve.
La música también fue protagonista ese año. Yo continuaba los sábados con las clases de guitarra clásica que me daba Bartomeu Artigues, importante compositor por aquél entonces y todo un maestro, no solo musical sino también vital. Al mismo tiempo yo tenía una banda en la que tocaba la guitarra eléctrica, una Fender Stratocaster Tex-Mex que me compré con lo que me pagaron por ensobrar publicidad, un trabajo que me consiguió mi padre. Con la banda, en la que el ya citado Toni Verd era bajista, hicimos un par de conciertos a base de versiones que no estuvieron nada mal. 1998 fue el año en que redescubrí Radiohead (me compré todos sus discos de oferta en Andorra) y también fue el año en que Satellites, banda indie mallorquina a la que admiro profundamente, sacó su primer LP: «The Box». Un disco en el que colaboró, tocando el violín, Helena Aparicio, una chica a la que conocería dos años después y acabaría revolucionando mi vida sentimental.
Cuando salíamos de marcha (nunca he sido muy fiestero) con Toni y Mateo casi siempre acabábamos en el Café Lisboa. Un local que regentaba mi profesor de filosofía (¡!) y en el que de vez en cuando había conciertos acústicos. Pero la verdad es que nos encantaba pasar horas y horas en el Parc de la Mar, junto a la muralla y la catedral, viendo desde lo alto el puerto, hablando de la vida y las mujeres…
Y por supuesto no puedo olvidarme de citar a Nuri. Una compañera del instituto de la que me enamoré profundamente. No solo era la chica más lista y guapa de la clase, sino que también era bastante hippie. Para su edad iba de madura y los profesores la adoraban. Como era de Pollença, un alejado pueblo del norte de la isla, vivía en Palma en un piso compartido (sin sus padres). Yo estaba coladísimo, pero había un problema: tenía novio, un tipo guaperas de veintipico años… Además, Nuri, al principio, no mostró ningún interés por mí, cosa habitual en mi adolescencia. Pero no me rendí. Me corté la melena, me cambié las gafas y después de un montón de acercamientos y cortejos que duraron meses, finalmente acabamos siendo pareja (mi primera novia de verdad) ya entrado 1999. Y ese siguiente año, en el que perdí mi virginidad, fue todo para ella.
Anything es un vídeo producido en Paris, en Noviembre de 2007 y con motivo de una reflexión sobre el uso de Twitter. Coincidiendo con la próxima inclusión de la pieza en en el catálogo de Hamaca, voy a contextualizarla. La primera pregunta sé que a muchos de los que lean este post, les podrá parecer obvia. Pero lo cierto es que mucha gente sigue sin saber…¿qué es Twitter?
Twitter es una herramienta de comunicación que nos propone responder a la pregunta de ¿Qué estás haciendo? en 140 caracteres. Se construye colectivamente como muchas otras redes sociales de manera que los amigos que se suscriben a tu cuenta de Twitter ven qué estás haciendo en cada momento y de aquellos amigos a los que tú te suscribes puedes ver qué están haciendo en cada momento.
Según nos cuenta Juan Freire, la herramienta surgió como muchas otras, de forma casual:
«Twitter nació como un «daño colateral» consecuencia de las necesidades de comunicación entre un grupo de programadores embarcados en otro proyecto. Inexplicablemente para una herramienta sin una utilidad inicial aparente (calificada de frívola por muchos de sus usuarios y «no usuarios»)»
Es una herramienta que los amantes de las palabras nuevas han podido denominar como micro-blogging o nanoblogging. Mezcla conceptos que están en discusión continua en la red: intimidad, informalidad, libertad, dinamicidad, instantaneidad, interactividad, inteligencia colectiva, redes, amigos, comunicación, publicidad, marketing…y un largo etcetera.
«Me di cuenta de que ciertamente muchas veces hablamos solos”
Dice Juliana de Ciberescrituras .Twitter es una mezcla entre un blog y un chat. Hay veces que se dicen las cosas para dejarlas dichas, no tanto porque sepamos que nos estamos dirigiendo a alguien (aunque siempre intuyes que alguien te leerá, otra cosa es que reaccione a tu mensaje o que incluso te conteste, en el mejor de los casos). No obstante, Twitter tiene una función que permite dirigirle a un usuario en concreto un mensaje si escribimos @nombredeusuario al inicio de una frase, de manera que si este usuario no está en nuestra lista de contactos, podrá leer lo que le decimos como si de un mensaje privado se tratara.
Curiosamente, siendo una red social y fomentando la amistad con gente que con la que compartimos afinidades, Twitter posee una curiosa gestión de “los amigos de tus amigos”. Pongamos por caso que un “amigo a” tiene en su lista de contactos a un “amigo b”. Si yo tengo en mi lista de contactos al “amigo a” pero no a su “amigo b”, todo aquello que el primero le dirija al segundo al inicio de una frase con su correspondiente nombre de usuario (@amigoB) nunca podré leerlo en los mensajes que llegan a mi Twitter. Así pues, en Twitter, los amigos de tus amigos…no son tus amigos (solo cuando son citados en medio de una frase y no al inicio podemos ver aquellos de los amigos de nuestros amigos a los que no estamos suscritos). actualizado el 13/03/08: adjunto imagen que demuestra que yo no estaba en lo correcto: los amigos de tus amigos SÍ pueden ser tus amigos, simplemente hay que activar esa opción en el Twitter.
Twitter recibe críticas por parte de algunos sectores, similares a las que se han hecho habitualmente de la blogosfera: ¿qué necesidad tienen los demás de estar sabiendo qué estamos haciendo en cada momento? ¿acaso es interesante saber si un profesor en biotecnología se está haciendo una pizza a las 12 de la noche? Enrique Dans dice al respecto que nada obliga a convertir Twitter en una herramienta de desnudismo digital:
“Si quieres contar trivialidades, las cuentas. Si no, las omites.”. Incluso permite no hacer públicas tus actualizaciones y que solo quienes tú quieras puedan acceder a ellas.
Pero hay algo en Twitter…adictivo. Citando de nuevo a Juan Freire,
«Podríamos considerarlo como una herramienta low tech de realidad aumentada, dado que permite ampliar nuestro comportamiento analógico cotidiano a Internet de un modo sencillo…”
Al fin y al cabo, hacemos lo mismo que día a día: charlar, charlar y charlar sin un objetivo concreto que el mismo propio de charlar: sentirnos parte de un entorno social y comunicativo.
Twitter responde además al tipo de comunicación que parece estar imponiéndose: móvil. Permite sincronizarlo con cualquier dispositivo como móviles, PDAs, Blackberrys, etc. De manera que podemos estar en movimiento y fijar nuestra ubicación públicamente avisando a nuestros contactos de ello. Esto abre todo un campo de posibilidades desde el punto de vista comunicativo. De hecho, Twitter tiene además de usos personales, usos profesionales: sirve como herramienta de actualización de titulares para los periódicos (ver el ejemplo de ELPAIS), sirve como newsletter en versión reducida para empresas o colectivos de personas, sirva para avisar de nuevas actualizaciones de un blog, sirve para seguir conferencias, como diario de viaje. En definitiva, el formato se presta para arriesgar y proponer nuevas formas narrativas (estoy seguro de que ya hay novelas escribiéndose en Twitter).
Y en todo este contexto, surge Anything.
Anything no pretende ser mucho más que una reflexión sobre el uso que hacemos de Twitter. Nos propone una repetición de acciones aparentemente sin sentido en un espacio privado y cotidiano. Cada acción se repite dos veces sin que haya cortes en la edición: descolgar un secador de pared, abrir y cerrar un grifo de lavamanos, meter un vaso dentro de otro, abrir y cerrar un grifo de ducha, abrir y cerrar una puerta de ducha, descolgar y colgar un teléfono…escribir algo en twitter. Nuestra vida está formada de muchos algos, que fuera de contexto son absurdos. Pero puestos en contexto son eso, trozos de comunicación, trozos de vida.
En nuestro programa de radio, cada semana contamos con la colaboración de Juanlu en La pregunta de la semana. La semana pasada, por motivos técnicos, no pudo estar con nosotros en el aire. Pero en realidad da lo mismo porque cada semana estamos discutiendo / removiendo / proponiendo temas de debate acerca de cuestiones relacionadas con la cultura digital-audiovisual-vital. Y esta semana, a colación del impulso relacionado con «el país llamado a», nos preguntábamos: ¿Cómo imaginas una sociedad basada únicamente en Internet?
En la entrevista a Agustín Antúnez Corrales, una de las cosas que más me llama la atención es la crítica al sistema occidental de vida:
En occidente nos tiramos hasta 25 años de nuestra vida para «aprender» a vivir la vida, pero casi sin vivirla; es decir, encerrados entre cuatro paredes miles de horas (precisamente en la época de nuestra vida en que estamos más despiertos y con más ganas de vivir). ¿Cómo aprendíamos antes? ¿Cómo aprenden las comunidades indígenas? ¿Cómo aprenden las demás especies? Pues VIVIENDO LA VIDA así, directamente.
Mi abuela siempre me decía «no entiendo porqué ahora la gente necesita tantos psicólogos…antes había problemas mucho más graves y no eran necesarios«. Gobernados por psicólogos del marketing, atados a costumbres digitales, seres humanos esquivos que rehuirían a la luz, solo en busca de un oscuro chat, un twitt o un la nueva majadería digital: sin teatro, sin manifestaciones, sin jolgorio colectivo. Sin sexo, sin herramientas analógicas, sin lapices. Así sería una sociedad basada únicamente en Internet.
Vale, es broma. No me va el rollo apocalíptico. Pero…¿se puede aprender Teatro por Internet?
Hace poco conocíamos a través de Indymedia una iniciativa de peculiar nombre pero de profundo mensaje: EXA-MIERDA. Su autor es Agustín Antúnez Corrales, Profesor Titular de Biología Animal en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga, al que escribimos una entrevista por email y de la que extraigo sus principales aportaciones.
1 . ¿en qué consiste la iniciativa exa-mierda?)
EXA-Mierda es una invitación provocadora a reflexionar, profunda y radicalmente sobre el sistema dominante de enseñanza-aprendizaje en lasuniversidades (y otros centros educativos).
Bueno, llevamos varios años, personalmente y en distintos grupos, ensayando y estudiando la diversidad de formas de aprender. En lo que se denomina «educación alternativa» nunca verás un aula «militarizada» ni la evaluación mediante duros exámenes. Ni copiar apuntes como un «descosío». La gente se sienta en círculo, se hacen dinámicas y juegos de confianza, para sintonizar unos alumnos/as con otros/as, se trabaja en grupos, se aprende fácilmente a participar, y la gente participa, al mismo tiempo que aprende y enseña lo que sabe compartiéndolo abiertamente con los demás, sin miedo y con ilusión y alegría por aprender de esa manera tan lógica y natural (sin autoritarismo). Personalmente, en la asignatura de Biodiversidad y Conservación Animal de la UMA, he tenido la oportunidad de comprobar la aportación del alumnado cuando no se ven forzados por el sistema tradicional. Yo coordinaba la mitad de la asignatura, y me permitía consignar, de antemano, la nota máxima a cada alumno/a. El resultado era una creatividad extraordinaria en sus trabajos, en los que aportaban mucho más que meros conocimientos aislados o enlatados.
El planteamiento surgió del hecho de tratarse de una asignatura «especial» y novedosa en el sentido de que su objetivo es formarse y concienciarse sobre los problemas globales a los que nos enfrentamos a escala planetaria, y que afectan a muchas especies y, entre ellas a la especie humana. (como se indica en nuestra denuncia, la situación «peculiar» actual de Málaga y el Estado Español, son muy significativas y constituyen un pretexto muy real y cercano para hacer hincapié, desde Málaga, en ¡EXA-Mierda!)
Tengamos en cuenta que lo único necesario para salir del bache en el que se encuentra la humanidad es un poco de imaginación y creatividad. Si esta imaginación y creatividad no se estimula en las clases, porque las actividades de aprendizaje se basan en la repetición, en el miedo, en el inmovilismo, en el exceso de teoría, etc… los resultados son evidentemente muy distintos. Curiosamente, donde sí se trabaja la creatividad expresamente es en la publicidad comercial, y así nos va.
¡EXA-Mierda! no sólo se refiere a los exámenes, aunque estos sean su símbolo más llamativo. El fracaso de las universidades (en general) en responder a las necesidades actuales más perentorias de la humanidad está descrito por muchos sitios. Nosotros lo que hemos hecho es concretar varios aspectos concretos que superar para conseguir ese añorado cambio: 1) los exámenes convencionales 2) la disposición de los alumnos/as en el aula y 3) el copiar apuntes «como un descosío».
(…)
Para nosotros es como la culminación de la Simbiodiversidad. La Simbiodiversidad trata de romper la barrera perceptual entre los humanos y la naturaleza (ciencias y letras) en la carrera de Biologíay Ambientales. Y ¡EXA-Mierda! trata de relacionar la violencia estructural que se da en las aulas (por todas las causas comentadas) con la violencia contra la naturaleza que vemos en intensidadcreciente a nuestro alrededor.
2. ¿el examen es la causa o la consecuencia de un problema mayor relacionado con la educación?
El examen es el rito más significativo del capitalismo. Capitalismo viene de cabeza. Al estrujar el cerebro cada vez de más gente, a base de aprender a la fuerza, tanto conocimiento enlatado (teórico), nos encontramos una sociedad poblada de «analfabetos funcionales». El resultado, en principio, parece sorprendente: en el mundo hay millones y millones de personas alfabetizadas y universitarias. Y a pesar de eso, aguantamos estoicamente cada día un mayor número de injusticias por parte de quienes nos gobiernan. Los problemas en el mundo no paran de crecer, al mismo tiempo que la población universitaria y culta. ¿No es eso una contradicción flagrante? Y más si tenemos en cuenta la enorme acumulación de conocimiento científico de todo tipo que la humanidad ha hecho sobre todo en estas últimas décadas.
¿Sabéis por qué hubo una revolución anarquista en el Estado Español en 1936? Pues precisamente porque el 40 % de los anarquistas eran «analfabetos/as». Dicho de otra manera: no estaban tan contaminados mentalmente como nosotros/as; sabían muy bien lo que no querían y lucharon de corazón, y sin prejuicios construyendo comunidades autogestionadas que eran la envidia de muchos visitantes extranjeros de la época.
Pues ese es «el problema». Todas las revoluciones son «analfabetas». Para la actual revolución en ciernes, debemos desprendernos («desaprender») de tanta tontería superflua que nos han tratado de meter a muchos niveles. Nos han tratado de construir como seres cada vez más abstractos que perciben (viven en) un mundo cada vez más abstracto. Yo puedo escribir aquí la palabra VIDA, pero aqui no hay ninguna célula viva, sino algo muy distinto: sólo unos signos (muy alineaditos) que representan lo que es la VIDA. Nuestro conocimiento es cada vez más teórico y alejado de la realidad. Y aquí, no solo la educación, sino sobre todo los medios de masas tienen mucho que ver.
Somos seres vivos capaces de percibir y procesar una cantidad de información extraordinaria (4 mil millones de bits por segundo) a través de nuestros sentidos. Mientras más nos estrujamos el cerebro, menos atendemos a la función básica del cerebro, que es precisamente el captar y procesar toda esa maravillosa información ¡gratuita! canalizada a través de los sentidos.
Y aquí la palabra «CONTENTO» resulta fundamental. Contento viene de «CONSENSO». Consenso es sentir CON. Un ser vivo, un ser humano, es un organismo en conexión sensorial (consenso) permanente con todo lo que le rodea en cada momento. Y tu actuar, tu supervivencia, va a dependerdirectamente de estar con los sentidos abiertos en ese consenso permanente. Si estás de ánimo chungo, por ejemplo por culpa de un examen, no estás contento. Lo que se traduce en una disminución de tu capacidad de percepción y de acción, en todos los sentidos, y por tanto de tu supervivencia. Esa es la función de las endorfinas. Mantenerte a-tento CON todo, alerta.
Por tanto, en educación, la única evaluación deseable debería ser el estar o no contento. Si alguien en un momento dado, en la clase, no está contento (sin consenso), tendría derecho a decirlo y a cambiar libremente de actividad. Porque sin disfrute no hay aprendizaje del bueno. Sin disfrute el aprendizaje disminuye en relación proporcional al grado de disminución del disfrute.
(…)
3- ¿qué sistema de evaluación propones como alternativa al examen?
Durante casi cuatro mil millones de años de vida en la Tierra, la única evaluación existente ha sido el vivir y convivir de la propia VIDA. Y ahora llegamos nosotros, los occidentales, en el último siglo para acá, y pretendemos convencer a todo el mundo de que la mejor forma de adquirir el conocimiento es a base del estrés examinatorio. En occidente nos tiramos hasta 25 años de nuestra vida para «aprender» a vivir la vida, pero casi sin vivirla; es decir, encerrados entre cuatro paredes miles de horas (precisamente en la época de nuestra vida en que estamos más despiertos y con más ganas de vivir).
¿Cómo aprendíamos antes? ¿Cómo aprenden las comunidades indígenas? ¿Cómo aprenden las demás especies? Pues VIVIENDO LA VIDA así, directamente. Te vas a Tanger, por ejemplo, y ves a los chavales aprendiendo en la zapatería del padre compartiendo con el padre directamente todas sus actividades. Es un aprendizaje directo, totalmente práctico, día a día, sin exámenes. Una evaluación continua que se llama vivir y con-vivir. Y curiosamente eso lo seguimos proponiendo los occidentales ahora, que resulta que tenemos un arsenal muy rico de tecnologías de todo tipo para el aprendizaje.
Imaginaos discutir cualquier tema, a través de internet, desde el aula, con personas de la otra punta del planeta. Imaginaos traer a la clase personas que os cuenten y compartan sus propias experiencias, aunque no sean doctores ni profesores (con título). Imaginaos convidar a la clase a personas de otros países y culturas que, curiosamente, ahora llenan «nuestras» propias ciudades. Imaginad que cada día viene una persona diferente a compartir la clase con vosotros/as. Imaginad aprender en clase a tocar una serie de ritmos de tambor y relacionar la experiencia con las asignaturas de ese curso (Ya se da). Imaginad que no haya una sola clase que empiece sin haber hecho antes juegos cooperativos y de confianza. Imaginad que en clase de biología por ejemplo la gente se trae todos los animales, o plantas, o especias que pueda de sus casas. Imaginaros un día en que el 90 % de las clases se den al exterior (porque tenemos un clima envidiable) (UMA-Sol: la Universidad de la Costa del Sol). Imaginaos danzar en círculo en un aula o fuera, por ejemplo en los Baños del Carmen. Imaginad que un día (o muchos) damos las clases desnudos/as. ¡SÍ, EN PELOTA! ¡Por qué no? Somos personas adultas conscientes de que esa moda de vestirse cada día del año fue una moda impuesta por culturas de más al norte donde buena parte del año es «preferible» abrigarse. (Curiosamente fue en esos países de más al norte, más fríos, donde se impuso la disciplina (la «madre» del examen) como un condicionante climático, dado que el frío allí se convierte en un factor limitante de gran importancia tanto por la temperatura en sí como por los alimentos y los recursos energéticos necesarios). Estar desnudos/as, incrementa muy significativamente nuestras capacidades sensoriales, ese estar CON-TENTO (consenso) con todo nuestro alrededor, ya que nuestro cuerpo esta superpoblado de receptores de todo tipo, que al estar permanentemente vestidos están, por primera vez en miles de años, desaprovechados.
Imaginar es indispensable para la supervivencia (vivir super). Es un recurso infinito (la imaginación es infinita) y para echarla a andar lo único que se requieren son endorfinas. Imaginar te permite sortear esos cortocircuitos neuronales que son nuestros «comecocos» y aprehender con-scientemente (en consenso) toda esa miríada de sensaciones (estímulos) que nos llegan cada segundo desde fuera.Recordemos, finalmente, que somos herederos/as del cristianismo, cultura antiendorfínica y sufridora y por tanto poco imaginativa.
(…)
Esa es la revolución de la Simbiodiversidad.Una pequeña muestra (no apta para cardíacos):http://nyc.indymedia.org/es/2008/01…
Hoy estaba revisando mi antiguo blog y comprobando que me equivoqué. Me trasladé aquí pensando que iba a ser más textual y reflexivo -me cito textualmente- y allí iba a poner más vídeos. Hay varias razones externas para considerar porqué he bajado mi ritmo de publicación desde aquel entonces. Entre otras cosas, nos mudamos de oficina, me mudé de piso porque el anterior se quemó, mucho trabajo…
Pero hay razones internas. La principal es que muchas veces no sé de qué contenidos me gustaría llenar el blog. Me hago demasiadas preguntas y le doy demasiadas vueltas. Porque tampoco tengo tiempo como para desarrollar interesantes artículos de opinión. Ni estoy siempre lo suficientemente inspirado como escribir relatos. O simplemente me parece que es demasiado pobre dejar un enlace a un vídeo en el que me diréis: «si tío, ya lo vi la semana pasada«. Supongo que la red es una trituradora de realidad en la que mañana ya es tarde.
Y solo a veces, de rebote, me encuentro con algunas cosas que me gustan tanto como para decir: ¡esto es un contenido ideal para el blog! Hoy pensaba ilustrarlo con una reflexión sobre teatro, vídeo, performance, realidad, ficción…pero he pensado que era mejor contar cuál es mi estado de ánimo con respecto al blog y dejaros directamente con el vídeo:
Más sobre ellos en http://www.improveverywhere.com. Su creador: Charlie Todd.
Siguiendo con una saga de post dedicados a uno de nuestros ámbitos de trabajo, la gestión cultural, os presento un texto que escribí(mos) como ZEMOS98 para la revista de GECA. GECA es el acrónimo de La Asociación de Gestores Culturales de Andalucía y edita una revista mensualmente donde trata asuntos relativos a las cuestiones que afectan al sector cultural andaluz.
Los 10 mandamientos de Hestora
Moisés tenía algunos hermanos. Entre ellos se encuentraba Hestora. La historia sobre la mitología cristiana ha sido bastante cruel con ella, porque lo cierto es que realmente Moisés copió su idea de los 10 mandamientos de ésta.
Hestora era considerada una chica muy rara. Solía ser bastante crítica con las cuestiones dogmáticas planteadas por sus hermanos. Le gustaba leer, escribir, ver obras de teatro…a pesar del machismo imperante en la sociedad que vivía, fue capaz de montar un negocio de gestión cultural y dirigirlo ella misma. Era una convencida de la palabra, la reflexión y el pensamiento. A través de su empresa, llegó a plantear incluso sustituir el Portal de Belén por un Portal de la Cultura.
Moisés, quizás un poco celoso de que su hermana pequeña triunfara en sus actividades, decidió un día rebuscar entre los papeles de ésta y así fue como encontró el diario personal en el que Hestora esbozaba los “10 mandamientos del gestor cultural”. Moisés se arrepintió y se lo contó. Ésta le dijo que no se preocupara y que podía remezclar la idea si quería…y así hizo éste (es bien sabido por todos que los 10 mandamientos de Moisés poco tienen que ver con la gestión cultural, ¿no?).
Los 10 mandamientos del gestor cultural
1. Crearás. La creación no es exclusiva de los seres divinos. Crea tus propios esquemas, tus propios mandamientos y haz que éstos te sirvan de guía. Debes saber siempre hacia donde te diriges o si no serán otros quienes lo hagan.
2. No temerás la competencia. La competencia te exige ser mejor, te obliga a aprender cosas que no sabes y en muchas ocasiones temerla es una torpeza, puesto que a más competencia, más mercado y a más mercado, más posibilidades de trabajo para ti.
3. Te dejarás asesorar. Sabes de todo pues casi todo lo has visto, pero no todo sabes hacerlo. Si consigues rodearte de profesionales especializados, dejate asesorar por éstos y no intentes intervenir siempre en todo.
4. Asesorarás. Recíprocamente, tendrás que exigir que se respete tu criterio de especialista en gestión cultural. Tu campo de trabajo es un ente lo suficientemente abierto e indefinido como para cualquiera con unos pocos conocimientos o con el poder de saberse propietario e impulsor económico de un proyecto, opine deliberadamente sobre cómo cree que deben hacerse las cosas. Aplica tu experiencia, aplica tu criterio, tú eres el especialista.
5. No dejarás de moverte. Investiga, conoce, intercambia. Sólo si viajas, si compartes, si revisas tu punto de vista, podrás llegar a tener un conocimiento más amplio y rico de tu práctica laboral.
6. Trabajarás en red. Necesitas de la inteligencia colectiva para poder acceder a nuevos terrenos inexplorados en tu camino. Amigos, colaboradores, agentes externos…mantén el contacto y cuida la comunicación con quienes elijas para rodearte, en ellos habrá muchas de las respuestas que no encuentres en ti mismo.
7. Errarás y aprenderás. Errar forma parte de tu trabajo. Y aprender de los errores no es una simple taxonomía. Debe convertirse en el eje de tus prácticas y la base de tu evolución: ser autocrítico es indispensable para gestionar cultura.
8. Dormirás y desayunarás. Tu vida y tus pensamientos están en tu trabajo. Pero debes conseguir mantener una porción dedicada a los placeres esenciales de la vida. Porque si la gestión cultural llega a conquistar todas las parcelas de tu tiempo…serás peor gestor. Disfrutar de la vida no es incompatible con ser cada vez mejor profesional.
9. Te dispersarás. Uno de los principios activos de la creación es el caos. No pretendas tenerlo todo siempre atado. Si no dejas lugar a la dispersión, vivirás obsesionado en búsqueda de un orden perfecto de las cosas que no existe. El desorden puede ayudarte a veces a ser más creativo si es aplicado con inteligencia.
10. Recrearás. Todos estos preceptos y todos los que crees deben estar sujetos no solo a la autocrítica sino a la revisión y sobre todo, re-producción de los mismos. Recrea, como base de la mejora de tus técnicas, tus ideas y tus principios.
Hestora, sorprendida con el éxito de los mandamientos de su hermano, decidió no publicar los suyos. Solamente lo compartió oralmente con su red de colaboradores mientras les insistía a cada uno de ellos que en vez de copiar lo que ella decía, simplemente crearan su propia guía.
El 14 de Junio de 1998, a las 21:23 horas en la ciudad de Utah, un hombre llamado Miguel presenciaba el sexto partido de las finales de la NBA entre los Utah Jazz y los Chicago Bulls. Miguel trabajaba en una empresa de Gestión Cultural y últimamente estaba algo apesadumbrado porque no conseguía dar con la fórmula para que su pequeña empresa funcionara mejor. Pensó que si se iba a la cancha a animar a su equipo para que éstos empataran la eliminatoria con los Bulls a 3, quizás conseguiría desconectar de esa realidad que parecía acosarle noche tras noche y que no le estaba dejando siquiera descansar.
Miguel era de una familia de clase media. En su empresa tenía la suerte de trabajar con 3 amigos y socios, además de contar con una plantilla de 4 trabajadores. Las cosas no les iban mal, pero habían llegado a un punto en el que necesitaban organizarse de otra manera. “¡Que tiempos aquellos del desorden y el caos universitario!”, exclamaba para sí mismo Miguel, que había visto como su negocio había cuadriplicado la cantidad de facturación anual en menos de tres años.
Miguel no era un hombre especialmente pesimista, de hecho cuando se gastó 50 dólares en la entrada del partido de su equipo, confiaba plenamente en que si Byron Russel hacía una buena defensa sobre Jordan y si Malone y Stockton estaban inspirados, nada podría impedir que igualaran la eliminatoria y soñaran con vengar el resultado del año anterior, en el que Chicago había conseguido su quinto anillo en 7 años.
Era curioso cómo Miguel relacionaba sus teorías con respecto al deporte en el ámbito de la empresa. Tras una de las innumerables e inconclusas reuniones en los que trataba con sus socios la cuestión de la organización, de los departamentos, de la comercialización y los planes de viabilidad… decidió escribirles una carta a sus compañeros.
El Quintento titular y la Gestión Cultural, se titulaba su carta. En ella exponía su tesis, sincera y profundamente meditada, de que un equipo necesita un líder, y no por ello deja de ser equipo. Explicaba cómo además existen diferentes líderes: el entrenador es el líder en estrategia, el base es el líder de la distribución del balón, el escolta y los aleros son los líderes en anotación y el pivot es el líder en rebotes. Además, no hay equipo sin banquillo y lo que es mejor, salvo el entrenador y el cuerpo técnico, los jugadores, quienes se baten el cobre partido tras partido, pueden jugar en otros puestos y quizás esa sea la base de un buen equipo, liderazgos distribuidos, profundidad de banquillo, versatilidad, organización, objetivos comunes y ganas de ganar.
Pero para Miguel ninguna de estas premisas invalidaba la necesidad de que un equipo tenga un líder, un referente sobre el que han de girar el resto de elementos. Alguien que pueda estar en todo aunque a veces no esté en nada, alguien con la capacidad de gestionar grandes volúmenes de trabajo, alguien capaz de delegar, capaz de ser líder cuando hace falta y de ser uno más cuando las circunstancias del partido así lo requieren. Miguel no dejaba de escuchar en su cabeza una realidad rotunda que le había comentado uno de sus asesores: “las organizaciones horizontales son las más avanzadas, pero las más estresantes”.
Además empezaba a estar convencido de la teoría que exponía en su carta. Pensaba en formas de explicársele a sus compañeros y no era capaz del todo. A fin de cuentas, lo que iba a proponer era que uno de ellos se convirtiera en ese “líder” y no estaba pensando en él mismo precisamente…
A esas mismas 21:23 horas, a falta de 40 segundos para el final del partido, Chicago iba 86-83 abajo. Tras un tiempo muerto pedido por el entrenador de los Bulls, Jordan anotó una bandeja ante varios defensores de los Jazz, colocando al equipo un punto abajo (86-85). En la nueva posesión de Utah, Malone estaba situado en el poste bajo, defendido por Rodman. Tras recibir Malone el balón, Jordan llegó por detrás, le robó el balón y calmó la posesión subiendo la pelota. Frenó el ataque sobre la línea de tres, sobre la defensa de Bryon Russell.
Tras unos instantes botando pausadamente el balón, Jordan se dispuso a atacar la canasta de Utah, rápidamente perseguido por Russell, quitándoselo de encima con una finta que le mandó unos metros para atrás y resbalándose. Jordan, sin defensa alguna, se levantó por los aires, lanzó y… destrozó todas las teorías sobre los equipos y la organización que tenía Miguel.
La última canasta de Michael Jordan con los Chicago Bulls. Su última ofensa a las leyes de la gravedad y de la lógica dentro de un cancha de baloncesto. El Delta Center en silencio. Y Miguel también.
Mientras su tocayo levantaba los dedos en señal de victoria y era abrazado por el resto de sus compañeros, pisoteando las ilusiones de los aficionados de Utah, Miguel pensaba:
“Bueno… necesitamos un líder, pero ninguno es Michael Jordan, ¿no?”
Rubén ha lanzado un un meme con la pregunta de ¿Donde estabas en 1998? ¿Dónde estaba yo? ¿Qué cosas hacía entonces? ¿Quién me envía? He aquí una respuesta.
1998 fue un año confuso en la vida de Felipe.
Felipe desayunaba gofio cada mañana e iba al instituto convencido de que algún día conseguiría que Yaiza aceptara una invitación para ir al cine. Le encantaba hablar con ella, pero no tenía claro si era una amiga o podría ser algo más. Escuchaba cassettes donde en los que había grabado música directamente de la radio. Acababa de descubrir fatboy slim -y con ello lo que eso supuso luego, una larga cola de grupos de big beat, toda una consecuencia lógica de haber escuchado desde tan pequeño tantos recopilatorios de Máquina Total; por supuesto, anunciado en TV-. Pero lo que realmente le gustaba era la música negra. Más de una vez intentó ir al Soultrain, pero estaba demasiado distante y no tenía muchos amigos con carnet (aunque Jesús hubiera cogido el coche de sus padres sin permiso y hubiera hecho de Raikonnen alguna vez…). Fantaseaba con vestirse como Jay-Z pero luego acababa comprando los pantalones cortos a cuadros del Alcampo.
Felipe desayunaba cada día croissant de jamón york y queso que hacían en el Benito Pérez Armas. Su precio era de 300 ptas. Le gustaban las matemáticas, la economía, Filosofía y por supuesto: Educación Física. Su impecable, y hasta cierto punto empollón historial académico, se vio manchado con un incidente en el que se rebeló contra la repipi profesora de Historia Contemporánea en el que fue injustamente expulsado de clase. Después de aquello inició un movimiento estudiantil cuyo titulo fue HCHC (Hasta los Cojones de Historia Contemporánea). Felipe no era especialmente popular, sobre todo después de participar el varios recitales de Alberti durante los recreos. Pero se hacía respetar en la cancha de fútbol sala ante los capos del instituto.
Felipe entrenaba y jugaba en la Unión Deportiva Campana. Atrás quedaron los tiempos del balonmano en los que fue dos años consecutivamente máximo goleador de a liga de Tenerife. Ahí conoció al que hoy sigue siendo uno de sus mejores amigos: Quique, alias «el negro». Con él, que ya estudiaba Enfermería, tenía muchas conversaciones sobre el futuro y sobre la universidad. Felipe estaba decidido a sacarse el carnet de conducir y a estudiar Administración y Dirección de Empresas. El objetivo era claro: emprender algún negocio.
Pero Felipe asistió a una jornada informativa de la Facultad de Empresariales en la que quedó tremendamente desilusionado: presentaban la universidad como un lugar donde competir, donde ser mejor que el de al lado. ¿No era la universidad un lugar para aprender y conocer gente? Así fue como tras haber pasado la PAU (antigua selectividad) Felipe se encontraba en una profunda crisis.
Y como en toda crisis, afloró la verdadera esencia del ser. Felipe recibió una llamada de su hermano Paco (posteriormente convertido en radarq.net), que por aquel entonces vivía y estudiaba Arquitectura en Sevilla. Le hizo recordar aquellos programas de radio que autoeditaba Felipe en un viejo cassette, en los que interpretaba varios personajes a la vez en una especie de Carrusel Deportivo cuya historia se basaba a su vez en la interacción con la marcha de su equipo en un arcade deportivo mítico: el Sensible Soccer. Felipe pensó que quería hacer algo creativo. Pensó en publicidad. Su madre propuso mirar en la recién instalada conexión a Internet para buscar información. Su padre, manos a la obra, encontró los planes de estudio de Periodismo, Publicidad y Comunicación Audiovisual de la Universitat Autónoma de Barcelona. Felipe los leyó. Le gusto uno de ellos y en Tenerife no se estudiaba.
¿Lo siguiente?
Con estos pelos y a estudiar Comunicación Audiovisual a Sevilla. ZEMOS98. Y hasta aquí.
Le paso esta meme a
Tíscar
Juan Luis Sánchez
Juan Luis Polo
Hector Milla
Julen
Y por último y regresando al futuro de nuevo…¿quieres formar parte de los 100?
Dadas las fechas, se me ha ocurrido que era oportuno sustituir el habitual «Padre nuestro que estás en los cielos» por algo que vaya más con esta época que nos ha tocado vivir de enjutos, p2p, remezclas y demás. Esta oración también queda recogida en el libro colectivo «Los piratas son los padres» de EXGAE
Y la oración reza así:
Madre nuestra que estás en la red
sindicable sea tu web
vengan a nosotros tus posts
hágase tu voluntad compartible y remezclable
danos hoy nuestros feeds de cada día
y perdona si no publicamos
como también nosotros perdonamos a quienes nunca comentan
no nos dejes caer en la irreflexión
y líbranos del copyright.
Bien, tras haber cumplido con mi promesa de acometer una meme, la cambio por otra pero de una versión un poco más arriesgada. Con motivo de la anterior edición de nuestro Festival , la publicación del libro de Panel de Control y sobre todo, la ayuda a la difusión del Seminario Feliz 1984, planteo un juego / meme / cadena / concurso.
El sistema es sencillo: se trata de contar (experiencia propia vivida de cualquier manera, en sueño o realidad, que para el caso es lo mismo) una HISTORIA FUERA DE CONTROL (relacionada con vigilancia, control, libertad, panóptico, etc.) en un máximo de 1984 caracteres.
De todas las personas que publiquen su texto en un blog y hagan continuar la cadena antes del próximo domingo 18 de noviembre de 2007, se escogerá el relato ganador (al que se le enviará un libro de Panel de Control y una cámara de videovigilancia falsa) y 3 finalistas (a quienes se enviará a cada uno el libro de Panel de Control). Por supuesto si publican fuera de plazo no pasará nada, solamente que no accederán a los premios.
Yo quedo excluído del concurso pero soy integrante del jurado (jeje). Ya ahí va mi historia (de exactamente 1984 caracteres):
Mi historia surge en el Aeropuerto de Tenerife. Me disponía a coger un vuelo a Sevilla. Odio cada vez más las colas pre-embarque. Me parecen un abuso y no entiendo cómo es posible que tal y como se ha desarrollado la tecnología, nos hagan pasar esas colas tercermundistas, nos hagan retirar todos los objetos metálicos, etc. ¡Pero si lo más peligroso que hay es un libro, joder! El caso es que cuando por fin me tocaba a mi (y pensaba que me había desprendido de todos los dichosos aparatitos…) me dispongo a pasar por el aro y… “tititititi”. Pita la dichosa máquina. Me busco un rato y descubro que no me había quitado el cinturón (sí, ese que casi nunca uso). Y precisamente por eso…sucedió algo inesperado. Mi pantalón cayó lentamente al suelo. De repente, los agentes de seguridad no sabían qué hacer. Me imagino que pensarían “¿Cuál es peor amenaza? ¿un cinturón marca acme? ¿o un sujeto enseñando sus calzoncillos color caldo gallina blanca?”
Y ahí estaba yo, inmóvil. Ante dos policías y varios agentes de la seguridad nacional. Sin saber muy bien qué hacer. Era consciente de que cada segundo que pasara y no me subiera el pantalón, más tensión iba a sumarse a aquellos arrumacos visuales que me estaban dedicando. Pero, ¿qué querían? ¡Ellos tenían la culpa de que yo estuviera así! ¡Que me devuelvan mi cinturón! ¡No es un arma de destrucción masiva! Y en ese momento escuché: “por favor señor, por razones de seguridad, le ruego que se suba los pantalones, recoja sus cosas y nos acompañe”. “Las razones de seguridad…¿son porqué hay alguien a quien puedo dañar la vista con mis calzoncillos?”. Escuché unas leves risas por detrás. De repente los policías se cuadraron y vinieron a por mi y justo cuando iban a cogerme les digo: “oigan…tranquilos, que yo no estoy fuera de control…simplemente es que tengo lumbago y no puedo agacharme”. Y así acabó aquello, con un policía arrodillado ante mi, subiéndome los pantalones, abrochándomelos e invitándome a embarcar”.
Y ahora le paso esta meme/juego/concurso (para que la hagan esta semana y así nos ayuden a dar a conocer el Seminario Feliz 1984) a
Juanlu
Cristi
Rubén
Juan
Marcos
Blanca
Jessi
Con idea de que a su vez ellos se lo pasen a otras tantas personas que seleccionen.