Los seres humanos somos sociables por naturaleza, por eso debemos prepararnos para saber vivir en comunidad y saber responder a los estímulos que la sociedad nos vaya planteando. Creo necesario el tratamiento de este tema en las escuelas para así llegar a una sociedad más empática y sociable con el mundo que le rodea. De nada le sirve a un niño o a una niña tener muchos conocimientos si no sabe relacionarse con su compañero, si no sabe atender unas disculpas, si no es capaz de hablar en el grupo, si es tímido y no se sabe sobreponer, si actúa con violencia…
Recuerdo hace años un curso que hice sobre habilidades sociales en el que se nos dieron pautas concretas para tratar a las personas de forma que pudiésemos comprender a los que nos hablan y empatizar con ellos. Confieso, JGJ, que este curso me sirvió mucho a lo largo de mi vida profesional y social.
La inteligencia social es la capacidad para empatizar con los que nos rodean, ofreciéndoles respuestas de entendimiento, de escucha, de emociones, de ponernos en su lugar…
Los avances de la Neurociencia nos demuestran que nuestro cerebro está preparado para conectarse con los demás y que en el encuentro con otra persona se da una especie de «baile emocional», interrelación, que hace que nos sintamos acogidos con comprensión, llegando, si hay emociones positivas, a formar parte de nuestra forma de ser posterior.
Nuestro entorno va moldeando a los que en él habitan, es importante, por ello, que en las familias se cuiden estas pautas para que el niño y la niña sepa vivir y comprender con las personas que se relaciona.
Pero… ¿qué pautas nos pueden ayudar para el desarrollo de esta inteligencia social?
Daniel Goleman en su libro «Inteligencia social» (Pos 1578) nos dice que los ingredientes fundamentales de la inteligencia social pueden agruparse en dos grandes categorías, la conciencia social (lo que sentimos sobre los demás) y la aptitud social (lo que hacemos con esa conciencia), desde la capacidad de experimentar el estado interior de otra persona hasta llegar a comprender sus sentimientos.
La conciencia social, según Goleman, está compuesta por los siguientes ítems:
Podemos concluir que la inteligencia social es la capacidad que debemos adquirir para entendernos bien en un grupo. La inteligencia social desarrolla el sentido de comunidad y hace posible identificarse con el entorno. La inteligencia social nos ayuda a compartir momentos agradables en grupo, ser reconocidos como personas de buen trato y como personas que saben aceptar a los demás como son porque se puede entender lo que piensan y lo que sienten.
(La imagen está sacada de Google)