La Célula Mecánica
23.09.2008

Beijing. The end, día 11

por comcinco

Martes 16 de septiembre, volvemos a casa. Solo que dan por coger taxis, aviones, aviones y aviones… Siempre he dicho que las vueltas son más rápidas que las idas, por lo menos eso me ocurre en coche… pero en avión es completamente distinto.

Tenemos que coger el avión a las 11 de la mañana en el Aeropuerto Internacional de Beijing, está bastante lejos de la capital. Salimos en texi a eso de las 8 de la mañana. Mi compañero se queda dormido en el asiento del copiloto, yo, detrás, voy mirando por última vez la ciudad en la que he vivido durante diez días.Otra vez estamos en el aeropuesto más grande del mundo. Enorme. Facturamos, de nuevo cogemos el tres hasta la terminal pero a la inversa. De nuevo los voluntarios de las paralimpiadas te ayudan sin problemas. De nuevo, pero a la inversa, cambiamos los yuanes que nos sobran por euros. Dentro de poco la vida volverá a ser igual de cara que antes de llegar a Beijing.

Primer avión, Beijing-Helsinki. Ocho horas de vuelo de tirona, eso es lo que me mató. Para venir aquí vas cogiendo aviones cada vez durante más tiempo. Primero cincuenta minutos de Sevilla a Madrid. Después cuatro horas de Madrid a Helsinki y para finalizar ocho hasta Beijing. Ahora el tema es al revés, de más a menos, de sopetón ocho horas acorralado, ocho horas de películas de mierda, Indy 4… no coments… de series, de reportajes…Tres comidas en ocho horas. Es lo único que rompía la monotonía del vuelo. Eso sí, me quedé con la mantita que hay en el asiento de los vuelos de Finnair.

En Helsinki hace frio. Nos sueltan en medio de la pista, el olor a carburante es muy desagradable. Nos montamos en el bus que nos lleva hasta nuestras cuatro horas de espera. No hay que facturar, así que solo queda esperar. El aeropuerto de Helsinki es pequeño, eso sí, más grande que el de Sevilla. Damos unas cuantas vueltas por las tiendas, fingiendo interés por los productos, pero aquí es donde se resalta la subida del nivel de vida con respecto a China…Nos entra hambre, Dani va a buscar algún sitio donde se pueda comer pizza, tenemos un antojo… Nada, el único sitio que tiene pizza la vende como si fuera oro, una porción con refresco doce euros… Así que pasamos de antojos y ejecutamos el plan b. Comprar en un supermercado algo de pan, chacina y un poco de queso en lonchas… rico rico.

La noche antes de salir de Beijing, me quedé hasta tarde codificando la serie Roma, temporada uno, recomendada por Alberto, para meterla en el iPod y verla en los tiempos muertos. Me dió tiempo ver hasta el episodio siete. El problema de los que tenemos lentillas y no tenemos gafas es que el viaje se hace el doble de pesado cuando los ojos empiezan a estar cargados. Y ver una serie en el iPod Touch cansa mucho la vista. También me leí medio libro de El Viaje a la Felicidad de Punset…

Cuando falta algo menos de una hora para que salga nuestro vuelo, nos lo cambian de puerta. Ahora no es en la veinticinco, es en la treinta y dos.

El vuelo a Madrid es una pesadilla para mi. Sin apenas haber dormido, consado, con los ojos cansados nos pasamos cuatro horas metidos en una lata de sardinas. El vuelo también es con Finnair y dan una vez de comer, pero esta vez el asiento es bastante estrecho y mis rodillas chocan con el asiento delantero. Si solo fuera eso… además tenía a la derecha a dos finlandeses que no pararon de hablar en todo el vuelo, eran comerciales de una empresa que vende sifones de váteres… Delante tenía a un chino que además de tener el asiento siempre para atrás, no se recostaba, se tiraba contra el asiento siemrpe que se movía… se movía mucho. Y para terminar la faena, estaba en el último asiento del avión, es decir… no se puede echar hacia atrás… una pesadilla en toda regla. Tuvo que ponerme de pie y hacer que los dos finlandeses se levantaran para estar un rato en la cola del baño.

El baño de un avión es curioso. Lo primero que llama la antención es que en la puerta pone un símbolo que viene a significar que se apage el cigarro antes de entrar… partimos de la base que hace tiempo que no se puede fumar en los aviones. Una vez dentro, de nuevo verás un cartelito que dice que no se tiren las colillas a la papelera… Cuando haces lo que hayas ido a hacer en el baño hoy que tirar de la cadena (no en todos los casos jeejjee), una norma básica de higiente, el sonido es ensordecedor y el que tenga oidos finos notará un ligero pinchazo en el timpano… no pasa nada.

A la ida es divertido ver una pantalla donde te van diciendo la posición del avión sobre un mapa geográfico del mundo. A la vuelta, y con las condiciones que he citado antes, ese mapa es el demonio, que te dice que todavía estás lejos de aterrizar. Entrando en Francia… sobre París… Pirineos… joder no se termina nunca.Una vez en Madrid de nuevo nos dejan en mitad de la pista donde nos espera el bus.

En Madrid toca esperar otro ratito, pero ya estamos casi en casa. La gente ya habla en nuestro idioma. Es curioso apreciar como a la ida el español va desapareciendo entre los pasajeros hasta que te quedas solo, a la vuelta ocurre evidentemente lo contrario, es español vuelve a aparecer hasta que te encuentras hablar con una pareja que vuelve de sus vacaciones en Italia.

El caso es que en Madrid la espera también se hizo larga, por dos razones, una, porque no hay asientos destinados a viajeros de largas distancias, de manera que te ves en la obligación de juntar dos filas de asientos para recostarte de mala manera y dos, no aparecía la puerta de embarque hasta media hora antes de salir. Y evidentemente cuando pusieron la puerta de embarque había que recorrerse media T4. En Madrid tuvimos que facturar de nuevo. Es curioso porque para recoger las maletas hay muchas cintas, pero no hay ninguna pantalla donde diga en que cinta está tu vuelo, yo por lo menos no la ví. Si la hay hasta en Sevilla…Después de esperar un rato y dar vueltas hasta encontrar la cinta de nuestro vuelo, recogemos las maletas y nos vamos hasta facturación. Ahora parece ser, a la ida no fue así, el check in lo tiene que hacer el pasajero en una máquina roja donde introduciendo tu localizador y apellidos y número de maletas te saca las tarjetas de embarque y las pegatinas para las maletas, solo se pasa por el mostrador para entregar las maletas… Como tuvimos que facturar tuvimos la ocasión de elegir asiento. En las salidas de emergencia por supuesto. Más espacio por delante. Eso si tienes la responsabilida de abrir las puertas de emergencia en caso necesario, que digo yo que ya podrían bajar el precio de estos asientos y compensar la responsabilidad adquirida.

El avión a Madrid es más pequeño si cabe que el que nos trajo del Helsinki. Pero en la salida de emergencia no hay problemas de espacio. Además tenía junto a mi a una pareja que volvía de Italia y estuvimos conversando un poco sobre China y los paralímpicos…

En Sevilla son las doce y media. Alberto nos está esperando en la salida manejando su PDA. Le envío un sms diciendole que ya estamos aquí esperando las maletas. Abrazos al vernos y a por el coche. Se nota que estamos en casa por el calor… Por el camino le vamos contando Dani y yo algunas cosas. Llegamos a El Viso a eso de la una. Allí están mis padres despiertos aún. Mi hermano se acostó que tenía que levantarse temprano.

Por fin, dormir… dormir en mi cama… Zzzzzzzzzzz…

Recomendaciones:
– Siempre que vayas a coger un avión y te permitan la elección del asiento (pregúntalo) elige el asiento de la salida de emergencia. Es más espacioso que el resto. La gente tiene miedo a cogerlo…
– Levantarse cada ciertas horas en un vuelo largo es saludable, hace que la sangre fluya mejor después de estar un tiempo sentado.
– Siempre, siempre que viajes descansa el día anterior. Prefiero mil veces aburrirme por el camino que intentar dormir por tener sueño y no poder hacerlo por un entorno hostil…
– Llevarse algo para leer o algo para ver durante los viajes largos ayuda a pasar el rato sin tener que aburrirte. Aunque momentos para el aburrimiento los habrá, quieras o no quieras.

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comentarios

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El hermano que a remate se ha enterao q es aqui donde s epone el titulo... cateto!. dice:

Madre mia me ha entrado agobio por el avión solo de leerlo. Yo lo más lejos que he volado ha sido a Italia (2 horas y media) y me quise matar!!! Y la última vez fue desde Barcelona a la Ciudad del Betis (poco mas de una hora) y quería hacer el testamento antes de montarme.. Si me tengo q montar las 8 horas de Pekín a Helsinki me tienen que hacer lo que a M.A.Barracus.
Bueno socio, la verdad que ha sido muy buena idea la de escribir esta especie de diario. Ha sido divertido y una buena manera de saber de ti estando taaann lejos. A mi me ha encantado el viaje y cada día estaba deseando leer lo que habia acontecido en el día.
A ver cual es la próxima aventura que nos cuentas.
Un saludo hermano y ahora a seguir con la rutina.

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