Pescando patos y juguetes sexistas

por Dolores Álvarez

Ayer nos fuimos con los nietos a «Expo Joven» y pasamos buenos momentos de diversión. Para mi gusto sobraban los militares, si queremos un país en PAZ, no hay por qué mostrar los vehículos que hacen la guerra, demasiado espacio dedicado a tanques y otros aparatajes militares. Mostrar la ayuda humanitaria es razonable, pero sin instrumentos bélicos, por favor.

A Lola le encanta pescar patos, no por los regalos, ella sabe que no son buenos, sino por el hecho de los puntos y de pescar, sacar un pato que tenga 20 puntos le da mucha alegría, hay que coger los de dentro que son los que menos se cogen…, al final hizo un total de 76 puntos y le dejó pescar uno a Emma, que es más pequeña, Mario estaba dormido.

Queríamos tres juguetes pero dentro de las normas del juego decía que no podía ser, que con esos puntos solo tenía derecho a dos, un poco tonto eso de no poder coger un juguete para cada niño o niña, pero como Mario seguía durmiendo…, después de haberle protestado por esa norma, lo dejamos, vale dos juguetes.

Inmediatamente, el joven que hacía la cuenta y daba los regalos me preguntó ¿»Niño o niña»? Da igual, le contesté, tú muestra lo que hay y ellas que elijan. No, señora, no son los mismos juguetes para niños que para niñas. ¿Cómo?, le dije, te voy a denunciar por sexista. El chaval no salía de su asombro, decía que era la primera vez que le decían eso y que no sabía qué era. Con toda mi paciencia le traté de explicar que los juguetes no tenían sexo y por tanto niño o niña podían inclinarse por un transformer, un futbolín o por una pelota que estaban catalogados entre los juguetes de niños. Ufff… qué difícil, el chaval no me entendía, tendría unos veinte años. Trataba de justificarme que todas las madres le pedían muñecas o pinturillas para las niñas y balones, pistolas y demás para los niños, yo creo que después de un rato argumentándole siguió sin entender lo que yo trataba de explicarle del sexismo en los juguetes…Para no discutir más le dije que me mostrara lo que había y que ellas eligieran. Nos mostró los juguetes que podía escoger y al final nos quedamos con una sirena y un hada con su correspondiente varita mágica. Nuestra elección le dio la razón al chaval pero es que los catalogados para niños eran bastante feos.

Cuando salimos le expliqué a Lola lo que yo pensaba del tema que había estado hablando con el chaval de los patos y ella lo entendió enseguida,» claro, abuela, a mí me gustan los balones, pero el futbolín era muy feo». Quien siembra recoge.

Ahora viene el problema en cuestión y que nos lleva a la reflexión, ese chaval, que probablemente ya sea padre, ¿no sabe qué es un juguete sexista? ¿Ni en la escuela, ni en el instituto ha escuchado hablar del tema?¿Qué tipo de educación va a existir en su familia?

Por mucho que nos pese el tema no es vivencial en la sociedad en general. En la mayoría de la población sigue existiendo machismo y esto nos lleva después a las graves consecuencias que cada día vivenciamos en nuestros pueblos o ciudades.

Ojalá este chaval pueda llegar a entender las razones que se exponen en el siguiente Decálogo y cambie de política en la entrega de juguetes premiados.

Aconsejo también la lectura de este artículo en este mismo blog ¿…Y quién enseña a ser padres y madres?