La Bambola
02.03.2008

La tele de los ’nigga’

por comcinco

Will Smith, Jazz, Harriet Winslow, Bill Cosby, Arnold, Gordo Alberto, Hilary Banks, Carlton, Steve Urkel… Son ellos, los negros más televisivos que forman parte de nuestro imaginario televisivo infantil y adolescente. Algunos nacieron en los 70 y llevaban pantalones de campana… otros surgieron en los 90 y vestían bombachos y camisetas con dibujos verde fosforito. De igual manera eran seres que nos hacían reir de otra forma.

Ayer pasamos una buena noche en casa de Irene, y gracias a un juego que suele terminar siendo el colofón de nuestras veladas surgió del pasado el personaje de Jazz. Explico en qué consiste el juego por si alguien lo quiere añadir a su lista de entretenimientos: hay que pensar en un personaje (ficción o realidad), escribirlo sobre un papel y adjudicárselo al amigo que tienes a la derecha (en realidad a su frente), sin que éste pueda verlo. De manera que todos tenemos un papelito en la frente con el nombre de alguien y a base de preguntas cerradas tenemos que ir averiguando quiénes somos.

Nuestro querido Juan propuso el personaje de Jazz para Irene, que todo sea dicho le costó cierto esfuerzo adivinarlo y tuvo que rendirse a las pistas de última hora. La verdad es que este personaje fue importante en nuestras vidas, aunque no sea uno de los más destacados, pero enseguida empecé a recordar todos los personajes de series ’étnicas’ que aterrizaron con un boom en los 70 y que han dejado huella.

Recuerdo que una de las series que veíamos juntos en mi casa era La hora de Bill Cosby (The Cosby Show). Eran guapos, graciosos, exitosos, bailaban, cantaban, se amaban. ¡Eran prefectos! Pero por supuesto negros y esto lo digo como un detalle determinante: estas series guardaban los papeles de pardillos para los blancos. Pero qué más da, yo disfrutaba, era fan del Dr. y la familia Huxtable, desde la intro hasta el final:

Pero Bill Cosby ya era un perfecto conocido de la pequeña pantalla, era un gran cómico que repartía un humor muy particular. Siempre unió su vis cómica y su feeling con los más pequeños (en Sesame Street, por ejemplo) o en una de las series con las mejores sintonías de cabecera que haya podido escuchar: El Gordo Alberto (Fat Albert).

Por eso, en parte, se debe el gran éxito de The Cosby Show, que duró 8 temporadas (1984-1992). Su especie de spin off A different world (1987-1989) – y digo ’especie’ porque ambas series se emitieron en el mismo tiempo – narraba las aventuras en la universidad de una de las hijas de Cliff Huxtable, Denise, y tenía otro público objetivo: los adolescentes y pre-universitarios.

A la televisión española de los 80s y 90s llegaban más series de familias negras producidas en los 70s y 80s, todas además parecían haber salido del mismo estudio de grabación, compartían un universo Ikea particular, nada nórdico, por cierto… claro que solían ser familias numerosas y había que meterlos en grandes casas.

Otra de las series bomba con protagonistas de color (de color negro) fue Arnold (1978-1986), cuyo título original era Different strokes (supongo que se asustaron al no saber cómo traducir ’stroke’ al español, ’golpe’ es demasiado agresivo). Esta sitcom seguía perteneciendo al grupo de las étnicas, pero se le sumaba a una nueva característica: su protagonista tenía una discapacidad física. Gary Coleman goza de un perfecto estado de salud en la actualidad, solo que su anomalía en el riñón hizo que su crecimiento se estancara bastante pronto.

Hubo otra serie que pertenecía que compartía esta característica: Webster (1983-1984). Como era demasiado lacrimógina y tampoco he encontrado muchas imágenes me quedo con este anuncio de Burguer King.

Llegan los 90, vivan los colores fosforitos

Aunque pueda parecer lo contario en las sitcoms étnicas de los 90 la decoración de los hogares seguía siendo la misma. Y si no comparad la casa de los Cosby con la de los Wislow. Cosas de casa (Family matters) se mantuvo hasta 9 temporadas, desde 1989 a 1998, aunque hayamos sido testigos de sus numerosas reposiciones en Antena 3.

Aquí todo seguía igual, aunque los temas que pululaban por la mente de los guionistas cada vez reflejaban más los problemas de la adolescencia, todo giraba en torno a los jóvenes de la familia y a su vecinito, Steve Urkel. Aunque era una comedia se decantaba más por el estilo moralina que parece que lleva todo producto televisivo diseñado para jóvenes. Pero eso sí, los blancos seguían siendo los malos, los tontos y los raros.

Pero la gran serie que me marcó para el resto de mis días (y como he comentado al principio también a varios de mis amigos) fue El príncipe de Bel Air (The Fresh Prince). Se produjeron solo 6 temporadas (1990-1996), pero yo casi puedo tirarme el farol de saberme varios diálogos de memoria.

El protagonista, Will Smith, era un chico de barrio que llegaba a casa de una tía suya, en Bel-Air, a partir de esa idea las excentricidades del chico eran interminables (146 episodios). A medida que la serie avanzaba los demás personajes cobraban más fuerza. Mis favoritos: Geoffrey y Carlton. En honor al juego de anoche pondré este fragmento (por esto y por más cosas cuando veía la tele de pequeña quería ser negra):

Algo que no sé si sigue ocurriendo en la actualidad en la televisión americana es la colaboración entre series. Eso de que Bill Cosby participara en El Gordo Alberto o que en un capítulo de El Príncipe de Bel-Air de repente apareciera a modo de cameo Arnold y el Señor Drummond… Para mí es algo que siempre me parecerá divertido.

La discriminación positiva por parte de la raza negra ha tenido mucho peso en televisión, se han realizado series de calidad. Actualmente siguen haciéndose, y, aunque no las sigo mucho, me ha parecido ver a pequeños niños negros endemoniados hablando al más puro estilo Harriet Wilslow, esto es ’pure nigga’. A veces me da la sensación de que si lo trasladáramos al terreno andaluz e hiciéramos la comparación, esos niños negros de las series actuales serían como la odiosa niña de Menuda Noche, el programa supuestamente infantil que presenta Juan y Medio emitido en Canal Sur en horario no infantil.

Como regalo dejo una promo de un canal de televisión que anuncia dos de las series aquí citadas de una manera bastante curiosa:

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comentarios

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MRMM dice:

jajaja, estupendo informe…

no me acordaba de muchos de los que citas (ese Arnold, por diooos, o el insufrible de Webster, agggh)

enhorabuena, nigga!!

la bambola dice:

Yo también odiaba a Webster y mi madre más. Arnold ya me empezaba a hartar en la últimos capítulos. Pero nunca me cansaré del Príncipe de Bel-Air!! es como Friends y Verano Azul, si lo reponen ahí estaré yo! 😛

Besos MRMM!

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