Cuando Francisco Franco vivÃa (y mandaba) todo era de otra manera. Seguro que peor que ahora, pero una cosa es cierta: los héroes de aquel entonces eran mucho más divertidos que los de ahora. Y por una sencilla razón: la represión, la falta de libertad… todos ellos tenÃan razón de ser. La dictadura los desquició.
Con este tÃtulo tomado desde un cariño nostálgico, Franquismo freak, me animo a abrir una posible serie que hable de personajes sin los que la historia de la dictadura y el comienzo de la transición de nuestro paÃs quedarÃa incompleta.
Se trata de los héroes del pueblo (o del caudillo…), los Ãdolos que arrasaban en varias disciplinas (televisión, cine, música…) y que se encontraban presentes en cualquier conversación de barrio o de una reunión del star system de la época.
El deporte no es mi fuerte, pero a raiz de asistir al último montaje de Animalario en coproducción con el Centro Dramático Nacional he buscado algunos vÃdeos de Jose Manuel Ibar, más conocido como Urtain, boxeador vasco, emblema de la cultura social del franquismo.
Se encargaron de sacarle el máximo partido, realizó una campaña publicitaria de coñac Fundador, le cantaban canciones y hasta protagonizó una pelÃcula documental dirigida por Manuel Summers: «Urtain, el rey de la selva… o asë.
Cuando ya no tenÃa nada que hacer en el boxeo, el púgil guipuzcuano probó suerte en varios negocios… sin ningún resultado. Se dice que lo envolvió una profunda depresión. En 1992 se suicidó saltando al vacÃo desde su terraza, era un décimo piso y faltaban cuatro dÃas para la inauguración de los Juegos OlÃmpicos de Barcelona. Como dice Andrés Lima, director del montaje de Animalario: «Urtain fue España. España acabó con Urtain«.
En 1969, en Sevilla, la Sansona demostraba ser la mujer más fuerte de España, era la manera que tenÃa el régimen polÃtico de tener presente al género femenino, no solo para tareas del hogar:
Todo era un pequeño circo, eran bufones que servÃan de quitapenas en la corte, la cara amable que el gran dictador necesitaba mostrar a los ciudadanos. Resultaba ser una buena táctica de despiste o embelesamiento, sobre todo para un público infalible: el infantil. Urtain era todo lo que el macho español tenÃa que ser: fuerte, atractivo, rodeado de mujeres y aficionado al buen beber.
¿Qué más da que encarcelaran a homosexuales si habÃa una señora que podÃa pasearte a modo de tiovivo humano? ¿Qué importa si fusilaban a algunos si el gran triunfador y sÃmbolo de la virilidad estaba entre los nuestros?
¿Y ellos? ¿Eran felices? ¿Cuál era su postura ante la situación polÃtica? ¿Era todo un teatro? Como buenos bufones cumplÃan con su trabajo, aunque en algunos casos la conciencia se quedara despierta a la hora de irse a la cama.
Para terminar nada mejor que ilustrar con un vÃdeo que hacÃa tiempo querÃa realizar. Son combates de boxeo de Urtain y Pedro Carrasco y … viva la remezcla!
wow que buen artÃculo. Me ha gustado el punto de vista desde el que has tratado el franquismo.
Me ha encantado el remix jejejeej
Curiosamente, a partir de los 80, el boxeo desapareció totalmente de los medios. Es muy raro ver en prensa o en TV cualquier mención a este deporte. Quizás fue demonizado por lo que expones, o quizás no cabÃa en los libros de estilo, por violento o sucio. Una más de tantas hipocresÃas de la transición, la democracia y la progresÃa.
Cristi, el post pero sobre todo el vÃdeo: una brutalidad.
Me pregunto en voz alta…si mantuviéramos esta calidad en los contenidos ¿para que queremos una revista llamando a otros? Aquà hay TRALLA MALAYA.
Por cierto Ricardo, ¿te suena Polà DÃaz? ¿Óscar de la Hoya?, ¿el Lince de Parla? y no los busques en google…yo los conozco por TV 😉
TodavÃa me estoy riendo del niño que tira al cielo Urtain, jajaja
Genial la remezcla del final, sólo tú podÃas hacer algo igual.
besotes!!