Hay una cita de Virginia Villaplana que dice La escritura, el archivo y el álbum fueron en su momento soportes para estructurar los relatos de la esfera privada. Sólo una posición ética en el uso de las tecnologÃas puede hacer frente al uso de la memoria como efecto tecnológico. La cultura de la memoria es una construcción occidental. Esta construcción narrativa a lo largo de la historia ha necesitado de unas tecnologÃas de la memoria y soportes para ser transmitida. En otras culturas comunitarias como la de los Cocama, Huitoto, Bora o Tikuna, en la frontera de la selva amazónica entre Perú, Colombia y Brasil, carecen de ese sentido de la memoria y el tiempo dividido entre pasado, presente y futuro, la transmisión de sus historias sigue siendo oral y comportan estructuras rizomáticas para contar lo que en cada momento es preciso contar. En Los Pasados del Futuro
Por otra parte, MarÃa PTQK nos recuerda que Lo que existen son narraciones vencedoras y narraciones fracasadas, es decir, mitos que logran hacerse camino y ser ’productores de sentido’ y otros que no. O que tampoco hay que idealizar el papel del archivo porque es también un instrumento para ’escribir la historia’ : lo que se archiva ha existido y lo que no se archiva no. Por eso es importante deconstruir permanentemente el archivo, la memoria, los propios mitos. Y ser capaces de inventarse otros nuevos.. Por eso tenemos que remezclar nuestra memoria. Y como nos recuerda Julen y tal como dice dice Slavoj Žižek en la introducción a su libro En defensa de la intolerancia : es necesario, en nuestros dÃas, suministrar una buena dosis de intolerancia, aunque sólo sea con el propósito de suscitar esa pasión polÃtica que alimenta la discordia.»
En las redes sociales todas las personas producimos sentido. Todas las personas escribimos la historia a través de nuestra memoria compartida. Por eso no deja de resultarme extraño la osadÃa de quienes se apuntan al activismo de salón cuando se producen determinadas noticias de caracter polÃtico. Me pasó con la revolución ? verde ? iranÃ. Y me pasa cada vez que hay un atentado de ETA. Reducir la realidad a un avatar de twitter fomenta el bipartidismo ideológico. Fomenta el «conmigo o contra mi». La realidad es compleja y entenderla requiere un ejercicio constante de alerta intelectual y de escepticismo ilustrado.
Porque si no, las Hemerotecas no dirÃan que Musavi es el mismo que persiguió a la izquierda en Irán en 1981 o que Julio Medem, que hizo sobre el conflicto vasco un planteamiento intelectual honesto y abierto (PDF), basado en esa idea de no dar nada por sentado, no reducir nada a un titular y no maquillar la realidad con estereotipos…terminó acorralado por unos y otros. Esta descarnada carta (PDF) que escribió nos demuestra lo peligroso que puede suponer la construcción de sentido común en contextos polÃticos. Por eso, no olvidemos que somos micro-medios. Que tenemos con nuestros lectores (por pocos que sean) una responsabilidad social corporativa. La duda de hoy puede ser una certeza del mañana.