El sábado, día 19 de mayo, nos volvimos a ver en Almensilla el grupo organizador del #EABE12, porque algo sigue latiendo entre este grupo de personas que tantas horas dedicamos a la preparación de dicho evento. El pretexto es un libro, pero yo creo que la excusa principal es que se ha formado un engendro de amigos y amigas que necesitamos vernos y compartir ideas de educación en torno a una mesa y unas cervezas.
En primer lugar debo reconocer que Miguel y Pepa, poniendo a disposición su magnífica casa en Almensilla, han hecho que se favorezcan estos sentimientos que se han creado, porque allí nos sentimos como en casa, es como tener un lugar común donde tenemos garantizado que vamos a trabajar un poco, pero que sobre todo vamos a compartir ideas, cariño, situaciones profesionales, arte culinario… y después las individualidades harán un todo. Gracias miles, los espacios sí favorecen las relaciones.
El tiempo nos jugó una mala pasada porque íbamos dispuestos a disfrutar de la piscina y sólo Lola e Ignacio (niños EABE) se atrevieron, no perdón, Pedro también se atrevió a zambullirse en el agua fresquita.
El objetivo del día era ver si queremos escribir un libro y por supuesto que todos y todas dijimos que sí. El libro sobre el proceso seguido para organizar el EABE12 debe presentar cómo llegamos y qué fundamentos tuvimos para hacer que dicho encuentro haya supuesto algo inolvidable para nosotros como organizadores y para la gente que lo vivieron, según se manifiesta en la evaluación.
Pero… escribir un libro no es tarea fácil, hay que darle muchas vueltas tanto de contenido como de infraestructura, en eso estuvimos debatiendo… no quiero desvelar más el resultado de estas disquisiciones porque el efecto sorpresa también cuenta.
Bueno pues en ello estamos, cada persona se trajo deberes para casa y quedamos que nos volveríamos a ver en julio.
Un trabajo muy especial con gente muy especiales.