Durante el tiempo que he estado leyendo esta obra, España (y otros muchos paises) está en un Estado de Alarma por causa del coronavirus, estamos confinados en casa sin poder salir nada más que a lo estrictamente necesario.
Recuerdo en mis tiempos de estudiante, ya en bachiller, que un profesor de Literatura, don Ramón, nos decía que la sociedad siempre influye en las obras, es decir, los escritores y las escritoras se ven influidos al escribir por la sociedad del momento en el que viven. Algo curioso me ha pasado a mí como lectora en este tiempo de confinamiento que estamos viviendo, el estado de alarma se ha metido en mi lectura y me hacía plantearme situaciones que vivían los personajes de la obra como si no fuesen las correctas. Inmediatamente volvía a trasladarme al mundo de David, de Bea o de Unai, pero no había sentido antes esas interferencias que he sentido en estos momentos. Viviendo y aprendiendo, situaciones nuevas que te hacen replantearte tu vida y tus actuaciones.
Sinopsis: David ha llegado a un momento de su vida en el que solo tiene dudas: no sabe si le llena lo que hace, no acaba de entender a su novia y tampoco se siente demasiado cómodo con sus amigos. En realidad, sus problemas son los típicos de cualquier adolescente. Con el pequeño matiz de que él, en vez de quince, tiene cuarenta y dos.
Después de trabajar varios años en la industria del cine con escasa repercusión y menos éxito, ha empezado a darse cuenta de que se le acaban el tiempo para dirigir la gran película con la que siempre ha soñado y las excusas para instalarse definitivamente en la madurez.
Un exilio forzoso de Nunca Jamás que se verá acelerado cuando su hermana Bea, a quien le acaban de ofrecer un trabajo en Japón, le pida que se ocupe durante seis semanas de un completo desconocido: Unai, su sobrino adolescente, un chico tan hermético como problemático con el que David apenas ha tenido contacto y que, dueño de unos cuantos secretos, tampoco tiene ganas de que lo controle ese tío del que Unai sabe muy poco y nada bueno. (Planeta de Libros)
Nando López (1977) es novelista, dramaturgo y doctor cum laude en Filología Hispánica. Considerado como una de las «voces más sobresalientes de su generación» (ABC Cultural), fue finalista del Premio Nadal 2010 con La edad de la ira (Booket Planeta), hoy convertida en una obra de referencia por su crudo retrato de la realidad educativa del siglo xxi.
Entre sus novelas destacan Cuando todo era fácil, El sonido de los cuerpos o La inmortalidad del cangrejo.
También es autor de obras de humor sobre el mundo educativo,como Dilo en voz alta y nos reímos todos y En casa me lo sabía, y de títulos de gran éxito como Nadie nos oye, En las redes del miedo, Los nombres del fuego o El reino de las Tres Lunas y su continuación, El reino de los Tres Soles.
Como veréis en su biografía, por los enlaces que he hecho a mis propias reseñas, me gusta como escribe Nándo López, su lectura está llena de sentimientos y de personajes que te hacen reflexionar en cada uno de los escenarios que los sitúa, además siempre enlaza sus obras con algún aspecto educativo y del cual podemos aprender. Gracias Nando por tu trabajo y por transmitir cada día en las RRSS tus pensamientos, tus grandes hilos y tus sentimientos.
Es una obra que te hace pensar y ver cuánta gente sigue anquilosada en su eterna adolescencia, que no maduran, que no encuentran un camino en el que puedan desarrollarse, a pesar que David lo tenía claro que su vida giraría en torno al cine. Algo que me ha gustado mucho es cuando va intercalando pensamientos internos y diálogo, algo que me gustaría hacer pero que al final no lo hago.
El relato cotidiano de David con su grupo de amigos y con su expareja, amiga, te hace disfrutar de buenos momentos durante la lectura, aunque haya situaciones duras en estas relaciones.
La intromisión de la vida de su sobrino Unai en su vida lo hace volver a su adolescencia, de la que parece que nunca ha salido, pero a su vez lo hace madurar, acaba conquistándose a ese adolescente que nunca hablaba, excepto con monosílabos, lo hace partícipe de sus problemas y también descubre en él ese amor por el cine y además, con facultades de un buen guionista. Los problemas de Unai parece que tienen algo que ver con sus relaciones familiares, con el padre que lo maltrató y con su madre que está más preocupada por su desarrollo profesional que por él mismo, algo que le afecta profundamente. Magnífico el documento compartido que hacen David y Unai cuando el psicoterapeuta le pide que escriba.
Me hubiese gustado que se hubiera desarrollado más la relación del adolescente con su madre y sus posibles consecuencias en la edad difícil por la que estaba atravesando. La adolescencia es una etapa de cambios y hay que tratarla con sumo cuidado, quizás hubiese venido bien definirla con más profundidad, dado los graves problemas que estaba viviendo Unai.
Es una obra recomendable para el público en general, los docentes pueden sacar consecuencias de ella y les ayudará al trato con la chavalería con la que trata a diario.
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