Educar con las otras TIC: tiempo, interés y cariño, de Manu Velasco, editado por Grijalbo en 2024, es un libro lleno de amor por la educación, por el alumnado y las familias, lleno de positividad y de responsabilidad por la educación que docentes y familias debemos llevar con nuestros niños y niñas. En él se nos transmiten mensajes muy potentes que pueden hacer cambiar tu día a día en el trato con el alumnado. Poético, práctico, sentido, vivenciado, inspirador… todo un lujo de lectura.
Este libro está escrito para docentes y familias, desde la práctica y con el corazón en la mano. Su lectura te llena de energía y de querer ser mejor persona. Un libro con los pies en la tierra y la cabeza en las estrellas.
Su discurso es claro, sencillo y potente, te apela personalmente. Se basa en crear y cultivar con mimo y atención el instrumento para educar con amor, con confianza, con tiempo, con interés por el educando, con la premisa principal que lo que tenemos delante son personas para educar y que debemos cuidarnos nosotros mismos, familias y docentes, porque somos sus modelos a imitar.
En sus páginas descubrirás que el secreto para educar con las otras TIC (tiempo, interés y cariño) no es otro que empezar a propagar lo que el autor llama el “efecto purpurina”; un efecto basado en el optimismo, en la búsqueda de soluciones, en el tiempo, en las emociones y en la confianza; un efecto que contagia e ilumina.
Si le dedicas tiempo, es muy probable que, al leerlo, sientas un irrefrenable deseo de querer ser mejor persona. Y si eres docente, de ser mejor educador.
Leí su otro libro”Soñando personas” (Mensajero, 2020) y lo leo siempre que aparece por las redes. Me parece una persona tan realista, tan generosa y tan inspiradora que merece la pena leerlo. Hace que nuestro amor por la educación sea una fuente de inspiración para familias y docentes.
Sus palabras, como dice Maldita Nerea en el prólogo, te hacen entender con una claridad diáfana que el tan ansiado cambio en la educación depende principalmente de quien se sitúa justo delante de los alumnos, que ha de ser una persona de fe, ya que la mayor parte de la cosecha de esa “siembra educativa” solo se verá en el transcurso de las décadas futuras.
En el libro se nos transmite una forma especial de ver la educación, una forma llena de amor por la pedagogía, llena de confianza en el alumnado, siempre dispuesto a colaborar con las familias y con los compañeros y compañeras… es alguien que sin dejar de innovar, practica una pedagogía perenne y tremendamente humanista… con el único propósito de tocar el corazón de cada ser y acompañar a las personas en proceso de formación.
Manu Velasco nos invita a la reflexión, son cosas que sabemos pero que quizás no practicamos, por eso es necesario reflexionar sobre ellas y darles la importancia que se merecen, son cuestiones evidentes y cotidianas que dan sentido a la educación.
Nos deja claro que en el libro trata de compartir cuestiones educativas de las que está plenamente convencido, pensamientos con los que desnuda su alma ante los lectores por si de algo sirviera para mejorar la calidad de la educación en beneficio del alumnado, del profesorado y de las familias.
En definitiva, un libro para docentes, educadores y familias; un libro para reflexionar sobre la educación; un libro que te anima, especialmente para aquella parte del profesorado que solo ve problemas y se quedan siguiendo solo las pautas de un texto porque no ven otra salida; un libro muy recomendable para docentes que empiezan y aún no tienen definidas sus líneas de pensamiento con respecto a la educación; un libro para docentes en activo que tienen que luchar cada día con los problemas de la administración, con faltas de presupuesto, con faltas de recursos humanos…
«Este libro no está escrito sino con el corazón. Y si le dedicas tiempo, es muy probable que, al leerlo, sientas un irrefrenable deseo de querer ser mejor persona. Y si eres docente, de ser mejor educador. Las cosas que proponen sus líneas, ni son complejas ni están al alcance de unos pocos. Y la senda que conduce a ellas no se haya escondida en ningún recóndito lugar, sino que es la de alguien que, sin dejar de innovar, practica una pedagogía perenne y tremendamente humanista. Muy alejada de poses, modas, y superficialidades de todo tipo, y cuyo único propósito es tocar el corazón de cada ser, y acompañar sus latidos justamente allá hacia donde estén destinados a ir».
Jorge Ruiz, líder de Maldita Nerea
«Manu nos ha desnudado su alma en estos renglones. Al pasearme por ellos y con sus palabras no he encontrado recetas, sí filosofía, pensamientos profundos y una manera de entender la infancia propia de una persona noble, comprometida y compasiva. He podido darme cuenta de que quizás es necesario que estos párrafos, presentados uno detrás de otro, pueden leerse desordenados, cuando te apetezca y donde el azar te haga abrirlo. Volver a releer y saborear. Manu; solo quiero inspirarme en su propuesta. Creo que este libro es ni más ni menos eso, una fuente de inspiración».
Mar Romera
Puedes leer la reseña completa en El Diario de la Educación, publicada el día 25 de septiembre de 2024.