Tras el egipcio y el indio, el griego y el romano, el teutón y el mongol, el negro es una especie de séptimo hijo, nacido con un velo y dotado de clarividencia en este mundo americano: un mundo que no le aporta una verdadera conciencia propia sino que sólo le permite verse a sí mismo a través de la revelación del otro mundo.
Es una sensación extraña, esta doble conciencia, esta sensación de estar continuamente contemplándonos a través de la mirada del otro, de medir nuestra alma con la vara de un mundo que nos observa, entretenido, con desdén y lástima. Esa dualidad se deja sentir siempre (…) un americano, un negro; dos almas, dos pensamientos, dos esfuerzos no reconciliados; dos ideales enfrentados en un cuerpo oscuro cuya obstinada fuerza es lo único que lo salva de ser partido en dos. La historia del negro americano es la historia de esta lucha, esta ansia por llegar a la tímida madurez, por fundir su ser doble en un ser mejor y más auténtico. En esta fusión no desea perder ninguno de sus seres antiguos. No africanizaría América, pues América tiene demasiadas cosas que enseñarle al mundo y a África. No se desteñiría el alma negra con una capa de americanismo blanco, pues sabe que la sangre negra tiene un mensaje para el mundo. Simplemente desea que sea posible que un hombre sea a la vez negro y americano, sin que sus prójimos le maldigan ni le escupan, sin que las puertas de la oportunidad se le cierren de manera violenta en las narices.
William Du Bois, en el Capítulo 1 de «Las almas de la gente negra».
Escrito en 1903.
Mañana se decide el destino de Obama. Y la sociedad, ¿regresará al futuro? ¿o avanzará al pasado?.
Hay quien dijo por ahí que Obama no es negro.
Y estoy en parte de acuerdo.
Anyway, God save Obama.