El lugar es una novela dura y entrañable en la que Annie Ernaux nos habla de su padre, de su lucha en la sociedad y a la vez reivindica la posición en la misma. No todo el mundo se somete a los cánones establecidos por la mayoría del momento y eso hace que parezcamos “raros” y se den circunstancias con las que el padre de Ernaux no estaba de acuerdo. “Cuando nos salimos del camino marcado, las distancias con quienes nos rodean a veces son insuperables”.
Cuando Annie Ernaux supera el examen para entrar en un liceo de Lyon, su padre siente felicidad pero también un poco de recelo por el mundo en el que va a entrar su hija, un mundo burgués al que él no estaba acostumbrado y que criticaba desde su posición humilde.
El padre de Ernaux había sido un obrero que había trabajado duramente y que había acabado por conseguir un pequeño comercio en la provincia, en el que él atendía en el café y su mujer en una tienda, ambas en los bajos de la casa en la que vivían con la familia. Para ese padre, todo eso significa otro paso adelante en su difícil ascenso social; sin embargo, poco le dura esta satisfacción, ya que fallece dos meses después.
Padre e hija han traspasado sus respectivos «lugares» dentro de la sociedad. Pero se han mirado entre sí con suspicacia, y la distancia entre ambos ha ido tornándose cada vez más dolorosa. El lugar se centra, pues, no sólo en los complejos y prejuicios, los usos y las normas de comportamiento de un segmento social de límites difusos, cuyo espejo es la culta y educada burguesía urbana, sino también en la dificultad de habitar en un espacio propio dentro de la sociedad. Sigue leyendo
Educación sostenible de César Bona es un libro con el cual podemos aprender a cuidar el planeta y a plantearnos acciones desde las familias, las escuelas o la sociedad, acciones que van a redundar en la mejora y la calidad de vida que tanto estamos buscando en nuestros días. “La educación es la pieza clave para cuestiones tan actuales como la sostenibilidad o el cambio climático”.
La educación es una pieza clave para cuestiones tan actuales como la sostenibilidad o el cambio climático y se trata de que las pequeñas acciones y medidas las desarrollemos en el presente porque quizás en el futuro ya vayamos demasiado tarde. Invitemos a los niños y las niñas a ser los principales protagonistas del cambio en el cuidado de la naturaleza. Los adultos debemos ser los primeros que debemos creer y participar en estas cuestiones que redundan en el bienestar colectivo.
Así que demos el paso y sirvamos de ejemplo. Preguntémonos: “¿Qué puedo hacer yo?” y, sobre todo, “¿Qué podemos hacer juntos?” En casa, en la escuela, de forma individual y en grandes equipos. Pequeños gestos y acciones del día a día han de provocar ese cambio. Hemos de actuar, no por miedo a qué pasará si no lo hacemos sino porque con nuestras acciones estaremos respetando el lugar donde vivimos, nuestra casa.
“Las puertas de las escuelas han de estar abiertas, no solo para que entren los niños y las niñas sino para que sus ideas salgan y transformen el mundo.” Sigue leyendo
Sonia López mira la adolescencia como El privilegio de vivir con un adolescente, una nueva perspectiva para que abramos el camino positivo al tratamiento en esta edad que debe ser más una oportunidad que un problema. Es difícil este cambio de mirada, nadie dijo que fuera fácil, pero dentro de una pedagogía positiva es una visión con la que podemos crecer, avanzar y vivir esta etapa con más tranquilidad y optimismo.
La etapa controvertida de la adolescencia va a depender mucho de la infancia que has vivido con tus hijos o hijas. Es una etapa de cambios físicos y mentales que van a transformar su vida. El clima de la familia irá creciendo con esos mismos cambios en la medida que sepa adaptarse a sus nuevos gustos y que el diálogo esté presente siempre que sea necesario.
La adolescencia no debería ser ni un problema ni una condena. Aunque se trate de una etapa repleta de transformaciones, tendría que convertirse en una nueva oportunidad para seguir creciendo juntos con amor incondicional y respeto. Para conseguir disfrutar del camino hay que aprender a mirarla y gestionarla en la forma en la que nuestro hijo o hija ahora necesita: desde la empatía y el optimismo; enseñándole a quererse y asegurándonos de que sabe que le amamos sin condiciones y vamos a estar siempre a su lado.
A esto precisamente nos va a ayudar el libro de Sonia López, viviendo la adolescencia como una oportunidad de crecimiento, más que como un problema.
Sonia López nos regala esta magnífica entrada en el libro:
“Deja huella quien te cuida, te acaricia y vela por ti.
Quien te ayuda a cicatrizar las heridas y a buscar respuestas.
Deja huella quien te arropa con sus palabras y te mima con su afecto. Quien te quiere sin condiciones y no te ahoga con sus expectativas.
Deja huella quien no critica tus errores y te da tiempo y oportunidades para aprender.
Quien te ayuda a descubrir tus talentos y a fortalecer la forma como te quieres.
Deja huella quien se emociona al ver que consigues tus sueños, quien cree en tus proyectos.
Quien te hace sentir único, valorado, especial.
Deja huella quien entiende que amar es la voluntad de comprender, de cuidar.
Quien escucha abrazando el alma, quien te susurra “Voy a estar siempre a tu lado”.
Deja huella quien te regala su presencia, comprensión y amor incondicional.
Ojalá tú seas capaz de dejar huella en tu hijo adolescente”.
De eso va este libro, de que aprendamos a dejar huella y no cicatrices en nuestros adolescentes, de que veamos la adolescencia como una oportunidad de crecer juntos y no como una trifulca diaria..
Leer sobre la etapa de la adolescencia nos va a ayudar como docentes y como familias a comprenderlos mejor, a aprender estrategias de comunicación, a aprender habilidades para que el clima familiar o escolar no se vuelva insoportable, nos va a servir a establecer los límites necesarios para que podamos educar con empatía y optimismo…
Sonia López se vale de su experiencia como madre, como profesora y como formadora de familias. Esta experiencia hace que el libro sea ameno porque cuenta anécdotas y se basa en ejemplos que ha ido viviendo a lo largo de su carrera profesional.Continuamente está haciendo referencias a momentos vividos con sus hijos en esta etapa de la adolescencia.
Su visión positiva hacia la adolescencia nos ayuda a reflexionar sobre nuestra propia experiencia cuando fuimos adolescentes y ahora que tenemos que educar a nuestros hijos e hijas, desde la comprensión, el diálogo, el buen clima en casa y la empatía hacia los adolescentes, personas en formación que necesitan de todo nuestro apoyo y acompañamiento en su desarrollo personal.
Al adolescente le asaltan las dudas continuamente. Cuando son niños y niñas tienen las ideas claras, en la mayoría de los casos son las propias ideas de las familias. Sin embargo cuando llega la adolescencia todo son dudas e inseguridades, empiezan a ver nuevos caminos que en la mayoría de los casos no son los marcados por las familias, esos son los primeros a los que se contraponen por ser opiniones de otros y otras y porque ellos y ellas tienen pensamientos alternativos en los que ven otras posibilidades.
Nos dice Sonia López que la clave para conseguir que se convierta en un tiempo de disfrute es que aprendas a mirarla y gestionarla de la manera que ahora tu hijo o hija necesita, es decir, ayudándole a hacer frente a todos los cambios que experimenta desde la paciencia y la empatía. Enseñándole a quererse sin excusas, a afrontar los problemas con optimismo, a entender el mundo de los adultos.
Este libro es recomendable para familias, educadores y docentes que están tratando con los adolescentes. Les va a dar una ayuda positiva para afrontar los problemas derivados de esta transformación en la que el niño pasa por la etapa de la adolescencia hasta llegar a la edad adulta. Es un cambio de mirada en el que la autora nos hace ver cada problema como una oportunidad de crecer juntos y de establecer nuevos cauces de comunicación que harán mejorar el clima familiar y escolar.
Puedes ver la reseña completa en El Diario de la Educación, publicada el día 6 de diciembre de 2023.
“Una historia conmovedora sobre una anciana que debe enfrentarse a su terrible pasado. Una secuela magistral de El niño con el pijama de rayas”.
Todas las piezas rotas, de John Boyne, es la continuación en el tiempo de un horror que no te deja tranquila. Es la historia de una anciana de 91 años, la hermana del protagonista de “El niño con el pijama de rayas”, que vive atrapada en sus horribles recuerdos y que no soporta las injusticias, aunque ella se siente culpable por lo que vivió y no denunció en su momento.
¿Qué pasó con la hermana y los padres de Bruno, el niño que hablaba por la alambrada con su amigo Shmuel? ¿Sobrevivió la familia a la guerra y los horrores del nazismo?.
Gretel Fernsby, protagonista de la historia, es ahora una anciana de 91 años y vive en Londres en un apartamento de una de las zonas más acomodadas de la ciudad. Es la hermana de ese niño que nos cautivó y nos mostró, a través de su amigo, cómo vivían los presos y cómo eran las instalaciones del campamento nazi.
Gretel entabla amistad con unos nuevos vecinos que vienen a vivir al piso de abajo, sobre todo con el niño, Se va percatando de los sufrimientos de la madre y del niño acompañados por un padre que los maltrata. Una noche, tras ser testigo de una violenta discusión entre la madre de Henry y su dominante padre, Gretel se enfrenta a la oportunidad de expiar la culpa, el dolor y el remordimiento y hacer algo por salvar a un niño, por segunda vez en su vida. Pero para ello se verá obligada a revelar su verdadera identidad, que ocultó tras la guerra por temor a la culpabilidad de ser hija de su padre, conocer los horrores…
¿Hasta qué punto una niña de 12 años puede sentirse culpable de los tremendos crímenes que cometió su padre como comandante en Auschwitz? ¿Tenía ella conciencia a esa edad de lo que su padre estaba haciendo y que también su madre ocultaba? A lo largo de esta novela Boyne nos va interpelando y haciendo reflexionar sobre la posible culpa de esta preadolescente, nacida en el seno de una familia en la que el padre no tuvo ningún tipo de escrúpulo por seguir el mandato del dictador Hitler y que ejecutó órdenes para la muerte de muchas personas.
La trama transcurre entre varias ciudades por donde Gretel va tratando de ocultar su identidad por temor a las represalias, pasa por París en 1946, después Sidney de la que se aleja por no soportar el clima y por último Londres desde 1953 a 2022. Boyne va dando pasos atrás y adelante en su historia y esta circunstancia te hace elevar la curiosidad en la lectura, hay momentos que no puedes dejarla porque crees que va a confesar su verdadera identidad.
Gretel es una anciana amable que vive con los recuerdos más terribles y también con los momentos más agradables que ha vivido con su marido aunque antes pasó por el momento más horroroso cuando le contó a David, amigo de Edgar, su marido, su verdadera identidad. Creo que es uno de los momentos más duros de la narrativa de esta obra aunque tiene otros que también te sobrecogen. La historia de esta novela te hace pensar sobre la culpa, el rencor, el amor, el perdón, la familia, el duelo…
La narrativa es ágil y John Boyne te embauca en las tramas que plantea con mucha sutileza. Su lectura es apasionante y sirve de reflexión ante los desastres de la guerra, precisamente ahora, en este tiempo, en el que también estamos viviendo otra guerra que está matando a miles de inocentes. Ninguna guerra se justifica, las personas hemos venido al mundo para ser felices y para dialogar, no para pelearnos y matarnos.
Si leíste El niño con el pijama de rayas, este libro no te lo puedes perder, es alucinante cómo enlaza las dos historias y cómo sigue interesando la trama más conmovedora de esta narrativa tremenda del holocausto.
Dice Boyne que cuando da charlas en talleres de escritura creativa, siempre les pide a sus alumnos: “sin hacer ninguna referencia al argumento, dime, en unas pocas frases, de qué trata tu novela. Si yo tuviera que contestar esa pregunta sobre Todas las piezas rotas, diría que es una novela sobre la culpa, la complicidad y el duelo, un libro que se propone analizar hasta qué punto puede ser culpable una persona joven, dados los sucesos históricos que se desarrollaban a su alrededor, y si esa persona se puede desvincular de los crímenes cometidos por sus seres queridos”.
Puedes ver la reseña completa en El Diario de la Educación, publicada el 30 de noviembre de 2023
Mira las luces, amor mío, de Annie Ernaux (Premio Nobel de Literatura, 2022) contiene las reflexiones que hace la autora en sus visitas a Alcampo y el centro comercial en el que se ubica dicho hipermercado. Se fija en los empleados, las empleadas, el horario que cada clase social dedica a las compras, los estereotipos de género que se siguen perpetuando, los alimentos, las personas… todo un “desnudarse” cuando ponemos los alimentos comprados en la cinta, en ellos se puede averiguar las familias cómo son, si tienen animales, si cocinan o no, si aprovechan las ofertas…
Al cabo de un año, Annie Ernaux fue llevando un diario de sus visitas al hipermercado Alcampo, del centro comercial Les Trois-Fontaines, en la región parisina. En ese diario fue anotando sus observaciones, teniendo una mirada nueva a lo que antes hacía por rutina. Ella decía que “Ver para escribir, es ver de otra manera”. De esa manera va observando situaciones de los empleados y de las empleadas, de las cajas, de las ofertas cuando pasan las temporadas, las situaciones que ve injustas, las que les parecen divertidas, las que siguen los estereotipos de género… y observa a las gentes, sobre todo se fija en las personas. El hipermercado, lejos de reducirse al lugar donde se hacen las compras, adopta aquí un rostro distinto: se convierte en un gran espacio de citas, en un auténtico espectáculo humano. Una captura impresionista del mundo de la gran distribución donde lo cotidiano se eleva a rango de sujeto literario.
Confieso que hasta que no le dieron el Premio Nobel no había oído hablar de Annie Ernaux y también confieso que cada vez que leo un libro suyo me siento fascinada por la maestría de su narrativa y su aportación al mundo en cuanto a su visión social y feminista. En este mismo diario ya fue comentada su primera novela Los armarios vacíos y voy siguiendo su trayectoria porque merece mucho la pena y la lectura es fascinante.
Ernaux tiene la virtud de meternos de lleno en situaciones de la vida cotidiana que pasamos de largo y no nos ponemos a reflexionar, ella sí lo hace. De esto trata Mira las luces, amor mío en la que durante un año va anotando sus impresiones, a modo de diario, sus rabias ante las injusticias, sus desconsuelos ante las situaciones que viven los empleados, los horarios que cada clase social frecuenta, la gente que compra mirando mucho los precios… ante las visitas al hipermercado Alcampo, sitio que ella frecuentaba por cercanía. Sigue leyendo
El maestro que prometió el mar de Francesc Escribano es un homenaje a la recuperación de la memoria de Antoni Benaiges. Un maestro republicano que trabajó con los niños y las niñas en Bañuelos de Bureba (Burgos) con una pedagogía activa y comprometida, siguiendo las técnicas de Freinet y partiendo de los intereses de los niños y las niñas. Su objetivo era que aprendieran y fueran buenas personas. Precisamente por sus ideas, cuando entró el régimen franquista, fue apresado, torturado, fusilado y tirado en una cuneta. Aún no se han encontrado sus restos.
En 1934, Antoni Benaiges, un maestro de Mont-roig del Camp (Tarragona), fue destinado a la Escuela Nacional de Bañuelos de Bureba, un pueblo pequeño de la provincia de Burgos. Trabajó con una metodología cercana al niño, partiendo de sus intereses, llevando a la práctica la metodología Freinet. Los niños hacían sus propios cuadernos y con la imprenta lo difundían y lo intercambiaban con otras escuelas. Comenzó a transformar la vida del pueblo y la de las familias, aunque no estaba bien visto por todos con esa forma de trabajar. A finales de julio de 1936, el maestro desapareció. Durante más de 75 años, su trabajo y personalidad permanecieron en la intimidad del recuerdo de sus antiguos alumnos y su familia, hasta que, en agosto de 2010, a pie de fosa, un vecino de Bañuelos haría emerger la figura del maestro asesinado en 1936 y la conmovedora historia de una promesa que no se pudo cumplir.
“El mar será muy grande, muy ancho y muy hondo. La gente va allí a bañarse. Yo no he visto nunca el mar. El maestro nos dice que iremos a bañarnos”. Lucía Carranza
El libro está dividido en cinco partes, cada una de ellas diseñada por los cinco autores que están dedicados a desenterrar el silencio que existe sobre la memoria del maestro Antoni Benaiges:
Nos cuenta Sergi Bernal que:
• A finales de julio de 1936, justo al inicio de la Guerra Civil, desapareció el maestro catalán Antoni Benaiges. Dos años antes había llegado al pueblo burgalés de Bañuelos de Bureba dispuesto a aplicar en su pequeña escuela rural la técnica Freinet, una innovadora metodología pedagógica basada en la participación de los alumnos y el uso de la imprenta.
• Durante más de 75 años, su labor y su personalidad permanecieron en la intimidad del recuerdo de sus antiguos alumnos y de sus compañeros de profesión, mientras su familia albergaba el deseo de conocer la verdad sobre su paradero.
• En 2010 durante los trabajos de exhumación de una fosa de asesinados en la guerra civil en Burgos, un testigo hará emerger a pie de fosa la figura de un maestro asesinado en julio del 36 y enterrado en aquellas montañas. Cubriendo documentalmente los trabajos de exhumación se encontraba un fotógrafo que iniciará una obsesiva investigación para reconstruir la historia del maestro de Bañuelos, entrevistando familiares, ex-alumnos y recopilando un archivo disperso entre revistas educativas de época, diario locales y fondos de archivo. Yo soy ese fotógrafo, Sergi Bernal.
• Una historia de injusticia. Hasta hace 5 años para ver un homenaje póstumo a la memoria de este maestro se debían recorrer más de 12.000 kilómetros, llegar al estado de Veracruz, donde hay una escuelita que utiliza técnica Freinet, escuela fundada por un exiliado republicano, Patricio Redondo, y que homenajea desde 1940 hasta hoy a Antoni imprimiendo su nombre en un cuaderno escolar, el mejor homenaje. A diferencia del estado español donde su expediente de maestro, archivado en el AGA, concluye, se expulsa a este maestro “por tener una conducta antisocial, antipatriótica y mal vista por todo el mundo. En los últimos años hemos estado trabajando en la recuperación de la memoria de este maestro renovador asesinado por el fascismo en 1936 en Burgos.
Para difundir su historia y dignificarlo hemos hecho un documental, un libro y una exposición fotográfica, incluso ahora estamos tras el cómic. Pero lo más grande aún estaba por llegar, pero llegó, creamos una asociación para que el proyecto de recuperación de su escuela, la escuela de Bañuelos de Bureba, para allí hacer un taller pedagógico de la técnica Freinet y de su trabajo con las imprentas escolares. El libro, Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar.
El maestro luchaba por sacar de la ignorancia a unos niños y niñas que estaban perdidos en un pueblo pequeño. Querían que fueran buenas personas y que pensaran que fuera del pueblo también tendrían un futuro. Los trataba con cariño y con respeto y , por supuesto, no pegaba, al igual que hacía el maestro anterior (el cura párroco).
A pesar de todo esto su política en el pueblo no estaba bien vista porque se temían que el gobierno que entrara iba a tomar represalias con todas aquellas personas que tenían buena relación con el maestro. Este miedo interno en las personas que vivieron en esta época del franquismo dificulta en muchos casos la recuperación de la memoria histórica.
Empezamos a tomar contacto con la figura de este gran maestro con el libro Desenterrando el silencio. Un homenaje a los maestros asesinados por sus ideas: Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar.
En España la República supuso la transmisión de nuevos valores, se hicieron colegios mixtos, se dignificó la figura del maestro, se separaron las ideologías religiosas de la enseñanza y se consideró que eran los maestros los que debían transmitir a la población los valores de la República.
La política educativa de la Segunda República suponía el apoyo oficial a los movimientos de renovación pedagógica a principios del siglo XX. Entre los nuevos métodos que se introdujeron estaba la técnica Freinet. Su filosofía se basa en:
Toda esta filosofía se enmarca en los principios de la ILE (Institución Libre de Enseñanza).
Antoni Benaiges, perteneciente al grupo Batec, puso en marcha la escuela con los principios de Freinet y por eso fue perseguido y fusilado en manos de la represión franquista.
En definitiva, una historia conmovedora que no podemos perdernos porque remueve conciencias y nos hace sentir más la educación, a sabiendas que hubo otras personas luchando por una calidad educativa que hoy tenemos en un marco de libertad y que, a veces, no sabemos aprovechar porque nos dejamos llevar por la desidia de gente que no creen que esta forma de educar engrandezca a las personas, tanto a los docentes como al alumnado y a la sociedad en general.
Este libro es recomendable para el público que quiera conocer las atrocidades que se hicieron con las personas en tiempos del franquismo, solo por tener ideas diferentes a las que proponía el régimen dictatorial. Es de obligada lectura para los docentes que aprecien y vean necesario que otro tipo de educación es posible, que es necesario contar con las ideas del alumnado, con las familias y que es muy necesario que la escuela devuelva a la sociedad lo que en ella se aprende. Este método de Freinet es totalmente viable en la sociedad y las escuelas del momento, y sería muy recomendable que tomáramos notas para nuestras prácticas en el aula.
“La imprenta en la Escuela es una ventura. Libera al niño de su peor enemigo: el maestro. Hablo en serio. Al maestro cumple demostrar lo contrario. Esto es, que educa… El niño tiene una personalidad, tiene valores propios y característicos. Educar ha de ser algo que respete estos valores, que no los falsee o reduzca” Artículo publicado por Antoni Benaiges en la revista Colaboración, en junio de 1935.
No sabes lo que es la guerra, de Yeva Skalietska, es la reflexión de una niña de doce años que empieza a vivir la guerra y decide contarlo al mundo y para ella misma cuando sea adulta. Un relato duro y sincero desde la sensibilidad más inocente de una niña que ve cómo todo en su entorno va desapareciendo y su objetivo principal es salvar la vida.
El horror de la guerra a través de la mirada inocente de una niña.
“Todo el mundo conoce la palabra guerra, pero muy poca gente sabe lo que realmente significa. Se puede decir que es horrible y aterradora, pero nadie conoce la verdadera magnitud del miedo que provoca cuando la tienes delante. Y por eso, cuando de repente te encuentras que tienes que enfrentarte a ella, te sientes totalmente perdido, amurallado por el miedo y desesperación. Todos tus planes se ven interrumpidos sin previo aviso por la destrucción. Hasta que no has estado allí, no sabes lo que es la guerra.” Con estas palabras nos explica Yeva lo que ha relatado en su diario.
La valentía de Yeva en hacer este relato es una llamada de atención al mundo para que se deje esa guerra que está matando a tantas personas y está destruyendo un país.
Es difícil no sobrecogerse con su relato sencillo de cómo día a día se tiene que ir escondiendo en los refugios y sótanos para que no le alcance el bombardeo. Siempre acompañada de su abuela materna con la que vivía tras la separación de sus padres.
“Nadie creía que eso fuera a pasar. No había motivos. Cuando me desperté por los ruidos de las explosiones me di cuenta de que la guerra había empezado, tuve mi primer ataque de pánico. No sabía qué hacer. Ha sido el momento en que más miedo he pasado en mi vida”.
Era muy triste el cambio que había dado su vida, justo en una edad en que solo se piensa en las alegrías y en los amigos. De buenas a primeras tu vida corre peligro y sólo debes pensar en ponerte a salvo. “Era tan triste lo que estaba ocurriendo… Cada explosión, cada misil. Yo solo quería expresar cómo me sentía y así era más fácil. No quería hablar con nadie, así que decidí sacarlo escribiéndolo en una libreta. Pensé que quizás querría leerlo en unos años y recordar cómo me sentí en el momento. Me ayudó”.
A lo largo de todo este periplo sigue en contacto con sus amigos y amigas y se preocupa por cómo lo están pasando ellos. Ayudadas por los periodistas de “Channel 4” consigue salir de su ciudad e instalarse en Dublín.
“He conocido a gente maravillosa aquí y he podido reanudar mis estudios que espero que algún día me permitan estudiar periodismo o convertirme en escritora. Mucha gente me quiere ayudar y eso es algo maravilloso, mi diario ha sido un gran aliado para ello. Pero por otro lado, la gente aquí no sabe lo que es la guerra, tiene cielos tranquilos y días normales y les cuento que a diario veo las noticias y llamo a mis amigos, o que mis sitios favoritos de la ciudad han quedado reducidos a escombros y no lo entienden”.
Este relato sencillo, lleno de emociones vividas en una guerra que no te esperas, puede crear conciencia, puede hacer sentir que lo importante de la vida es vivirla, puede hacer reflexionar a la gente que defiende las armas, puede concienciar para que haya PAZ en el mundo, puede servir de reflexión a muchas personas que día a día se están matando y están viviendo en la injusticia de la guerra…
Libro muy recomendable para estudiantes de Secundaria y para que el profesorado vaya dialogando tras la lectura sobre los sentimientos de Yeva. Esta lectura puede servir para que la juventud tome conciencia y salga del letargo social en el que se ven envueltos; los pensamientos de quiero un móvil de última generación, necesito ropa, no me gusta este peinado, mañana vamos de fiesta, tengo que salir… pueden cambiar cuando se conozca esta realidad tan distinta a la que se ha visto obligada a vivir esta niña.
Lo que está claro es que la lectura de “No sabes lo que es la guerra” no te deja indiferente y es recomendable para adolescentes y también para adultos porque puede servirnos de argumentos para reflexionar con los más jóvenes.
Puedes ver la reseña completa en El Diario de la Educación, publicada el 8 de noviembre de 2023.
Llego con tres heridas de Violeta Gil es una novela valiente en la que la protagonista se enfrenta ante las palabras, narrando y descubriendo su propia realidad, la de su familia y la del entorno social que ha ido marcando los acontecimientos que le hacen pensar, para poder salir del duelo personal en el que se encuentra sumida. “Una historia de amor y oscuridad que entronca con la de nuestro propio país, en el cruce de tres generaciones que no siempre han sabido comprenderse”.
Victoria Gil toma prestado el poema de Miguel Hernández, nace con tres heridas: la de la vida, la de la muerte, la del amor y parte de él para escribir una historia íntima y emocionante. En esta novela encontramos una producción literaria que sale de la propia experiencia y en la que la autora no teme contarnos sus sentimientos más íntimos en beneficio de un ejercicio de catarsis para tratar de entenderse ella misma y encontrarse en su vida con todo el lastre que le ha dejado su pasado. La autora se transparenta de manera valiente, poniendo voz, cuerpo y alma al servicio de su destino, retomando caminos olvidados, conversaciones con familiares, documentos reales o, a falta de ellos, inventados. Pocas veces los libros se sienten tan necesarios y se confían de forma tan admirable a su propia razón de ser.
Violeta Gil nos ha regalado un libro con el que, incluso lleno de momentos muy tristes, podemos disfrutar de su lectura porque está repleto de situaciones auténticas que te hacen trasladarte a tu vida y que te lleva a un paralelismo entrañable en la relación con los abuelos, con el padre, con la madre, con los tíos, las primas… y en general, con toda una gente que es su familia y en la cual está buscando un consuelo, una salida a su momento de duelo por la muerte de su padre al que ni siquiera conoció.
Desde el principio la protagonista se enfrenta a la muerte, la primera la de su abuela pero le queda la relación entrañable con su abuelo con el que disfruta yéndose al campo y escuchándole. En esta muerte de la abuela da un repaso a las costumbres sociales de la época de la dictadura, en el que las mujeres se sentaban a un lado de la iglesia y los hombres a otro, en la que todos los muertos iban a la iglesia y en el que existía una parafernalia de ritos y costumbres que nos van mostrando que así es como se hace, nadie es diferente. Por ejemplo, las mujeres no iban al cementerio, se quedaban en la casa del difunto hasta que llegaran los hombres. Todo esto va a cambiar con la llegada de los tanatorios que, según el abuelo, significa un avance en cuanto a las costumbres de la civilización. Sigue leyendo
En Las durmientes, Nando López nos muestra cómo una vez más las jóvenes son víctimas de abusos de los hombres mafiosos que no tienen respeto por las mujeres. Una mafia que oculta problemas muy graves de trata de personas. El periodista que tanto sufrió en su pequeño pueblo y del que tuvo que marchar por no sufrir más los atentados contra su homosexualidad, va a ir desgranando el verdadero problema y las personas que están detrás de él. Una temática muy actual que nos puede ayudar a reflexionar sobre los propios acontecimientos que van ocurriendo.
Aparece una chica, Chloe, de dieciséis años desnuda en un descampado y aparentemente drogada. Cuando despierta descubre que le han grabado en su propio móvil un vídeo en tales circunstancias. La noticia atrae morbosamente la atención de los medios en busca de más información. Van surgiendo más denuncias de otras jóvenes agredidas en idénticas circunstancias. Entre los periodistas aparece Gael, un joven becario, nacido en el mismo pueblo en el que ocurren los hechos, que espera que al conocer el lugar pueda hacerse con una buena exclusiva ya que él mismo tuvo que huir al cumplir los dieciocho años por sufrir acoso.
En parte, por culpa de heridas que aún no ha superado. Pero, sobre todo, por un trágico suceso que marcó su vida seis años atrás: la desaparición de su amiga Vega al salir del mismo local en donde ha sido secuestrada Chloe. La irrupción de «las durmientes», como él mismo las bautiza en uno de sus artículos, no solo reabrirá ese dolor pasado —y ese interrogante pendiente— sino que lo obligará a tomar partido. Y es que Gael no está dispuesto a que el destino vuelva decidir en su lugar. Esta vez no.
El tema que se trata en la novela es de plena actualidad, esta misma mañana he escuchado en la radio una noticia que parece que estaba describiendo el libro, no podía ser más idéntica. El caso es que se sigue abusando de las mujeres y martirizándolas por razón de su sexo. Todo esto en una sociedad en la que el poder está en mano de los hombres, aunque cada vez hay más voces que se levantan en contra de estos abusos y en contra de no respetar los derechos de las personas, tengan la identidad que tengan, hay que respetar la diversidad y el acoso o maltrato no debe producirse por ninguna de las circunstancias.
Me ha gustado mucho cómo en el libro se describe con detalle el camino que recorre Gael para cubrir la noticia. Creo que ese acercamiento a las jóvenes, víctimas del suceso, hace que podamos ver más humana la condición del periodista que intenta descubrir el problema sin buscar el efectismo morboso de la noticia. A la juventud le va a servir para conocer desde dentro una profesión, en muchos casos, mal entendida por parte del propio gremio y de las empresas que se dedican a este menester. Sigue leyendo
La contadora de películas de Hernán Rivera Letelier es la historia singular de un poblado que ama el cine y María Margarita es una niña que emociona cuando cuenta las películas que ve, es más, la gente prefiere que ella se las cuente aunque ya la hayan visto, es tanta la pasión que pone en sus narraciones que emociona y encanta a todas las personas.
«Comencé a fijarme en detalles que la mayoría pasaban por alto: el modo acanallado de pintarse los labios de la rubia amante del mafioso, algún tic casi inadvertido del pistolero en los instantes previos al saque, la forma en que los soldados encendían el cigarrillo en las trincheras para que el enemigo no viera el resplandor del fósforo.».
Así es como María Margarita emocionaba a la familia y a la gente que acudía a su casa para que les contara la película que había visto.
Hacen un esfuerzo especial por juntar las monedas y mandar a la niña a ver la película porque después ella la cuenta con mucha emoción y todo lujo de detalles, era una buena narradora y tenía una buena memoria.
Tan sencilla como poderosa, esta novela encierra un homenaje al arte de narrar historias, al tiempo que traza la mágica historia de los cines en los pueblos en sus tiempos de esplendor y decadencia.
Es necesario contar películas, historias o cuentos porque desarrolla el entendimiento y ayuda al proceso de desarrollo emocional de nuestro niños y niñas.
Nos dice Begoña Ibarrola que en esta nueva sociedad cambiante en que vivimos, contar cuentos (historias o películas) no es solo una manera de expresarse, sino también un medio para transmitir valores atemporales y educar la dimensión emocional de nuestros alumnos y nuestras alumnas. Los cuentos (las historias y las películas) son magníficas herramientas para educar las emociones y comprender nuestro mundo interior, a la vez que nos permiten adentrarnos en la vida de otros, observando el mundo y las miles de vivencias que en ellos se plasman desde una distancia de seguridad.
Las historias, con frecuencia, están llenas de emociones que nos llegan al corazón y es bueno meterlas dentro de todo lo que tenemos que enseñar porque así el aprendizaje se fija más y se hace más significativo, ayudando al desarrollo psicológico.
Quiero destacar en este asunto la historia que nos cuenta Miguel Roig, columnista de elDiario.es. y que es un poderoso ejemplo de las consecuencias que tienen las historias en las personas. “Relata que, durante un período de trabajo en una empresa de publicidad en Buenos Aires, había encontrado expuesta una historia escrita en la pared:
«Contaba que un redactor publicitario, camino de su trabajo, atravesaba todas las mañanas Central Park y dejaba una moneda en el sombrero que un mendigo había puesto a sus pies, junto al cual había un cartel en el que se leía «SOY CIEGO». Un día, rumbo a la agencia, el redactor le dijo al ciego ‘Hoy no te voy a dejar una moneda, hoy voy a escribir algo en tu cartel’. Al atardecer, el redactor, al volver a cruzar el parque rumbo a casa, le preguntó al ciego cómo le había ido durante la jornada. ‘Ha sido increíble- le contestó- me han llenado el sombrero de monedas; dime una cosa: ¿qué has puesto en el cartel?’. «SOY CIEGO Y HOY COMIENZA LA PRIMAVERA», le contestó el redactor». Sigue leyendo