abrelatas
18.02.2008

El futuro de la educación: sin exámenes mejor

por comcinco

Hace poco conocíamos a través de Indymedia una iniciativa de peculiar nombre pero de profundo mensaje: EXA-MIERDA. Su autor es Agustín Antúnez Corrales, Profesor Titular de Biología Animal en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga, al que escribimos una entrevista por email y de la que extraigo sus principales aportaciones.

1 . ¿en qué consiste la iniciativa exa-mierda?)

EXA-Mierda es una invitación provocadora a reflexionar, profunda y radicalmente sobre el sistema dominante de enseñanza-aprendizaje en lasuniversidades (y otros centros educativos).

Bueno, llevamos varios años, personalmente y en distintos grupos, ensayando y estudiando la diversidad de formas de aprender. En lo que se denomina «educación alternativa» nunca verás un aula «militarizada» ni la evaluación mediante duros exámenes. Ni copiar apuntes como un «descosío». La gente se sienta en círculo, se hacen dinámicas y juegos de confianza, para sintonizar unos alumnos/as con otros/as, se trabaja en grupos, se aprende fácilmente a participar, y la gente participa, al mismo tiempo que aprende y enseña lo que sabe compartiéndolo abiertamente con los demás, sin miedo y con ilusión y alegría por aprender de esa manera tan lógica y natural (sin autoritarismo). Personalmente, en la asignatura de Biodiversidad y Conservación Animal de la UMA, he tenido la oportunidad de comprobar la aportación del alumnado cuando no se ven forzados por el sistema tradicional. Yo coordinaba la mitad de la asignatura, y me permitía consignar, de antemano, la nota máxima a cada alumno/a. El resultado era una creatividad extraordinaria en sus trabajos, en los que aportaban mucho más que meros conocimientos aislados o enlatados.

El planteamiento surgió del hecho de tratarse de una asignatura «especial» y novedosa en el sentido de que su objetivo es formarse y concienciarse sobre los problemas globales a los que nos enfrentamos a escala planetaria, y que afectan a muchas especies y, entre ellas a la especie humana. (como se indica en nuestra denuncia, la situación «peculiar» actual de Málaga y el Estado Español, son muy significativas y constituyen un pretexto muy real y cercano para hacer hincapié, desde Málaga, en ¡EXA-Mierda!)

Tengamos en cuenta que lo único necesario para salir del bache en el que se encuentra la humanidad es un poco de imaginación y creatividad. Si esta imaginación y creatividad no se estimula en las clases, porque las actividades de aprendizaje se basan en la repetición, en el miedo, en el inmovilismo, en el exceso de teoría, etc… los resultados son evidentemente muy distintos. Curiosamente, donde sí se trabaja la creatividad expresamente es en la publicidad comercial, y así nos va.

¡EXA-Mierda! no sólo se refiere a los exámenes, aunque estos sean su símbolo más llamativo. El fracaso de las universidades (en general) en responder a las necesidades actuales más perentorias de la humanidad está descrito por muchos sitios. Nosotros lo que hemos hecho es concretar varios aspectos concretos que superar para conseguir ese añorado cambio: 1) los exámenes convencionales 2) la disposición de los alumnos/as en el aula y 3) el copiar apuntes «como un descosío».

(…)

Para nosotros es como la culminación de la Simbiodiversidad. La Simbiodiversidad trata de romper la barrera perceptual entre los humanos y la naturaleza (ciencias y letras) en la carrera de Biologíay Ambientales. Y ¡EXA-Mierda! trata de relacionar la violencia estructural que se da en las aulas (por todas las causas comentadas) con la violencia contra la naturaleza que vemos en intensidadcreciente a nuestro alrededor.

2. ¿el examen es la causa o la consecuencia de un problema mayor relacionado con la educación?

El examen es el rito más significativo del capitalismo. Capitalismo viene de cabeza. Al estrujar el cerebro cada vez de más gente, a base de aprender a la fuerza, tanto conocimiento enlatado (teórico), nos encontramos una sociedad poblada de «analfabetos funcionales». El resultado, en principio, parece sorprendente: en el mundo hay millones y millones de personas alfabetizadas y universitarias. Y a pesar de eso, aguantamos estoicamente cada día un mayor número de injusticias por parte de quienes nos gobiernan. Los problemas en el mundo no paran de crecer, al mismo tiempo que la población universitaria y culta. ¿No es eso una contradicción flagrante? Y más si tenemos en cuenta la enorme acumulación de conocimiento científico de todo tipo que la humanidad ha hecho sobre todo en estas últimas décadas.

¿Sabéis por qué hubo una revolución anarquista en el Estado Español en 1936? Pues precisamente porque el 40 % de los anarquistas eran «analfabetos/as». Dicho de otra manera: no estaban tan contaminados mentalmente como nosotros/as; sabían muy bien lo que no querían y lucharon de corazón, y sin prejuicios construyendo comunidades autogestionadas que eran la envidia de muchos visitantes extranjeros de la época.

Pues ese es «el problema». Todas las revoluciones son «analfabetas». Para la actual revolución en ciernes, debemos desprendernos («desaprender») de tanta tontería superflua que nos han tratado de meter a muchos niveles. Nos han tratado de construir como seres cada vez más abstractos que perciben (viven en) un mundo cada vez más abstracto. Yo puedo escribir aquí la palabra VIDA, pero aqui no hay ninguna célula viva, sino algo muy distinto: sólo unos signos (muy alineaditos) que representan lo que es la VIDA. Nuestro conocimiento es cada vez más teórico y alejado de la realidad. Y aquí, no solo la educación, sino sobre todo los medios de masas tienen mucho que ver.

Somos seres vivos capaces de percibir y procesar una cantidad de información extraordinaria (4 mil millones de bits por segundo) a través de nuestros sentidos. Mientras más nos estrujamos el cerebro, menos atendemos a la función básica del cerebro, que es precisamente el captar y procesar toda esa maravillosa información ¡gratuita! canalizada a través de los sentidos.

Y aquí la palabra «CONTENTO» resulta fundamental. Contento viene de «CONSENSO». Consenso es sentir CON. Un ser vivo, un ser humano, es un organismo en conexión sensorial (consenso) permanente con todo lo que le rodea en cada momento. Y tu actuar, tu supervivencia, va a dependerdirectamente de estar con los sentidos abiertos en ese consenso permanente. Si estás de ánimo chungo, por ejemplo por culpa de un examen, no estás contento. Lo que se traduce en una disminución de tu capacidad de percepción y de acción, en todos los sentidos, y por tanto de tu supervivencia. Esa es la función de las endorfinas. Mantenerte a-tento CON todo, alerta.

Por tanto, en educación, la única evaluación deseable debería ser el estar o no contento. Si alguien en un momento dado, en la clase, no está contento (sin consenso), tendría derecho a decirlo y a cambiar libremente de actividad. Porque sin disfrute no hay aprendizaje del bueno. Sin disfrute el aprendizaje disminuye en relación proporcional al grado de disminución del disfrute.

(…)

3- ¿qué sistema de evaluación propones como alternativa al examen?

Durante casi cuatro mil millones de años de vida en la Tierra, la única evaluación existente ha sido el vivir y convivir de la propia VIDA. Y ahora llegamos nosotros, los occidentales, en el último siglo para acá, y pretendemos convencer a todo el mundo de que la mejor forma de adquirir el conocimiento es a base del estrés examinatorio. En occidente nos tiramos hasta 25 años de nuestra vida para «aprender» a vivir la vida, pero casi sin vivirla; es decir, encerrados entre cuatro paredes miles de horas (precisamente en la época de nuestra vida en que estamos más despiertos y con más ganas de vivir).

¿Cómo aprendíamos antes? ¿Cómo aprenden las comunidades indígenas? ¿Cómo aprenden las demás especies? Pues VIVIENDO LA VIDA así, directamente. Te vas a Tanger, por ejemplo, y ves a los chavales aprendiendo en la zapatería del padre compartiendo con el padre directamente todas sus actividades. Es un aprendizaje directo, totalmente práctico, día a día, sin exámenes. Una evaluación continua que se llama vivir y con-vivir. Y curiosamente eso lo seguimos proponiendo los occidentales ahora, que resulta que tenemos un arsenal muy rico de tecnologías de todo tipo para el aprendizaje.

Imaginaos discutir cualquier tema, a través de internet, desde el aula, con personas de la otra punta del planeta. Imaginaos traer a la clase personas que os cuenten y compartan sus propias experiencias, aunque no sean doctores ni profesores (con título). Imaginaos convidar a la clase a personas de otros países y culturas que, curiosamente, ahora llenan «nuestras» propias ciudades. Imaginad que cada día viene una persona diferente a compartir la clase con vosotros/as. Imaginad aprender en clase a tocar una serie de ritmos de tambor y relacionar la experiencia con las asignaturas de ese curso (Ya se da). Imaginad que no haya una sola clase que empiece sin haber hecho antes juegos cooperativos y de confianza. Imaginad que en clase de biología por ejemplo la gente se trae todos los animales, o plantas, o especias que pueda de sus casas. Imaginaros un día en que el 90 % de las clases se den al exterior (porque tenemos un clima envidiable) (UMA-Sol: la Universidad de la Costa del Sol). Imaginaos danzar en círculo en un aula o fuera, por ejemplo en los Baños del Carmen. Imaginad que un día (o muchos) damos las clases desnudos/as. ¡SÍ, EN PELOTA! ¡Por qué no? Somos personas adultas conscientes de que esa moda de vestirse cada día del año fue una moda impuesta por culturas de más al norte donde buena parte del año es «preferible» abrigarse. (Curiosamente fue en esos países de más al norte, más fríos, donde se impuso la disciplina (la «madre» del examen) como un condicionante climático, dado que el frío allí se convierte en un factor limitante de gran importancia tanto por la temperatura en sí como por los alimentos y los recursos energéticos necesarios). Estar desnudos/as, incrementa muy significativamente nuestras capacidades sensoriales, ese estar CON-TENTO (consenso) con todo nuestro alrededor, ya que nuestro cuerpo esta superpoblado de receptores de todo tipo, que al estar permanentemente vestidos están, por primera vez en miles de años, desaprovechados.

Imaginar es indispensable para la supervivencia (vivir super). Es un recurso infinito (la imaginación es infinita) y para echarla a andar lo único que se requieren son endorfinas. Imaginar te permite sortear esos cortocircuitos neuronales que son nuestros «comecocos» y aprehender con-scientemente (en consenso) toda esa miríada de sensaciones (estímulos) que nos llegan cada segundo desde fuera.Recordemos, finalmente, que somos herederos/as del cristianismo, cultura antiendorfínica y sufridora y por tanto poco imaginativa.

(…)

Esa es la revolución de la Simbiodiversidad.Una pequeña muestra (no apta para cardíacos):http://nyc.indymedia.org/es/2008/01…

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[…] ser un tipo bastante especial. En la web pueden encontrarse viejas referencias a sus deseos de romper con algunas premisas asumidas de la docencia, como la realización de exámenes o tener que relacionarse con sus alumnos desde una posición de […]

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