La Bambola
27.01.2011

De tetas y carretas

por Cristina Domínguez

He estado tres meses sin televisión en mi nueva casa. Al principio la eché de menos, pero no puedo negar que el silencio y sentarme en el sofá inventando cosas que hacer pronto pudieron con ese aparente vacío.

Estas navidades mis padres me han regalado una tele, para ellos es fundamental, una casa sin tele está deshabitada, da pena y mi madre no podía soportar la imagen de su hija almorzando día tras día sola, en su pequeño salón. Y para qué lo vamos a negar, no es que yo no quisiera tener un aparato de esos, los que habéis leído algo de lo que aquí escribo sabéis que valoro mucho la televisión y que para mí es una herramienta de aprendizaje.

Pero llevo menos de quince días con mi tele Philips en casa y parece que han pasado tres años desde que no la veo; es más, me siento como el abuelito del anuncio de la fabada, el que decía con un hilito de voz aquello de: «Y el Madrid…. campeón de liga?». No me entero de nada y por primera vez veo casi exclusivamente La 2.

¿Y ese casi? Al mediodía, cuando llego del trabajo, mientras cocino y como, pongo «Sé lo que hicísteis» (SLQH). Creo que la mayoría de la gente, del público, de los televidentes, pensamos más o menos lo mismo: es un formato que ya está bastante quemado, hasta Ángel Martín, el co-presentador, se ha cansado ya. Demasiado largo para hacerlo a diario y sus recursos se van agotando poco a poco.

Hace algo más de un año escribí sobre el casting para nuevas reporteras de «Sé lo que hicísteis», podéis leer el post aquí. Por ahí ya empezaba a estar aburrida del programa y ese casting suscitó en mí una polémica interna, no me olía demasiado bien.

Una de las cosas que más me sorprende de lo que veo tras estos meses sin saber nada de las cadenas generalistas (ojo, trabajo en una televisión local) es lo presente que está la carne. Y con eso no me refiero a unas buenas costillas a la brasa, si no a que estamos rozando la ‘era mamachicho’. La fusión de Telecinco y Cuatro, otro «Gran Hermano», realities sin sentido… y mucho culto al cuerpo, sobre todo, y casi en exlusiva, al de la mujer.

Las tetas de La Sexta

Sobre esto último en SLQH siempre apostaron por esa fórmula: mujeres deslumbrantes con compañeros graciosillos y si podían ser del montón o poco agraciados directamente, mejor. Sabemos que una guapa vende más que una fea, que unas piernas largas son mejores que 160 cm de cuerpo… a no ser que en ese metro y medio haya unas tetas poderosas. (Por supuesto si se unen las dos características estamos de suerte).

Ayer, 26 de enero de 2011, cuando era el turno de la sección que presenta Paula Prendes, su compañera Patricia Conde pronunció estas palabras (evidentemente se ciñó al guión): «Y vamos ya con la única reportera del mundo que cuando se ducha no se moja los pies: ¡Paula Prendes!». Para el que no haya pillado la broma o no sepa quién es esta chica os diré que es una periodista asturiana, guapísima, bajita, morena, graciosa y que cae bastante bien. Y además de todo esto tiene unas tetas preciosas y gordas, muy gordas. Podéis verlo en el vídeo, es justo al principio (aviso: audio desincronizado):

http://www.youtube.com/watch?v=XZ7xKic3nuM

Hacía tiempo que me fijé en ella y en general en chicas jóvenes que desempeñan labores de este estilo en la televisión porque, por motivos que no vienen al caso, (uno de ellos, que soy actriz y susceptible de que algún día tenga que desempeñar un papel similar) desarrollo mucha empatía con casos así. No siempre le ponen escote (cuando digo escote me refiero a un escote pronunciado, ya que a las personas que tienen un busto generoso se les suele intuir a menos que se pongan un cuello vuelto), eso ya me pareció raro, me gustó. Pero concretamente en estos últimos días ha habido ciertas actitudes machistas y de mal gusto hacia Paula. En los sketchs del propio programa son muchas las veces que tanto Paula como Cristina Pedroche hacen de mujeres mononeuronales (Berta Collado se salva casi siempre). Sé que en el fondo se salvaguardan defendiendo que todo forma parte de una crítica a esa mentalidad, a la propia sociedad y televisión, pero ¿dónde está el límite? ¿Es normal que Miki Nadal saque delante de Prendes dos gelatinas y al moverlas haga comparaciones con sus pechos? La realidad es que todo está guionizado, pero ¿todo forma parte de su trabajo como reportera? Es injusto que por dotar el contenido de un discurso un poco más avispado y crítico (ya ni siquiera eso) tengan vía libre para mostrar carne.

Este verano también comentaba algo en relación al eterno tema en el muro de mi Facebook:

Todo esto… ¿a costa de qué? Es una pena que, concretamente en el caso de la reportera asturiana, su belleza o sus atributos dejen en un segundo plano su mérito. Claro que hay que tomarse las cosas con humor, y si ella lo permite y no tiene ningún problema, ¿por qué no bromear con el tamaño de sus tetas? Pero creo que en cualquier caso debería hacerse en un plano más privado. Lo he hablado con amigos, algunos piensan que ella entra al trapo o  que quizás sea cuestión de humor. ¿Tiran más dos tetas que dos carretas? En La Sexta, sí.

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comentarios

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Totalmente de acuerdo Cristina. En mi opinión, SLQH está acabado y lo que mejor pueden hacer es irse y pensar en colocar un nuevo formato o programa en la misma franja horaria. Que vuelva «Falcon Crest» por ejemplo… 😉

Un análisis fantástico y muy bien escrito. Enhorabuena.

Un besazo enorme.

russiandolls dice:

Pues está muy bien que saques esto a debate porque creo que no se limita a la tv. ¿Cuantas de nosotras no hemos pensado en ese tema a la hora de simplemente ir al trabajo?, ¿cuantas no hemos notado que lo que hoy llevas puesto es tema de conversación en la oficina? (ojo tampoco tienes que ser un bombón para que esto ocurra).

Me molesta mucho que a las que nos gusta vestir muy sexy se nos meta en el mismo saco, hay tantos matices. Pero la verdad, te hace dudar. Yo he dudado muchas veces de la cabecera de mi blog a pesar de que lo único que quería era poner humor a lo que en principio iban a ser reseñas sobre arte y cultura digital. (además lo de levantarme la falda lo hago mucho y tiene su historia)

También me molesta que pase desapercibido que jugar ciertas cartas (escotes y minifaldas) es algo que hacen mucho los tíos a su manera. Que estas presentadoras entren al trapo no me parece mal, siempre se evidencia la torpeza de los tíos que son la mitad de la audiencia y la mayoría de los jefes. Pero sí, ellas podrían dar una buena contrapartida a las «bromitas» con inteligentes respuestas, aunque no sé si se les permite o no.

Por último apuntar que respeto a estas mujeres encantadoras. Pero, siendo sincera, muchas veces no son tan buenas elecciones para el trabajo que desempeñan. Por ejemplo, Paula Prendes tiene una voz que me resulta incluso molesta. Esto pasa mucho, presentadoras impresionantes con voces horribles, una vez más lo visual aplastando a lo auditivo.

[…] This post was mentioned on Twitter by Kamen, Cristina Domínguez. Cristina Domínguez said: Nuevo post en labambola, de @zemos98: De tetas y carretas http://bit.ly/htNZ1t […]

labambola dice:

Muchas gracias por tus palabras, Manuel. No me imaginaba que eras fan de Angela Chaning.

Susana, reconozco las sensaciones que describes. Es una pena que todo tenga que ser siempre de cara a los demás, cuando lo más normal es que por ejemplo nos vistamos para gustarnos, en primer lugar, a nosotras mismas.

Lo que explicas de la cabecera de tu blog, es cierto que no pasa desapercibida. Si dices que lo haces por humor, cojonudo. Pero en casos así nosotras mismas somos las que nos autocensuramos. Si no fuera por humor sería igualmente válido y que cada uno piense lo que quiera.

En cuanto al programa me gustaría pensar -en parte- que por contrato/guión no se les deje «replicar» y romper con improvisaciones… pero quién sabe.

Y sí es cierto que no siempre son buenísimas profesionales, es imposible pillar a las mejores, pero a lo que me refería es que Paula Prendes es una de las más sueltas (más incluso que Pilar Rubio y que por supuesto Cristina Pedroche, por seguir ciñéndome al programa). A mí precisamente la voz y la forma de hablar de Paula Prendes me gusta, pero creo que sé a lo que te refieres y pienso que ésa «no es su voz», es el tonillo del «pseudopersonaje» que a veces usa una voz de pito contundente, jaja.

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