abrelatas
12.07.2011

Google+ y la identidad múltiple

por abrelatas

Aviso a navegantes: no pretendo posicionarme como «comentarista geek». Creo que en la vida he comentado la aparición de una «nueva red social» y si lo hago en esta ocasión es porque creo que tiene relación y sentido con respecto a un tema que me parece mucho más importante: la identidad.Identidad Múltiple
Hace dos años, el doctor en Psicología Isidro Maya (en un encuentro organizado por el programa de Prácticas y Culturas Digitales de la UNIA) nos contaba que las redes sociales digitales estaban poniendo en cuestión la noción de «amigo». Y ponía varios ejemplos. Citado de la crónica llevada a cabo por Pedro, «según el número de Dunbar «el ancho de banda» de nuestro cerebro para mantener capacidades sociales es de 150)y lo que nos encontramos es que un usuario promedio en Facebook tiene 120 contactos con los que mantiene una comunicación directa y una red mucho más amplia y densa con los que mantiene una comunicación pasiva». Además, añadía Isidro que solemos tener una media de entre 3 y 5 confidentes, un grupo de 10 a 15 personas que son nuestra red de apoyo (amigos y familiares) y el resto se conoce como «contactos débiles» que van cambiando a lo largo de la vida. Pero, y de nuevo parafraseando el resumen de Pedro, «los grandes beneficiados son los contactos débiles que es fácil mantenerlos gracias a la tecnología». Cabe preguntarse entonces, ¿producen las redes sociales digitales una inflación de nuestra noción de amistad? ¿el hecho de que muchas de estas redes sociales digitales solo haya distinguido de forma binaria entre «amigos» y «no amigos» no suponía un contrasentido con respecto a esta idea de la tipología de amigos según nuestro grado de confidencia que expone Isidro Maya?

Cambio de secuencia.

Por otro lado, en más de una ocasión hemos citado el concepto de «identidad múltiple» que definiera DJ Spooky en su libro «La ciencia del ritmo» y partiendo de su célebre frase «existe tanta información sobre quién deberías ser o qué deberías ser, que no te queda otra opción que intentar crear una mezcla de tu propio y» donde nos invita a ser DJs de nuestra propia identidad, lo cierto que dónde muchos veían hace 10 años que Internet era la vía libre para el anonimato (que por supuesto aún se mantiene y refuerza) lo cierto es que lo que han proliferado cada vez más son las marcas personales que proyectan la multiplicidad del ser humano. Algo que conoce muy bien la publicidad y que explota en su discurso de la eterna juventud, proyectándonos como surferos poetas, arquitectos nadadores, ingenieros alpinistas o matemáticos cocineros. Y algo que más allá de los estereotipos, debe tener algo de cierto. Si la cultura se ha abierto, se difuminan las fronteras entre las disciplinas, aumenta el número de personas no acreditadas profesionalmente que se adentran en labores cuyo código fuente ha permanecido inaccesible…¿no podemos pensar que cada vez sabemos un poco más de todo y que esto refuerza la multiplicidad de nuestra identidad? (y aquí por supuesto dejo al margen la crisis que esto supone para el concepto de «especialización profesional» y los currículos educativos).

Dicho esto, y a pesar de que Julen haya grabado a fuego en mi cerebro que «los blogs son de personas y las personas no tenemos porqué hablar de un único tema» y de que él lo practique con total naturalidad (escribiendo en su blog no sólo de gestión empresarial, sino de otras de sus pasiones como las rutas en bici o los relatos de ficción), hace tiempo que me cuesta gestionar ciertos recovecos de mi identidad y su versión digital. Sí, ya sé que en el fondo lo que el sentido común propone es lo que dice Julen: el que no quiera asumir que te interesa la cultura libre, pero eres capaz de cantar un gol en twitter de tu equipo favorito y al mismo tiempo usas tu blog para tus experimentos narrativos…que no te siga.
Y contando con todo lo dicho, la reflexión es: ¿tiene sentido la definición de audiencia unitaria que propone twitter? (donde se mantiene esta idea de que tus contactos o «te siguen» o «no te siguen») ¿puede la idea de los «círculos» que propone Google+ hacer más orgánica la relación comunicativa que tenemos con nuestros amigos y permitir que la multiplicidad de nuestra identidad fluya dependiendo de a quién nos dirijamos? Pensemos que a pesar de que parece un simple sistema de clasificación, podríamos usar Google+ pactando con nuestros lectores fórmulas del tipo: «En este círculo de confidencia voy a añadir a aquellas de las personas que conozco que sé que puedan estar interesados en mis experimentos de cocina amateur». Porque lo que es cierto es que a veces no nos interesa TODO de una persona. A veces solo nos interesa una parte de esa multiplicidad.

De ahí que me lo pregunte y lo comparta.



 

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comentarios

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comcinco dice:

Interesante reflexión que además, comparto.
Creo, como tú, que los círtculos son la respuesta a un sistema de sí o no, de amigo o no amigo, de seguir o de no seguir. Esa es la ventaja que tiene Google+ frente a Facebook por ejemplo, pero, no crees que Facebook ofrece una simplicidad precisamente en eso de ser amigo o no serlo, que hace que la gente se encuentre con un problema a la hora de saber que son los círculos y como usarlos? no está la gente, ese ente, acostumbrada a la sencillez de Facebook en ese sentido?.

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