Ayer celebramos la segunda sesión de las Tertulias Dialógicas Pedagógicas en el Cep de Huelva. Durante todo el tiempo ha habido inestabilidad por el número de asistentes pero ayer ya decidimos seguir hacia adelante, aunque no se cumplan los requisitos establecidos para darle una cobertura legal como curso. Lo importante es que la gente disfrutó leyendo y debatiendo sobre el párrafo que cada uno eligió del capítulo I del libro Mal de Escuela, escrito por Daniel Pennac.
«Los profesores que me salvaron -y que hicieron de mí un profesor- no estaban formados para hacerlo. No se preocuparon de los orígenes de mi incapacidad escolar. No perdieron el tiempo buscando sus causas ni tampoco sermoneándome. Eran adultos enfrentados a adolescentes en peligro. Se dijeron que era urgente. Se zambulleron. No lograron atraparme. Se zambulleron de nuevo, día tras día, más y más… Y acabaron sacándome de allí. Y a muchos otros conmigo. Literalmente nos repescaron. Les debemos la vida».
Este párrafo en el que se relata cómo existieron profesores que creyeron en él, es una esperanza contra el mal alumnado, ese que es torpe porque no se esfuerza o que no se esfuerza o no sabe porque no tiene cualidades, a ese alumnado que nadie le muestra el camino y se empieza de nuevo con él para aprender desde el principio, aunque sus lagunas de conocimiento sean muy grandes, a ese alumno que necesita de la comprensión de su ignorancia por parte del profesorado, a ese alumnado es necesario también atenderle.
«Así se expresaba su amor de madre; cuando yo la pinchaba hablando de las delicias de la inquietud materna, ella respondió a tono con una chanza digna de Woody Allen:
¿Qué quieres? No todas las judías son madres, pero todas las madres son judías».
…sigue siendo lo bastante vivaz para que mamá me pregunte, con su mano en la mía, cuando me separo de ella: ¿Ya tienes un apartamento en París?»
Las expectativas de las familias y el profesorado sobre un alumno, pueden ir determinando su futuro, pueden contribuir a esa insatisfacción del deber no cumplido, a pesar de todo. Fijaros que la madre muestra su insatisfacción, a pesar de su hijo haber llegado a ser profesor, porque para ella el muchacho estará verdaderamente realizado cuando haya podido comprarse un apartamento en París.
En este tipo de alumnado se desprecia cualquier atisbo de acierto que tenga en otro campo del saber, si no adelantas en las materias instrumentales es como si tu inteligencia no sirviera para nada. » Cada anochecer de mi infancia , regresaba a casa perseguido por la escuela… llevaba a casa unos resultados tan lamentables que no eran compensados por la música, ni por el deporte, ni, en definitiva, por actividad extraescolar alguna»
La educación no es solo impartir conocimiento, debo entrar en las personas a educar y atenderles en todas sus facetas educativas. Las emociones juegan un papel importante en todo el acto educativo por eso es importante atender a las personas, no solo como receptoras de conocimiento sino como personas que se emocionan, que aprenden de los demás, que se relacionan… Educadores son aquellos que saben romper los miedos y los silencios para crear un clima de confianza que favorezca el aprendizaje.
Lo importante es ver qué me transmite a mí el autor con lo que dice, según mi contexto, según mi realidad… a través de la reflexión puedo llegar a mejorar mi pequeño entorno para ayudar a transformar la sociedad.
Y para la tercera sesión nos leemos los capítulos dos y tres, eso es lo que nos llevará al debate de la siguiente, después de una lectura reposada durante estas semanas.
(Gracias a Fran Vázquez por la foto)