«El lector probablemente objetará que no es posible recordar los recuerdos de otra persona, y que -como yo mismo reconocà hace un momento- cualquier intento de llevar a cabo tal acto de recuerdo sólo puede llevar a una falsificación. A esta objeción hipotética respondo que, para el ficticio escritor de cartas de Sans Soleil [de Chris Marker], no puede haber ningún recuerdo exacto o auténtico. La función de recordar, como en un determinado momento sugiere, es transformar, no reproducir.
«Nosotros no recordamos», escribe. «Nosotros reescribimos el recuerdo, en gran parte del mismo modo que se reescribe la historia». E implÃcita en esta transformación o reescritura de nuestros recuerdos está la posibilidad de también reconfigurar constantemente la pantalla. Recordar perfectamente serÃa habitar para siempre el mismo orden cultural. Sin embargo, recordar imperfectamente es poner imágenes del pasado en una relación siempre nueva y dinámica con aquellas a través de las cuales experimentamos el presente, y en el proceso, cambiar incesantemente los contornos y la significación no sólo del pasado sino también del presente. Por esta razón, dice Krasna en la misma carta, no es lo «opuesto» del recuerdo sino su «revestimiento». Representa la posibilidad de ver algo distinto de lo que uno vio ayer o anteayer: la posibilidad de aprehender el mundo bajo condiciones distintas de las dictadas de antemano por lo dado-a-ver».
Kaja Silverman, en el libro «El umbral del mundo visible«.
Gracias a Mar Villaespesa por regalarme la cita por email.