La Bambola
03.05.2009

¡Vivan los playbacks! (1)

por comcinco

Haciendo el playback de El Rayo

Hacía años que había dejado de practicar. Ahora que vuelvo a tener una habitación para mí sola he mirado el lado positivo. Entre este post y el de ayer creo que estoy rozando los límites de la maniaco-depresión. Pero me ahora me siento tan bien… Vuelvo a mi terapia, la que nunca me ha fallado, la que empecé practicando en la sala de estar de mi casa: los playbacks. (Incluye regalito)


No recuerdo con quién lo hablaba hace poco, pero lo cierto es que hace años que abandoné esta práctica tan divertida y que me ha servido para aprender a dramatizar sin darme cuenta.

Probablemente la llegada de internet y la constante actividad en mis años de facultad hicieron que descuidara el entretenimiento mayor que he tenido en mi vida. Me pasaba horas en mi habitación. Mi madre respetaba rigurosamente mi hobbie, así que no se atrevía la pobre mujer a entrar en mi cuarto sin llamar antes a la puerta. Porque, por supuesto, el playback no venía solo… no! Aún conservo en casa de mis padres toda la ropa que me ha servido y me sigue abasteciendo para disfrazarme y para usar en obras de teatro.

El último número que recuerdo fue Mein Herr, de la BSO de Cabaret. Medias de rejilla, sombrero y cómo no, una silla. Aquella vez mi madre tuvo que entrar porque en el momento final, cuando imité a Liza Minelli tumbándose sobre la silla… digamos que más bien fue la silla la que terminó sobre mí.

Pero el momento más memorable y más vergonzoso no fue cuando mi madre me pilló (varias veces lo hizo y ella, que en el fondo era mi cómplice, comulgaba con lo que veía sin hacer ningún aspaviento). Había otra persona que nunca imaginé que fuera a ser testigo de mi afición por el playback: ¡¡mi padre!!

Tenía unos diez u once años. Estaba en la salita de mi casa, aún en el piso bajo de Bami. Allí, mi escenario, en una balda de libros enganchada la bimba de mi bici, mi querido micrófono doméstico (que relevó a la maja sin mortero). El elemento fundamental: la música, que esta vez me traía la voz de Luz Casal interpretando Un año de amor. No se me olvida la sensación: mi padre abrió la puerta para decirme que salía un momento y yo estaba con la boca totalmente abierta, los brazos extendidos y los ojos cerrados, sí, era justo el momento final de la canción, cuando la palabra ’amor’ se alarga unos segundos.

Cuando me fui a vivir con Rubén la cosa cambió. Confieso que mientras estudié la carrera se me escapaba algún playback, pero en un apartamento de 30 metros cuadrados no había lugar donde cantar ni bailar.

Ahora me he propuesto deleitaros con todos esos playbacks que dejé de hacer durante estos últimos años. Inauguro con Pony Bravo, porque hacía tiempo que no los escuchaba y me mueven. Esto es solo un calentamiento, el show acaba de empezar:

3

comentarios

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Julio dice:

A ver si hacemos un playback a dúo por skype! Y se lo ponemos a la Kety!

labambola dice:

Cuando quieras, hijomía. Pensé en hacerle algo parecido a mi madre, porque fue su cumple este fin de semana. Ve pensando en algo… Por cierto… tenemos pendiente la reedición de un corto…micro micro…

Rubén Díaz | ZEMOS98 dice:

jajaja vivan!

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