La Bambola
05.10.2007

Ayer vi danza

por comcinco

Con motivo de la III Muestra de Danza y Teatro Contemporáneos, varias salas de Sevilla acogen obras y piezas de las compañías españolas menos convencionales de la escena nacional. Un vez más, y por cuarta vez en este año, Damián Muñoz y Virginia García se rinden en el escenario y mueven nuestros estómagos.

Ayer vi danza.

Tragos cortos , el último espectáculo de Damián Muñoz y Virginia García se representaba ayer por la tarde en la Sala La Fundición, por fin reabierta.

Ayer era la tercera vez que los veía (las dos anteriores: a Damián con Jordi Cortés en el Mes de danza 12, con Olelés y con Virginia en la pasada edición del Fest, con otro montaje, Staff ).

Esta vez, con Tragos cortos , estos dos bailarines y coreógrafos nos presentan dos mini-piezas de corta duración: A los ojos (24 min) y El descenso del deseo (20 min.). Aunque fuese un espectáculo diferente advertía elementos característicos en sus creaciones y eso me hizo sentir muy cómoda.

Ayer vi danza. Pero también vi teatro, poesía, sexo. Sobre todo vi mucha fuerza, compenetración, simbiosis. Movimientos muy bruscos, que hacían temer al espectador que en cualquier momento fueran a hacerse daño alguno de los dos.

Antes me apasionaba conocer su alma. Ahora me aburro. El movimiento, la inquietud, la curiosidad y el deseo de novedades son la raíz misma de la vida, tal como uno puede comprobar en los niños, no soportar que las cosas se ralenticen, que no haya suficiente intensidad.
Sinopsis de El descenso del deseo .

A igual que en Staff , el micrófono (y en general el sonido en directo) desarrolla un papel chirriante y que enloquece. Como enloquece la voz de Virginia, calmada, casi sin escuchar su respiración a veces y otras jadeando. El uso de un simple micro, que incluso llega a convertirse en una pistola, crea efectos sonoros: latidos, disparos…velocidad. Todo era muy vertiginoso, a pesar de lo incómodo de su vestimenta (traje de chaqueta él, vestido y chaqueta de terciopelo ella). Aún así sus movimientos consiguen escapar de la retina de quien les mira.

foto: STAFF

Ayer vi danza. Y vi a una mujer fuerte, nada de esas bailarinas flacas que muestran sus costillas. Virginia eleva, toma, abraza, sostiene y voltea a Damián, que parece pesar no más que una hoja, quizás casi como un pequeño trozo de piedra. Mujer fuerte y sexy, arrebatadora, que al final de la primera pieza come nata de una tarta sobre la que se ha sentado después de bajarse las bragas.

Ayer vi espasmos, líneas trazadas en el espacio con principio y fin y también perdidas. Vi a dos que se salvan en escena.

Ayer vi emoción y algo visceral.

La muestra sigue hasta el sábado 6 de octubre. Puedes ver más información en www.redteatrosalternativos.com o descargarte el dossier de programación aquí.

3

comentarios

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Jane dice:

Fueron increíbles… realmente increíbles… y me llamó la atención (aunque lo entendí, a mi manera) el que Virginia fuera la que cogiese a Damián… pero qué fuerza, qué movimientos (a mí los movimientos con el cuello me estaban doliendo, mi contractura eterna gritaba) qué figuras… qué tía, qué tío… creo que si alguien me mira a los ojos podrá verlos retorciéndose sobre el escenario…

Anónimo dice:

Gracias Jane. La verdad es que lo que hacen me parece muy inquietante y eso me gusta

igualemente dice:

Uff! que buena pinta tiene. Que pena estar encerrada con la pierna para arriba, en fin ya cambiará.

Pero me alegra haber conocido la obra de tus palabras Cristi, me ha gustado tu forma de contar tus sensaciones y de transmitirlas.

besos

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