Hace aproximadamente un mes participamos en el Festival Internacional de Cine Chico de La Palma, más conocido cariñosamente como El Festivalito. El evento, como la mayoría de las iniciativas culturales independientes de este país, ha sufrido vaivenes económico-institucionales. Y sin desvelar nombres, os cuento una historia muy representativa del estado actual de las políticas culturales de este país.
Al parecer un político, un par de semanas antes de que comenzara el evento, le dijo a uno de sus directores:
“EL FESTIVALITO NO SIGNIFICA ABSOLUTAMENTE NADA PARA ESTA CIUDAD”.
Además se lo dijo por email e incluyendo las mayúsculas. Lo cual como sabéis, en términos de ’netiqueta’ es sinónimo de gritar.
Hace días decía Juanlu en el twitter en un divertido y enriquecedor hilo que iniciamos de broma (#noeslomismo) que “No es lo mismo lo político que los políticos”. Nos vanagloriamos de que en España no tenemos un proto-dictador como Berlusconi. Pero habría que reflexionar y permanecer alerta cuando alguien que ostenta un cargo público hace algo tan cutre, maleducado e inapropiado como esto.
En primer lugar y contradiciendo a la ministra de cultura porque pensamos que la cultura no es un terreno neutral. No. La cultura es intencionada. La cultura es una discusión. La cultura es un espacio de encuentro y aprendizaje al mismo que tiempo que un lugar de confrontación. Por eso decir que un evento cultural “NO SIGNIFICA NADA” es torpe. Hubiera sido más honesto o incluso más apropiado que dijera “EL FESTIVALITO NO SIGNIFICA NADA PARA LOS INTERESES CULTURALES DE ESTA ADMINISTRACION”. Pero no, dijo “no significa nada para esta ciudad”.
Y hablando de “esta ciudad”. ¿Alguien le puede decir a los concursantes de los realitys españoles que dejen repetir expresiones como “que decida ESPAÑA” o “ESPAÑA así lo ha querido? Porque más o menos viene a significar lo mismo que hablar en nombre de una ciudad entera. Efectivamente, un cargo electo tiene derecho a hablar de una ciudad. Pero nunca en términos de significancia absoluta. Nunca para apropiarse el derecho de todas los complejos sentimientos y personas que componen una ciudad. Y mucho menos si se trata de un evento cultural.
De manera que un político es torpe al decir que un evento cultural no significa nada y no tiene derecho a hablar en nombre de una ciudad entera simplemente por representar a dicha ciudad.
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Pero es que además, ¿no significa nada para una iniciativa como ZEMOS98 haber realizado 2 cortometrajes que utilizan la isla como escaparate? ¿no significa nada pasar una semana rodeado de actores, realizadores, pensadores del cine digital? ¿no significa nada conocer a Mario Iglesias? ¿no significa nada organizar un encuentro digital en el que confluyen Estamos de cierre, Malviviendo, y Venga Monjas entre otros? ¿No significa nada que un director latinoamericano independiente declare que es el primer premio que recibe en su vida? ¿No significa nada que se promocione a un brillante pero poco conocido realizador canario como David Pantaleón? De verdad que alguien se atreve a decir que todo esto “NO SIGNIFICA NADA”.
Por nuestra parte, larga vida al Festivalito y ojalá algún político local con una mínima capacidad autocrítica y con dos dedos de frente lea esto y vuelvan los apoyos que se fueron para este año.
Amén… (como pasa con muchas cosas, es muy difícil entender la trascendencia del Festivalito hasta que no lo vives en primera persona)
Probablemente su nada se refiere a «alemanes e ingleses que vienen a disfrutar del sol, la playa y el plátano canario»… es lamentable que la política cultural, y creo que en La Palma es mucho más acusado, se mida por los réditos turísticos… exclusivamente cuantitativos… pero para muchos de nosotros La Palma está asociada con otra forma de entender la cultura y el cine… adelante!