Hice esto como motivo del final de la mítica serie PERDIDOS.
«¿Cómo es posible que un niño sea capaz de seleccionar un vídeo, (re)montarlo y devolverlo a la red? ¿De verdad alguien en su sano juicio es capaz de afirmar que la llamada generación transmedia ya no lee, ya no escribe o ya no piensa?»
Extraído de Apuntes en el pensamiento de la era digital interesante texto de Elena del colectivo lacasinegra, donde se cita Generación Transmedia, el texto que escribimos para EMBED que narra los quéhaceres de mi primo Pep
«El St Pauli, el equipo antifascista por excelencia, regresa a la Bundesliga · Ha firmado un acuerdo de patrocinio con una tienda de productos eróticos · Su presidente es gay y tiene más socias que ningún otro club.»
El equipo que inicia partidos en casa con ACDC.
Hoy me he despertado con este vídeo.
En este país somos muchas las personas que amamos el deporte. Somos muchas las que lo consumimos y las que lo practicamos. Somos muchos los que creemos que el deporte, más allá de un espectáculo o de una práctica vital, es toda una cultura. Y también somos muchos los que estamos cansados de un tipo de periodismo deportivo. El centralista, el testosteroide, el acrítico, el apolítico, etc. Por eso propongo usar este post para recopilar en los comentarios puntos para un posible manifiesto de «Otro periodismo deportivo es posible». La regla consiste en no descartar a priori ningún punto. Sumemos.
¡Síguelo!
Al ser humano le atrae la luz. Por eso nos gusta el fuego. ¿Por eso pasamos tantas horas delante del ordenador? ¿Somos pirómanos digitales? ¿Incendiarios 2.0? O quizás no seamos más que esclavos de un nuevo tipo de fuego, que en vez de darnos calor físico, nos da calor virtual.
Hay una cita de Virginia Villaplana que dice La escritura, el archivo y el álbum fueron en su momento soportes para estructurar los relatos de la esfera privada. Sólo una posición ética en el uso de las tecnologías puede hacer frente al uso de la memoria como efecto tecnológico. La cultura de la memoria es una construcción occidental. Esta construcción narrativa a lo largo de la historia ha necesitado de unas tecnologías de la memoria y soportes para ser transmitida. En otras culturas comunitarias como la de los Cocama, Huitoto, Bora o Tikuna, en la frontera de la selva amazónica entre Perú, Colombia y Brasil, carecen de ese sentido de la memoria y el tiempo dividido entre pasado, presente y futuro, la transmisión de sus historias sigue siendo oral y comportan estructuras rizomáticas para contar lo que en cada momento es preciso contar. En Los Pasados del Futuro
Por otra parte, María PTQK nos recuerda que Lo que existen son narraciones vencedoras y narraciones fracasadas, es decir, mitos que logran hacerse camino y ser ’productores de sentido’ y otros que no. O que tampoco hay que idealizar el papel del archivo porque es también un instrumento para ’escribir la historia’ : lo que se archiva ha existido y lo que no se archiva no. Por eso es importante deconstruir permanentemente el archivo, la memoria, los propios mitos. Y ser capaces de inventarse otros nuevos.. Por eso tenemos que remezclar nuestra memoria. Y como nos recuerda Julen y tal como dice dice Slavoj Žižek en la introducción a su libro En defensa de la intolerancia : es necesario, en nuestros días, suministrar una buena dosis de intolerancia, aunque sólo sea con el propósito de suscitar esa pasión política que alimenta la discordia.»
En las redes sociales todas las personas producimos sentido. Todas las personas escribimos la historia a través de nuestra memoria compartida. Por eso no deja de resultarme extraño la osadía de quienes se apuntan al activismo de salón cuando se producen determinadas noticias de caracter político. Me pasó con la revolución ? verde ? iraní. Y me pasa cada vez que hay un atentado de ETA. Reducir la realidad a un avatar de twitter fomenta el bipartidismo ideológico. Fomenta el «conmigo o contra mi». La realidad es compleja y entenderla requiere un ejercicio constante de alerta intelectual y de escepticismo ilustrado.
Porque si no, las Hemerotecas no dirían que Musavi es el mismo que persiguió a la izquierda en Irán en 1981 o que Julio Medem, que hizo sobre el conflicto vasco un planteamiento intelectual honesto y abierto (PDF), basado en esa idea de no dar nada por sentado, no reducir nada a un titular y no maquillar la realidad con estereotipos…terminó acorralado por unos y otros. Esta descarnada carta (PDF) que escribió nos demuestra lo peligroso que puede suponer la construcción de sentido común en contextos políticos. Por eso, no olvidemos que somos micro-medios. Que tenemos con nuestros lectores (por pocos que sean) una responsabilidad social corporativa. La duda de hoy puede ser una certeza del mañana.
Hace unos días escribía nuestro querido amigo Joan Carles Martorell en el blog ¿Alguien dijo contenidos? (perteneciente a uno de los talleres que impartió, bajo el mismo título, durante los Encuentros Regreso al Futuro, en la 10a edición del Festival Internacional ZEMOS98) un hilo de debate sobre The Wire. Tengo pendiente contestarlo, pero antes y como introducción me centraré en cuestiones genéricas de la serie (sin spoilers) y en una explicación de por qué la considero la obra audiovisual más completa que he visto en muchos años.
Hace aproximadamente un mes participamos en el Festival Internacional de Cine Chico de La Palma, más conocido cariñosamente como El Festivalito. El evento, como la mayoría de las iniciativas culturales independientes de este país, ha sufrido vaivenes económico-institucionales. Y sin desvelar nombres, os cuento una historia muy representativa del estado actual de las políticas culturales de este país.
Al parecer un político, un par de semanas antes de que comenzara el evento, le dijo a uno de sus directores:
“EL FESTIVALITO NO SIGNIFICA ABSOLUTAMENTE NADA PARA ESTA CIUDAD”.
Además se lo dijo por email e incluyendo las mayúsculas. Lo cual como sabéis, en términos de ’netiqueta’ es sinónimo de gritar.
Hace días decía Juanlu en el twitter en un divertido y enriquecedor hilo que iniciamos de broma (#noeslomismo) que “No es lo mismo lo político que los políticos”. Nos vanagloriamos de que en España no tenemos un proto-dictador como Berlusconi. Pero habría que reflexionar y permanecer alerta cuando alguien que ostenta un cargo público hace algo tan cutre, maleducado e inapropiado como esto.
En primer lugar y contradiciendo a la ministra de cultura porque pensamos que la cultura no es un terreno neutral. No. La cultura es intencionada. La cultura es una discusión. La cultura es un espacio de encuentro y aprendizaje al mismo que tiempo que un lugar de confrontación. Por eso decir que un evento cultural “NO SIGNIFICA NADA” es torpe. Hubiera sido más honesto o incluso más apropiado que dijera “EL FESTIVALITO NO SIGNIFICA NADA PARA LOS INTERESES CULTURALES DE ESTA ADMINISTRACION”. Pero no, dijo “no significa nada para esta ciudad”.
Y hablando de “esta ciudad”. ¿Alguien le puede decir a los concursantes de los realitys españoles que dejen repetir expresiones como “que decida ESPAÑA” o “ESPAÑA así lo ha querido? Porque más o menos viene a significar lo mismo que hablar en nombre de una ciudad entera. Efectivamente, un cargo electo tiene derecho a hablar de una ciudad. Pero nunca en términos de significancia absoluta. Nunca para apropiarse el derecho de todas los complejos sentimientos y personas que componen una ciudad. Y mucho menos si se trata de un evento cultural.
De manera que un político es torpe al decir que un evento cultural no significa nada y no tiene derecho a hablar en nombre de una ciudad entera simplemente por representar a dicha ciudad.
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Pero es que además, ¿no significa nada para una iniciativa como ZEMOS98 haber realizado 2 cortometrajes que utilizan la isla como escaparate? ¿no significa nada pasar una semana rodeado de actores, realizadores, pensadores del cine digital? ¿no significa nada conocer a Mario Iglesias? ¿no significa nada organizar un encuentro digital en el que confluyen Estamos de cierre, Malviviendo, y Venga Monjas entre otros? ¿No significa nada que un director latinoamericano independiente declare que es el primer premio que recibe en su vida? ¿No significa nada que se promocione a un brillante pero poco conocido realizador canario como David Pantaleón? De verdad que alguien se atreve a decir que todo esto “NO SIGNIFICA NADA”.
Por nuestra parte, larga vida al Festivalito y ojalá algún político local con una mínima capacidad autocrítica y con dos dedos de frente lea esto y vuelvan los apoyos que se fueron para este año.
EL PAÍS publica hoy un artículo titulado ¿Se acaba el chollo de las descargas gratis?. El artículo, como toda obra intelectual, goza de altas dosis de subjetividad por parte de quién lo escribe. Desafortunadamente no tiene pretensiones artísticas. Es decir, no está concebido como un relato de ciencia ficción o como el guión de un spot. Es un artículo periodístico.
Bien, teniendo esto presente y dado que de momento el género periodístico aún goza de los privilegios otorgados por el mito de la objetividad, se me ha ocurrido que lo justo es que y atendiendo a los resultados de la encuesta que se plantea en este mismo periódico y que pregunta ¿Eres partidario del intercambio libre de archivos en internet?, hagamos un sencillo ejercicio de «periodismo ciudadano».
Se trata de aprovechar la inteligencia colectiva que se generan en los comentarios volcados hasta el momento bajo la noticia y seleccionar varios de ellos (de algunos un fragmento). Quizás al contrastar un texto con otro y asumiendo que el que viene a continuación tampoco está concebido como «ciencia ficción», ni como guión de un spot, ni siquiera como un artículo periodístico (porque seguro que contiene algunas inexactitudes, errores u omisiones), nos demos cuenta de cuál representa como dice José Luis, el mundo real.
El modelo de la industria basado en la venta de ejemplares físicos de la misma está caduco y debe buscar nuevos caminos. Los ciudadanos no tenemos la culpa ni la responsabilidad de los avances tecnologicos: mi abuelo compraba barras de hielo para conservar los alimentos, pero se inventó la nevera y la industria del hielo ya no fué necesaria, quebró… o se recicló. Pero la conservación de alimentos sigue vigente.. ¿Porque la industria discográfica, del cine y similares quieren ir en contra de la tecnología, cuando esto es imposible e imparable? // Tomás
La industria discográfica tiene que adaptarse a las nuevas tecnologías,es completamente absurdo pagar 19 euros por un CD cuando sólo me gusta una canción de las 12 que tiene el disco. // MarujaSoul
Me repatea que se justifique el canon como compensación de aquellas copias privadas de uso personal hechas a partir de un original. ¡Venga ya!, es que ya sería la leche si tuviera que comprar el mismo producto cuatro veces. // Alicia
«El 2 de abril, la Asamblea francesa aprueba la denominada Ley Antipiratería, que prevé incluso cortar la línea telefónica al usuario que persista en las descargas ilegales.» Menudo periodismo estaís haciendo…. Ocurrió lo contrario exactamente. A pesar de la derecha francesa mayoritaria en el parlamento, 21 diputados de izquierda diversa derrotaron a 15 diputados de derecha, y la ley Hadopi ha sido rechazada !!!!!! (había sólo 36 diputados presentes de 577 diputados) Lo contrario exactamente de lo que dice el autor del artículo.Deberíais formar una comisión que controle la veracidad dde lo que se escribe en este periódico… // Sopadeajo
Este artículo demuestra el desconocimiento del periodista sobre el tema, empecemos: en ningún momento aclara que en el caso de La Rioja, el acusado se ha autodeclarado culpable; después tergiversa cuando dice atribuye el delito de grabar la película en el cine al autor de la web, en la web los usuarios compartían enlaces; la web no alojaba contenidos; y por último, si no hay ánimo de lucro, no es delito; compruébenlo donde quieran. // Alberto López
Una pregunta importante es ¿cuánto realmente vale la producción de un disco?, si iTunes o Amazon cobran la descarga de una canciòn de $0.65 a $1, y con ganancias para toda la cadena de producción, ¿porqué pagar más de $15 ó 12%u20AC por un CD? // Juan D
¿Para cuando un canon por prestar o tomar prestado un libro? (…) Y por los periódicos y revistas que encontramos en peluquerías, salas de espera, aviones, etc… //ácrata
A ver si nos enteramos que esto ya es hasta pesado. Los internautas no estamos en contra de la remuneración de los artistas, estamos en contra de la forma en que estos se financian a través de la SGAE, con sus cuentas poco claras y métodos ilegales. Sin ir más lejos he tocado en TVE con mi grupo recientemente. Con tal de que la SGAE no se llevase el dinero que nosotros ibamos a generar a TVE decidimos renunciar a todos los derechos (no somos ni jamás seremos socios) pero la SGAE lo ha atado genialmente bien para que aún queriendo renunciar los artistas a esos ingresos (sí, esos a quienes supuestamente defienden), los beneficios van directamente a esa entidad. // LLL
En el caso de la música, es asunto es muy sencillo: a) El disfrute de una obra artística nunca es un negocio. El negocio es la obra en sí. Yo no pago por ver una cuadro: pago por poseerlo o como mucho pago a la entrada a un museo como parte de su sostenimiento, que representa una cantidad bastante ínfima de los gastos que conlleva mantener un museo. El disfrute de un obra de teatro no se paga; se paga por la representación de esa obra: los actores, la escenografía, el vestuario, el mantenimiento del teatro, etc… De la misma forma, yo no pago por disfrutar de la música; pago por poseer un CD que tiene una música determinada, con un soporte material. Vamos, se paga por un producto de contenido cultural, pero no la obra en sí. // Raúl
¿No será que cuando, para abaratar costes, se empieza a utilizar el formato digital hay que afrontar también otra de las características de este formato: la facilidad para copiarse y transmitirse? ¿Pérdidas de las compañías? ¿No será que se gastan demasiado en publicidad u otras cuestiones muy poco relacionadas con la creación? ¿Creadores? ¿No será que hay muchos creadores que huyen del «en directo» y prefieren el disco donde, en ocasiones ni cantan, ni tocan, ni actúan? Quizás, como se dice en el artículo, ha llegado el momento de cambiar de formato en la forma de vender la creación. Y, por favor, no se puede plantear el tema a partir de «cómo pagar». El tema es por qué pagar por aquello por lo que no es necesario hacerlo. // Javier
El tema es muy complejo y requiere soluciones creativas, no demonizar ni criminalizar una actividad que comparte cultura ( ¡ojalá fuera posible hacerlo con la comida y la bebida! ) // manray
En este país pagamos una cantidad excesiva de dinero por un pésimo servicio de internet; estamos a la cola europea en este punto, y pretenden que pague entre 12 y 20 euros por un disco del que probablemente solo acabe escuchando 2 o 3 canciones a lo sumo // javier rodríguez
*Se paga el canon, que porcentualmente es un disparate y supone ingresos desmesurados para quienes no los merecen. * La conexión a Internet es cara y hay que amortizarla de algún modo. * Algunos contenidos sólo se encuentran en la red por su antigüedad, por su novedad o por ser minoritarios. * Entre las descargas calificadas como ilegales se encuentran contenidos no comerciales o privados. * La distribución se ha quedado obsoleta por querer seguir controlándose mediante la distribución del soporte físico. Olvidamos estos puntos y miramos al internauta como un delincuente , cuando en realidad se está adelantando a los tiempos y al mercado. // Pedro Martínez
Estoy deseando que se acaben las descargas de internet para ver a la gente salir corriendo en tropel para ver cine español. Ya veréis como se van a poner las salas, ¡abarrotás!. Nuestro cine volverá a ser esa gran industria que siempre fue. // RSM.
Va llegando el momento de que los internautas hagamos con nuestro voto presión a toda esta tropa. Y yo pienso empezar con las Europeas. Así que al partido que en España se le ocurra legislar en contra sobre la materia, votaré a su contrario. // En las urnas es donde les duele.
¿Por qué los creadores de los aparatos grabadores y reproductores de música, imágenes etc. permiten un canon sobre sus productos sin exigir que, a su vez, los creadores de música, películas, etc paguen por enriquecerse a costa de los aparatos que ellos fabrican? // Alfvi
«Esta mentalidad, automática entre los nativos de Internet, está causando preocupantes destrozos a la industria cultural.» A la industria cultural, que no a la cultura… a la que la industria cultural lleva demasiados años causando preocupantes destrozos. // Borja
¿Cómo acceder a lo inaccesible – cine asiático, cantantes poco conocidos, etc- si la cultura que ofertan por cauces legales no me interesa? El p2p es la única manera de conseguir la mayoría de contenidos no ofertados por otros medios. // Pablo
Hay muchas pantallas en la actualidad como para pretender que la del cine siga mantiniendo las cuotas de asistencia de hace diez años. Culpar de esta falta de afluencia casi exclusivamente al intercamio de archivos es hacer del problema un hombre de paja. // Gabriela Hsien
Tengo la solución: que todos cobremos como los cantantes y los actores. Que un albañil pone una loseta: el albañil tiene que cobrar cada vez que alguien pise esa loseta. Yo soy profesor, así que cobraré cada vez que un alumno mío use los conocimientos que aprendió conmigo. La limpiadora cobrará cada vez que se use lo que ella ha limpiado. El transportista cada vez que se use lo que él transportó. ¿Se podría mantener una economía así? ¿No, verdad? ¿Entonces por qué los cantantes y los actores sí y nosotros no? // Jose Luis Usero
En la edad media los bardos cantaban a cambio de unas monedas, sin intermediarios. Mas tarde, los grandes compositiores cobraban por componer sus sinfonias y por dar conciertos. No habia intermediarios. En el siglo XX se invento la industria musical y, a la sombra de grandes artista, crecieron miles de vividores que se forraron sin dar un palo al agua: Los intermediarios. Estas ultimas decadas, se puso de moda «inventar» estrellas, invirtiendo mucho dinero en marketing podias crear de la nada un «artista». Claro que habia que vender muchos discos para que tu «estrella» fuera rentable.// Esplu
La Industria contra La Cultura // Torbellino apetitoso.
La propiedad privada es un robo. // Carlos Marx
Esto es como lo de la pastilla en Matrix: ¿cuál es el mundo real qué escoges? ¿el del artículo de EL PAIS? ¿o el de los comentarios?
Hace poco dije que la edición de vídeo era como jugar al tetris. En realidad la vida es como el tetris. Porque la vida es post.producida continuamente. Lo que hacemos en twitter por ejemplo, es en realidad secuenciar lo que vivimos. Lo sintetizamos. Lo narramos. Nos lo contamos los unos a los otros. Hacemos literatura de nosotros mismos. Vivimos en ese bucle perpetuo de tener que ser personajes de nosotros mismos.
Wu Ming 2 nos contaba hace un año que el narrador debe exponer el código fuente de su historia. Es una cuestión de honestidad. Es el paradigma de la transparencia. En la renacida cultura del ensayo-error se debe premiar al historiador que al mismo tiempo meta-relata su proceso de trabajo, que explica cómo y porqué ha contado lo que ha contado.
Esta es mi historia de hoy: estoy sentado en un tren. Voy camino de Madrid desde Sevilla. Entre líneas podéis sentir una contradicción constante en lo que hago: contar historias es generoso, porque se las regalas a otros; pero es egoísta, porque es el alimento de la autoestima. Ese es el tema, esa es la historia. Exorcizo lo que siento a través de lo que cuento. Creo que puede tener sentido para vosotros al mismo tiempo que lo tiene para mi. Te imagino como a un lector invisible. Cuando lo leas seguramente estarás sentado en tu casa o en el trabajo. Sé que me conoces de algo. Sabes que esto ya es un interludio. Un momento previo antes de anunciarte algo. Uno de esos mecanismos que usan los narradores como son las antesalas. Un lugar donde yo me pongo en tu lugar y tú te vas poniendo en el mío. Es algo solemne, de manera que me puedes imaginar mirándote fijamente:
Tengo miedo.
¿Cómo ser honesto con uno mismo? ¿Cómo no ser egoísta? ¿Cómo ser capaz de medir lo justo entre lo que uno siente y lo que sienten los demás? ¿Cómo tomar decisiones en las que haya un equilibrio entre lo individual y lo colectivo? ¿Cómo ejercer la libertad sin menoscavar los intereses de quiénes nos rodean? ¿Qué papel juega lo que contamos de nosotros mismos? ¿Lo que le contamos a los demás acerca de lo que sentimos? ¿Y lo que contamos a otros acerca de lo que otros/otros sienten? ¿Cómo ayudar con nuestras historias a que los otros sean honestos consigo mismos? ¿Cómo contar una historia para ti y para todos los que te leen? Todas esas preguntas, que a su vez tocan a temas tan dispares con creación, empresa, familia, pareja, se me agolpan y emborronan lo que pienso y siento acerca de lo que debo o no debo narrar. Y justo en ese momento pienso en una cabaña que construí cuando era pequeño en mi barrio.
Dijo Pascal que todo lo malo que le había ocurrido en la vida se debía a haber salido de su habitación. Se trata de un pensamiento muy certero, porque, bien mirado, todos los problemas que uno arrastra a lo largo de los años se derivan del hecho de haber abandonado aquella cabaña que un día montó en el jardín cuando era niño. El mito de la cabaña sigue teniendo hoy una fuerza extraordinaria. No hay escritor, artista famoso, político, hombre de negocios o banquero sacudido por el estrés que no sueñe con retirarse durante un tiempo a vivir en una cabaña lejos del mundo. Existen cabañas de muchas clases, según el subconsciente de cada uno; las hay de indio apache, de pastor, de leñador del bosque, de pescador escandinavo, de expedicionario perdido en el desierto, de náufrago en una isla de los mares del sur. Otras adoptan la forma de castillo medieval, con almena o sin almena, recias e inexpugnables. En todos los parques públicos y en los jardines de infancia se montan cabañas para que los niños jueguen a esconderse o a protegerse de unos enemigos imaginarios. Algunas son muy lujosas, pero ninguna se parece a aquella tan maravillosa y rudimentaria que construimos, cuando éramos niños, con cuatro palitroques y una empalizada de cañas en el desván, en el patio o entre las ramas de un árbol. La seguridad que nos daba aquella cabaña se perdió junto con nuestra inocencia. Un día dejamos de jugar. A partir de ese momento quedamos desguarecidos, solos en la intemperie, lejos del mundo de los sueños, frente a unos enemigos reales. Es evidente que estamos rodeados de basura por todas partes. A cualquier hora del día nunca deja uno de ser agredido por la sucia realidad, por un acto de barbarie o de fanatismo. Pero existen seres privilegiados, que son capaces todavía de montar a cualquier edad aquella cabaña de la niñez en el interior de su espíritu para hacerse imbatibles dentro de ella frente a la adversidad. Si uno la mantiene limpia es como si estuviera limpio todo el universo; si en su interior suena Bach la música invadirá también todas las esferas celestes. Este reducto está al alcance de cualquiera. Basta imaginar que es aquella cabaña en la que de niños nos sentíamos tan fuertes.
Y tú ¿eres capaz de imaginar esa cabaña de ayer y narrarla en tus historias de hoy?