Hace casi un año veÃa la luz un nuevo blog : Generación El Columpio. No es un nuevo reality, ni un libro, ni una serie de adolescentes, es sencillamente un proyecto basado en la realidad de una generación de chicos y chicas que tuvieron en común la misma clase en un colegio muy especial.
A mi hermana
Mi padre es comunista, o al menos lo ha sido siempre, asà que nunca supe bien por qué mi hermana y yo estudiamos en un colegio concertado en el que habÃa monjas y también profesores y profesoras «de a pie». También hicimos la comunión, pero asà es mi padre, contradictorio.
DirÃa que el nombre del colegio es lo de menos, porque seguro que no lo conoceréis, pero la verdad es que la Madre fundadora tuvo ese dÃa un arte especial, llamándolo MarÃa Madre de la Iglesia.
En muchas ocasiones he reconocido que la causante de mi adicción a la nostalgia es en gran parte mi hermana, Victoria, siete años y medio mayor que yo y Generación El Columpio nace gracias a ella, en un intento de recuperar el contacto con su promoción 1980/1988.
Mi relación con la iglesia es nula, solo entro en la casa del señor cuando tengo que asistir a una boda o acto similar y pretendo ocupar mi mente en otra cosa, mientras el cura dice lo propio. Pero nuestro paso por el colegio no se trató en absoluto de eso. Sà es cierto que a medida que pasa el tiempo creo que el centro se está volviendo algo más conservador, pero cuando mi hermana y yo éramos alumnas, sobre todo en su época, las monjas eran simplemente unas señoras especiales, que vestÃan con faldas largas y tenÃan unas monturas de gafas bastante anticuadas… al menos asà las veÃa yo. Luego una ya toma conciencia, empieza a entender y decide descartar creencias y modos de vida (consecuencia de ello fue por ejemplo que nos matriculáramos de Ética en el instituto). Pero esas señoras de falda larga eran buenas con nosotros y algunos de los valores que nos enseñaron incluso molaban !
No sé si es el colegio o nuestra capacidad de considerar especiales a las personas y ciertas circunstancias, pero estaremos eternamente agradecidas de haber asistido a ese centro, donde solo habÃa una clase por curso, donde a los alumnos se les llamaba por los nombres, sin necesidad de apellido, donde el sÃmbolo-insignia durante muchos años fue un pino que habÃa en el patio del colegio, que más que otra cosa molestaba, pero que lloramos cuando tuvieron que cortarlo.
Allà aprendimos a cantar, a tocar la guitarra, a hacer teatro (o por lo menos a saber que eso era lo que nos gustaba), a relacionarnos con los primeros amigos y «enemigos», a enfrentarnos a las primeras miradas que significaban algo más que lo de todas las tardes. Es increÃble, pero es el primer sitio donde empezamos a intentar encajar en la vida solos, de alguna manera.
¿Por qué «El Columpio» ?
El Columpio es el nombre del periódico del colegio. SolÃa estar dirigido por un profesor o profesora de los últimos cursos, pero realmente era un gran contenedor de opiniones de los alumnos, poesÃas, dibujos, relatos, crónicas… Da la casualidad de que mi hermana y yo éramos, con el salto generacional pertinente, unas empollonas (que no sosas, que conste !). Desempeñamos «altos cargos» en la redacción del periódico, yo personalmente dedicaba horas y horas por las tardes !
Por esto y por tomar el nombre de algo que ya existÃa, mi hermana Victoria creyó que ése podrÃa ser el comienzo de algo.
Si leéis lo que está escrito en el blog probablemente no lo entendáis, o ni siquiera os emocione, puede que sea algo endogámico, pero está bien para empezar. Ahora es un hervidero de anécdotas y un medio para hacer quedadas que cada vez tienen más éxito.
Lo más importante es que puedo probar de primera mano que estos reencuentros te devuelven un poco el tiempo pasado, te renuevan, te hacen sentir que estás ahÃ. Que aunque ahora tengan 35 se miran con ojos de 5º de EGB.
Qué bonito ! 🙂