Delante del alumnado deberíamos cuidar hasta el más mínimo detalle, no olvidemos que somos modelos para ellos y ellas. Con frecuencia nos tomamos una serie de licencias que, curiosamente, después a ellos y ellas se las achacamos como negativas. Es necesario que reflexionemos sobre ello para que no sirvamos de contramodelos.
Leyendo el libro de Teresa Baró sobre «Comunicación personal de éxito» he pensado que es un aspecto que frecuentemente descuidamos el profesorado y que es importante en la proyección educativa sobre nuestro alumnado. Escuchemos y veamos el mensaje de la propia autora del libro en cuestión.
A continuación veremos unas pautas que nos ayudarán en las relaciones personales en clase y que facilitarán nuestras habilidades de comunicación con el alumnado (Los enunciados son de Baró pero los contenidos los he adaptado a nuestra profesión docente):
– Prepara tus clases, escribe las ideas esenciales, estructura tu discurso en partes claramente diferenciadas, piensa en las personas que te van a escuchar «El receptor no tiene que hacer ningún esfuerzo para entenderte, tú tienes que hacer el esfuerzo de explicarte»
– Si el alumnado no te entiende no les eches la culpa a ellos, plantéate que tu forma de transmitir no ha sido la adecuada.
– Si te muestras como que eres tú el que todo lo sabe establecerás una barrera en la comprensión y un alejamiento emocional.
– Explica las palabras nuevas, no des por supuesto que deben entenderla previamente.
– Evita muletillas y extranjerismos.
– Conecta con el alumnado haciéndoles menciones de su entorno más cercano, para eso debes conocerlo bien, de esta forma te los ganarás y estarán más receptivos hacia el aprendizaje. (Si yo en una clase le digo a un alumno «Omío» -expresión muy usada en El Viso del Alcor- me lo estoy ganando emocionalmente).
– Utiliza frases breves, atractivas y memorables (BAM) porque servirán para recordar y aprender significativamente lo que estés transmitiendo.
– Se recuerdan más las anécdotas que el contenido en sí. Utiliza expresiones coloquiales, anécdotas, metáforas, comparaciones…
Concluyendo, debemos estar pendiente de todo lo que vamos transmitiendo no solo con la voz sino con el lenguaje no verbal, con los silencios, con nuestra actitud, con nuestras emociones… todo sirve de modelo y todo enseña a nuestro alumnado.
(La imagen de entrada pertenece a docenciacuatropuntocero)
Comparto, gracias.
Importante… el maestro no debe estar usando su móvil.
Gracias, Tatarachín. Lo del móvil será tema de otro día, gracias por la aportación.
Comparto muchas de las pautas que propone Teresa Baró, lo que no sé es de dónde saca lo de «sillón mullidito» para el profesor/a. Será en la privada. En la pública, primero desapareció (hace 15 o 20 años) la tarima. Luego el sillón mullidito y, desde hace años, las sillas están destrozadas…en el mejor de los casos. También te puedes encontrar que te han pegado un chicle, que están mojadas, pintarrajeadas ( y no me pidáis que sea más explícito…).
En cuanto a lo de sentarse en la mesa, depende qué tipo de clase quieras dar: si quieres dar una clase magistral, no es lo más adecuado, pero…
[…] Delante del alumnado deberíamos cuidar hasta el más mínimo detalle, no olvidemos que somos modelos para ellos y ellas. Con frecuencia nos tomamos una serie de licencias que, curiosamente, después a ellos y ellas se las achacamos como negativas. Es necesario que reflexionemos sobre ello para que no sirvamos de contramodelos. […]
[…] *Artículo de Dolores Álvarez […]
Yo me siento en las mesas de los niños porque tengo la circulación fatal y porque las únicas que hay son las suyas y son de tamaño Infantil de 3 años… no queda otra ¡Ojalá tuviera sillón mullidito! 😀
Leo este artículo y choca con todo lo que creo que debe ser una clase, y la verdad, no creo q las recomendaciones sean para primaria ni tan siquiera para secundaria…. Ni para la universidad!! Son recomendaciones para una clase donde el profesor enseña contenidos y por supuesto para mi no EDUCA, donde la única figura que enseña es el profesor, pq no puedo llamar a esa figura que describe maestro, el MAESTRO educa con su forma de actuar, de vestir, con sus opiniones, con sus gestos, con el lenguaje corporal, con el contacto, con el juego y sobre todo con los demás, con los niños y digo CON los niños no A los niños!! Y en todo el artículo esto no lo veo!! En las clases los niños se levantan, también se pueden apoyar en una mesa a tu lado, comparten miradas, juegos, afecto, compartimos sillas, pero también otros lugares para sentarnos, y lo que un niño tiene que aprender es cuándo y dónde, en qué situaciones se puede sentar en la silla, en el suelo o encima de la mesa!!! No q no lo puede hacer, xq como dicen en clase, todo se puede hacer solo hay que saber si debes!! Por supuesto esta es mi opinión!
Un saludo
Estoy completamente de acuerdo, los estudiantes se fijan más en lo que hacemos que en lo que decimos, motivo por el cual debemos estar atentos con cada una de nuestras acciones.
Yo a veces me siento sobre cualquier mesa, mis alumnos y alumnas también, implícitamente sabemos en qué momentos podemos estar más relajados/as y sentarnos en las mesas, en el piso, estar en ronda, o parados/as… Todo depende con la libertad que construyamos la confianza y el respeto.
Si en la clase hay un ambiente relajado y no se prohibe que el alumnado esté sentado encima de las mesas, no estamos hablando de nada, lo malo es cuando se lo prohibimos al alumnado y nosotros lo hacemos. Gracias por el comentario Ivalú.
1professor
Compartooo, gracias.
Importante… el maestro no debe estar usando su móvil.