Una carta abierta del Coronel Martínez Inglés, historiador y militar democráta y muy comprometido con la Constitución que acaba de escribir al Vicepresidente del Gobierno Sr. Rubalcaba. Me parece interesante divulgarla.
Se ha publicado el Informe PISA del año 2009 y en él se incluyen varias conclusiones que nos atañe directamente como profesionales de la educación y como ciudadan@s, pero este tipo de informes, encargado por un organismo tan sospechoso como la OCDE, se está utilizando para menospreciar la educación, sobre todo la pública y, al mismo tiempo para poner de relieve la necesidad de cambiar no solo las normas sino las práctica educativas.
Este es un pensamiento muy repetido por Freire, la educación no puede ser neutra, porque eso sería una mentira y un engaño y ello no tiene nada que ver con la imposición de sus opciones a los educandos.
“ Para mí, la historia es tiempo de posibilidad y no de determinación. Y si es tiempo de posibilidad, la primera consecuencia que surge es que la historia no sólo es libertad, sino que la requiere. Luchar por ella es una forma posible de, insertándonos en la historia posible, volvernos igualmente posibles. En lugar de ser persecución constante del pecado en la que me inscribo para salvarme, la historia es la posibilidad que creamos a lo largo de ella, para liberarnos y así salvarnos.
Sólo en una perspectiva histórica en la que hombres y mujeres sean capaces de asumirse cada vez más como sujetos-objetos de la historia, vale decir, capaces reinventar el mundo en una dirección ética y estética más allá de los patrones que están ahí, tiene sentido discutir la comunicación en la nueva etapa de la continuidad del cambio y de la innovación.
Esto entonces significa reconocer la naturaleza política de esa lucha.
Naturaleza política que descarta las prácticas puramente asistenciales de quien cree comprar entrada al cielo con lo que recoge en la tierra de su falsa generosidad.
Pensar la historia como posibilidad es reconocer la educación también como posibilidad. Es reconocer que si bien la educación no lo puede todo si puede algo. Su fuerza, como acostumbro decir, reside en su debilidad. Una de nuestras tareas, como educadores y educadoras, es descubrir lo que históricamente es posible hacer en el sentido de contribuir a la transformación del mundo que dé como resultado un mundo más “redondo”, con menos aristas, más humano, y en el que se prepare la materialización de la gran utopía: unidad en la diversidad.”
Desde el compromiso que Freire tenía con la teología de la liberación, nos plantea como ve la aplicación de los principios de ese pensamiento en el mundo de la educación. Rechaza el determinismo de algunos sobre la historia y cree en la historia como posibilidad y, en consecuencia, como una práctica de la libertad y, en esos mismos términos, cree que la educación es una posibilidad de alcanzar la transformación del mundo, donde se pueda materializar la gran utopía «unidad en la diversidad»
Este pensamiento se encuentra enfrentado a una parte del pensamiento actual, que aún desde posiciones supuestamente progresistas, plantea que la educación escolar no debería ser más que enseñanza y dejar de educar para no perder el tiempo en cuestiones que son baladís; lo importante es que los niños y las niñas aprendan lo que hay que aprender, es decir, los contenidos que son imprescindibles para la consecución del éxito escolar, dejando al margen toda esa parafernalia de los valores educativos que los convierta en ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho. Esa labor corresponde a las familias y no a la escuela. Proclaman sin tapujos, que «quieren promover en el sistema educativo los cambios necesarios para poder volver a enseñar» (Manifiesto fundacional de la Asociación Sindical PIENSA-Volens)
Seguiré como y cuánto pueda.
Paulo Freire al referirse a la Educación Popular, en su libro Política y Educación dice lo siguiente:
«Niños y adultos participan en procesos educativos de alfabetización con palabras pertenecientes a su experiencia existencial, palabras grávidas de mundo, palabras y temas.
Así entendida y puesta en práctica, la educación popular puede ser percibida socialmente como facilitadora de la comprensión científica que grupos y movimientos pueden y deben tener acerca de sus experiencias. Ésta es una de las tareas fundamentales de la educación popular de corte progresista: insertar a los grupos populares en el movimiento de superación del saber de sentido común por un conocimiento más crítico, más allá del «pienso que es» acerca del mundo y de sí mismo en el mundo y con él. Este movimiento de superación del sentido común implica una diferente comprensión de la historia. Implica entenderla y vivirla, sobre todo vivirla, como tiempo de posibilidad, lo que significa el rechazo de cualquier explicación determinista, fatalista de la historia. Ni el fatalismo que entiende el futuro como repetición casi inalterada del presente ni el fatalismo que percibe el futuro como algo dado de antemano, sino el tiempo histórico que vamos haciendo y que nos va rehaciendo en cuanto sus hacedores. Por eso la educación popular, practicada en un espacio-tiempo de posibilidad por sujetos conscientes o que se van haciendo conscientes, no puedo prescindir del sueño.
Es preciso incluso luchar contra ciertos discursos posmodernos reaccionarios que con aires triunfales decretan la muerte de los sueños y defienden un pragmatismo oportunista y negador de la utopía.
Es posible la vida sin sueño, pero no la existencia humana y la historia sin sueño»
Una reivindicación del sueño frente al fatalismo y determinismo que prevalece en el pensamiento posmoderno. Es necesario para la existencia humana tener sueños y pensar en la utopía, para que la educación se conviertan en un proceso liberador. Como siempre este pensamiento es a contra corriente en los momentos actuales, pero es necesario hacerlo visible.
En las páginas 28 y 29 del libro de Paulo Freire Política y Educación se puede leer:
«Como no hay educación sin una política educativa que establezca prioridades, metas, contenidos, medios, y se impregne de sueños y utopías, creo que no haría ningún mal que en este encuentro soñáramos un poco. Que nos aventurásemos un poco, que corriéramos el riesgo de pensar en ciertos valores concretos que pudieran ir incorporándose a nosotros y a los anhelos de ciudades educativas en este fin de siglo que ya estamos viviendo y que es también fin de milenio.
Uno de esos sueños por los que luchar, sueño posible pero cuya concreción requiere coherencia, valor, tenacidad, sentido de justicia, fuerza para luchar, de todos y todas los que a él se entreguen, es el sueño de un mundo menos feo, en el que disminuyan las desigualdades, en el que las discriminaciones de raza, de sexo, de clase sean señales de vergüenza y no de afirmación orgullosa o de lamentación puramente engañosa. En el fondo es un sueño sin cuya realización la democracia de la que tanto se habla, sobre todo hoy, es una farsa.»
Son palabras dichas en el año 1992 pero que tienen hoy una gran vigencia, porque el mundo actual está desandando los caminos emprendidos en busca de un mundo más justo y, por el contrario, esta sociedad cada vez es más injusta y más desigual. por eso es necesario seguir soñando, por un lado y, por otro, trabajando y luchando para conseguir ese sueño. Y una de las formas de luchar para conseguir ese sueño es transformar la educación, para que se ponga al servicio de un mundo mejor, mas igualitario y más justo.
Paulo Freire en su libro «Política y Educación» pp. 24 y 25, nos dice:
«…no es posible ser humano sin hallarse implicado de alguna manera en alguna práctica educativa. E implicado no en términos provisorios, sino en términos de la vida entera. El ser humano jamás deja de educarse, En alguna práctica educativa que no es necesariamente la de escolarización, que por cierto, tal como la entendemos hoy, es bastante reciente en la historia. De ahí que sea posible observar fácilmente cuán violenta es la política de la ciudad, como Estado, que prohíbe o limita o minimiza el derecho de las personas, restringiéndoles la ciudadanía al negar la educación para todos. De ahí también el equívoco en que caen algunos grupos populares, sobre todo, en el tercer mundo, cuando, en uso de su derecho pero yendo más allá de él, al crear sus propias escuelas provocan a veces que el Estado deje deje de cumplir su deber de ofrecer al pueblo educación de calidad y en cantidad. (…) La situación se vuelve cómoda para el Estado. (…) No dejarlo (al Estado) tranquilo jamás, no eximirlo nunca de su tarea pedagógica, no permitir jamás que las clases dominantes duerman en paz. La bandera de lucha de los movimientos populares debe ser alzada noche y día, día y noche, en favor de la escuela, que al ser pública, debe ser democrática, a la altura de la demanda social que se haga de ella y en busca siempre del mejoramiento de su calidad»
Hoy he introducido un elemento esencial de la educación y que supone para las personas algo vital. La educación permanente, más allá de programas económicos, políticos o ideológico, unido de forma indisoluble con el propio ser de la persona. La educación permanente es un proceso humano y como tal a lo largo de toda la vida. Por ello Freire advierte de que no debe ser solamente un opción de las comunidades, sino una exigencia ciudadana hacia los propios Estados, para que cumpla la obligación que tienen al respecto, a través de la escuela pública como la única garante de ese compromiso.
Hasta mañana
Dice Paulo Freire en la página 20 de su libro «Política y Educación»:
«…Las diferentes opciones que marcan los diferentes discursos deban alejar del diálogo a los sujetos que piensan y sueñan diversamente. No hay crecimiento democrático fuera de la tolerancia que, a la vez que significa sustantivamente la convivencia entre desemejantes, no les niega sin embargo el derecho a luchar por sus sueños. Lo importante es que la pura diferencia no sea razón de ser decisiva para que se rompa o ni siquiera se inicie un diálogo por medio del cual pensamientos diversos y sueños opuestos pueda concurrir al crecimiento de los que son diferentes y al acrecentamiento de los saberes»
Esta generosidad de pensamiento tan escasa en una sociedad como la nuestra, en donde el poder del pensamiento único obliga a plegarse frente a los que lo imponen como única ley posible para regir el mundo y todos sus grupos humanos. Donde son tomados a broma aquellos y aquellas que pretenden sacar los pies del plato. Donde se pretende que el pensamiento actúe de forma unidireccional en muchos ámbitos de la vida, la política, lo social, lo educativo se ve condicionado por este pensamiento, Freire ve la necesidad de la divergencia de pensamiento y acción como la forma perfecta de democracia porque ello supone una acrecentamiento de los saberes.
Merece la pena reflexionar sobre ello.
Este artículo está dedicado a un tuitero de pro como es @eraser y su compañera Angela que plantearon en el día de ayer, en el contexto de una reunión de preparación del #EABE11 celebrada en casa de @Miguel__rosa y que hemos etiquetado como #amensilla10, una cuestión que los tenía preocupado y preocupada sobre la educación que recibe su hijo menor.
El asunto con ser peliagudo no es nuevo y recientemente en un periódico provincial se publicaba esta noticia que está relacionada con este debate. De aquí se desprende que conforme hemos avanzado en los derechos de las personas hemos complejizado la situación. Porque lo que hoy es una conquista que ha costado un gran sacrificio a muchas generaciones parece que desde el punto de vista de algunas familias es un recorte de los derechos individuales. Entramos, pues en un terreno que, cuando menos, es resbaladizo.
¿Tienen legitimidad los estados para determinar, mediante procedimientos democráticos, los objetivos de la educación de todos los ciudadanos y todas las ciudadanas? ¿Hasta que punto los estados deben garantizar que a la totalidad de la ciudadanía se le den todas las oportunidades para crecer como personas competentes? ¿Es posible que en las escuelas públicas se garantice adecuadamente que los objetivos educativos se cumplan en su plenitud? ¿Hasta que punto las familias pueden y/o deben desmarcarse de las enseñanzas previstas en su centro, por considerar inconveniente como se llevan a cabo, hasta el punto de cambiar a sus hijos e hijas de centro escolar o bien considerar que no se cumple el principio de la libertad de enseñanza que se garantiza en la Constitución?
Algunas respuestas, se han dado a lo largo de la historia. Vayamos a algunos ejemplos:
La Escuela Moderna estaba muy cercana a la posición de la libertad de educación que se propugna.
También tenemos la aportación de la Educación Anarquista, que confía en la educación para la eliminación del Estado.
Recogiendo este tipo de ideas nos centramos en algunas propuestas educativas como ocurre con PAIDEIA en Mérida que las han puesto en práctica.
Más adelante en el tiempo A.S. Neill puso en funcionamiento la Escuela Summerhill con una trayectoria que continúa actualmente funcionando con perfil de escuela de la libertad.
Más o menos contemporáneo podemos descubrir teóricos de la educación que propugna la muerte de la escuela o, mejor dicho, la proclaman.
En una línea más comprometida por su valor de transformación de la sociedad a través de la educación nos podemos encontrar con Paulo Freire que critica la educación bancaria y propone una educación crítica y abre espacios de compromisos con los estamentos de la sociedad basado en el diálogo, base y fundamento de la actual educación dialógica que algunos propugnan ahora como salida al atolladero actual.
En la actualidad hay un movimiento muy nuevo que se está abriendo paso en la sociedad norteamericana que resulta una mezcla de libertad de educación y, al tiempo, una garantía publica de la consecución de los principios de un Estado, eso si muy liberal como es EE.UU. Se trata de la escuelas llamadas Escuelas Charter. Hasta tal punto parece que tiene interés este movimiento que el propio Gobierno Obama está desviando dinero de las escuelas públicas hacía este tipo de escuelas.. Claro está este asunto no es tan sencillo como parece, porque hay profundas críticas al sistema, que desde luego está en la línea de dejar en manos privadas los asuntos que corresponden a los Estados. Para un análisis más completo es bueno mirar aquí
Espero haber puesto encima de la mesa un debate necesario sobre el que no hay posturas radicalmente buenas o malas, pero que en mi caso personal si me permite decantarme por una posición en él. Creo que la mejor fórmula para una educación de calidad, equitativa y con perspectiva es la escuela pública, pero no cualquier escuela pública, sino aquella que introduce a las familias en el compromiso educativo diario y que dialoga, colabora, incluye a todo el alumnado y da respuesta acorde a las necesidades de cada una de las personas que en ella están y, todo ello, acompañado por una sociedad que tome conciencia de que ella misma tiene un papel educativo de primer orden y para ello me apunto a la frase de Paulo Freire «La educación no es, está siendo»
Nos desplazamos 9 personas invitadas por el CEP de Alcalá de Guadaíra a este 1er. Encuentro Estatal de Educación y Comunidad ya que el propio CEP era parte del programa de trabajo.
Este encuentro ha estado organizado por el CPR de Mérida a través del Seminario Permanente «Educación y Comunidad», la Junta de Extremadura y el Instituto Marco Marchioni. Esta organización se enmarca dentro de un convenio firmado entre la Junta de Extremadura y el Instituto mencionado para el desarrollo de la participación ciudadana. Ver el programa del Encuentro
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En mi caso tenía un interés personal ya que quería saber de Marco Marchioni (del que he encontrado este vídeo con motivo de la firma del convenio antes citado).
Lo conocí hace muchos años, justamente el año 1987 en unas Jornadas de Desarrollo Comunitario y Educación de Adultos que se celebraron en mi pueblo, El Viso del Alcor. Aquella experiencia se desarrolló como consecuencia de un trabajo de Desarrollo Comunitario que Marco Marchioni venía realizando en Lebrija. Como consecuencia de la repercusión que tuvo, se generó un ambiente propicio para la temática, que dió lugar a esas Jornadas que se realizaron en colaboración con la Universidad de Sevilla y la Facultad de Ciencias de la Educación y a través del profesor Manuel Collado. Éste ya está jubilado desde hace unos años y he encontrado una de sus últimas intervenciones universitarias siempre en su línea de compromiso social
Aquello ocurrió en mi primera época en el CEP de Alcalá de Guadaíra y participé facilitando el desarrollo de aquellas Jornadas con ayuda del CEP. Debo recordar que se celebraron gracias al total apoyo del Ayuntamiento de El Viso del Alcor que había apostado de forma clara por la Educación de Adultos desde el año 1983. Es decir, en mi caso, trataba de saber por donde iban los derroteros de aquel personaje, que para mi y el profesorado de adultos de aquella época era una especie de mito de la investigación participativa y desarrollo comunitario
Después de esas expectativas se dio la circunstancia de que tuve que intervenir en la exposición de una de las experiencias y en la correspondiente mesa de trabajo por la tarde, ya que Paqui Olías, exdirectora del CEP de Alcalá de Guadaíra me lo pidió, dada la circunstancia de que la persona que iba intervenir del Proyecto ARCE no pudo desplazarse por enfermedad y la tuvo que reemplazar y apañar la comunicación.
El Encuentro se desarrolló en la forma prevista y, desde luego, a pesar de los problemas de acústica del salón pudimos participar de unas ideas, que al margen de posibles polémicas, son muy interesantes y de las que hay que extraer algunas consecuencias para la educación y para la comunidad.
Lo primero que debo destacar es la presencia de diversos sectores de la sociedad, como trabajadores sociales, padres y madres de alumnos, instituciones locales y regionales, profesorado, educadores sociales, es decir una fauna variopinta que no es habitual en jornadas de formación del profesorado. Por eso, un primer acierto ya que supone tener una diversidad de puntos de vista que conforman un panorama más amplio de la realidad.
Al margen de las intervenciones generales de la primera hora que no aportaron más que cuestiones muy generales y que sirvió para enmarcar el Encuentro, lo importante se desarrolló a partir de las experiencias expuestas. Fueron cinco y voy a describirlas someramente.
En primer lugar, la experiencia de Desarrollo Comunitario de la Margen derecha del Guadiana en Badajoz. Intervinieron un padre de alumno y ciudadano poniendo el énfasis en que el proyecto se centra en el concepto de ciudadanía y de ahí su importancia, por tanto todos los recursos se ponen a disposición de que la ciudadanía tenga su desarrollo y también lo hizo uno de los técnicos del proyecto, que desgranó muy superficialmente su trabajo. Destacó el momento del proyecto que lleva un desarrollo de 8 años, pero que desde el pasado año cuenta con el asesoramiento directo de Marco Marchioni y ello ha supuesto un impulso importante.
En segundo lugar, intervenimos Paquí Olías y yo, explicando el proyecto ARCE en el que interviene CPR de Telde y el de Ceuta y el CEP de Alcalá de Guadaíra que trata de aglutinar tres perspectivas de un proceso de mejora de los centros educativos a través, por un lado de la integración en procesos comunitarios (Telde) de procesos de formación (Ceuta) y de procesos de coordinación de los servicios educativos (Alcalá). En mi caso intervine para ejemplificar una consecuencia de la coordinación de servicios como es el Plan conjunto de los proyectos de mejora de la convivencia de todos los centros de la localidad de El Viso del Alcor.
La tercera experiencia nos contó un proceso de intervención comunitaria en un barrio de Palma de Mallorca por boca del técnico municipal y un proyecto de escuela inclusiva en el CP Joan Miró que como conclusión más llamativa fue la de que mientras los padres y madres no participen en la gestión de los centros no es posible la mejora. Se encuentran bajo el asesoramiento de Ramón Flecha. He aquí unas declaraciones amplias realizadas al CEP de Granada.
La cuarta me pareció sumamente interesante, fue la intervención de los miembros del Seminario Permanente «Educación y Comunidad» que está imbricado en los CPRs de Mérida y Badajoz. Una experiencia de formación del profesorado conjunta con padres y madres y sectores sociales no docentes. Fue muy sencilla pero muy explicita, estos procesos de formación conjuntos están propiciados por las normas legales de la Junta de Extremadura y generan unos intercambios del mayor interés, como por ejemplo, el propio encuentro.
Finalmente la quinta experiencia es la de un proyecto de Comunidad de Aprendizaje en un centro rural integrado por tres escuelas de la provincia de Badajoz, liderados por la escuela de Valdetorres, cuyo director expuso de forma muy clara lo que había supuesto de mejora para el centro la implicación de los padres y madres en el proceso educativo y, a continuación, una madre de las que participa en el proceso que finalizó con una frase genial «Participando aprendemos todos y todas» Muy buena esta comunicación.
Para finalizar la mañana se produjo una intervención de los representantes de la FREAPA , Federación extremeña de AMPAS (sector público) y CONCAPA (sector privado) que no aportaron nada al debate del Encuentro ya que se limitaron a exponer sus ideas al margen de la temática de la actividad. Absolutamente prescindible.
Después de los Grupos de Trabajo de la tarde donde los participantes tuvieron la oportunidad de profundizar en cada una de las experiencias y que aportaron al conjunto del grupo completo sus conclusiones. Por su extensión no pude recogerlas, pero que espero que en breve estén disponible en el CPR de Mérida. Sólo quiero hacer un pequeño comentario al hilo de una conversación directa con Marco Marchioni; el decía que nuestra experiencia le había interesado porque era del ámbito escolar hacia la comunidad y ello le parecía complementario a su visión de como se desarrollaba el desarrollo comunitario. La verdad es que me sorprendió, porque no esperaba que pudiera ser vista desde ese perfil.
El Encuentro, al margen del acto protocolario de la clausura, se concluyó con un diálogo entre Marco Marchioni y Ramón Flecha sobre el objeto del encuentro, Educación y Comunidad. Aunque es difícil casar ambas intervenciones voy a poner de relieve lo más significativo. De todos modos, ya es interesante que dos personas de cierto relieve intelectual se presten a este diálogo a cara de perro.
Ramón Flecha inició su intervención poniendo de relieve que el derecho a la educación es de los pocos derechos que no se han conseguido. Distinguió entre la escolarización y la educación. La primera tiene un nivel parecido al resto de los derechos fundamentales, pero el de la educación está muy lejos de alcanzarse, ya que como todo el mundo sabe, al menos en España, hay un 30% que no alcanza los objetivos establecidos por la educación obligatoria. La única posibilidad de conseguir el derecho a la educación al 100% es metiendo la comunidad en las escuelas. Hay que conseguir el éxito escolar.
Marco Marchioni quiso iniciar su intervención con una referencia de carácter mas histórico ya que puso de manifiesto que, al margen de consideraciones de tipo político-partidista, fue la lucha obrera la que consiguió establecer la educación como un patrimonio de la sociedad, no de unos pocos, por eso cree que no es sostenible ese 30% de fracaso escolar.
Flecha piensa que la comunidad tiene que estar en la escuela y que allí se tiene que dar un consenso para conseguir los objetivos previstos. Crítica las decisiones tomadas en los últimos años sobre las reformas del curriculo, desprecia el énfasis puesto sobre el aprendizaje significativo y proclama que es necesario esa implicación de las familias en la educación.
Marchioni opina que si bien es cierto esa necesidad hay familias que por su propia estructura no van estar nunca en la educación y que hay que establecer estrategias, para que todas las familias en sus múltiples formas puedan estar y participar. A continuación establece que el profesorado tiene una escasa relevancia social además de estar quemado y que ello no contribuye a la mejora de la situación.
Flecha cree que la única posibilidad real de superar esa situación es la de mejorar los resultados, incluso va más allá, no hay otra solución.
Marchioni dice que al igual que una persona de cualquier procedencia va a un Centro de Salud porque tiene una dolencia y esta se trata de la misma manera y se puede aplicar los últimos conocimientos médicos, sin mirar la procedencia, debería ocurrir por igual en la educación y ello no ocurre. Y debe haber soluciones para todos los casos. Para ello hay que recuperar a la Escuela Pública como lugar de excelencia porque es el único ámbito posible donde conseguir realmente el éxito.
Ramón Flecha dice que ya se ha constatado que los resultados que se obtienen de las pruebas de evaluación determinan que el origen de las desigualdades en los resultados no están en el origen del alumnado sino en los procedimientos escolares, ya sean metodologías, organización u otros, los centros que mejoran esos procedimientos obtienen mejores resultados.
Para finalizar este diálogo, Marco Marchioni comenta que se va a hacer un manifiesto con las conclusiones del Encuentro y que será enviado y para terminar dice más o menos literalmente «El mundo ha cambiado y la educación debe cambiar en el mismo sentido» .
Hasta aquí el relato personal de lo acontecido en este 1er. Encuentro Educación y Comunidad. Desde luego considero que se pueda estar de acuerdo o no de las opiniones expresadas, pero el día mereció la pena y algunas veces es necesario parar para reflexionar aunque sea para discrepar o estar de acuerdo.