En la entrada anterior hablábamos de la importancia de la relación de familia y escuela porque las dos partes eran de gran influencia en la educación del alumnado y tanto en la imagen del principio, como al final se daba importancia a la acción educadora que tiene la comunidad, aquí vamos a tratar de desarrollarlo.
José Antonio Marina (profesor, filósofo, ensayista y pedagogo) en diferentes foros, entrevistas y escritos, nos habla de la relación entre los tres pilares fundamentales de la educación: «Los padres solos no pueden educar a sus hijos, hagan lo que hagan, porque no pueden protegerlos de otras influencias muy poderosas. Los docentes solos no pueden educar a sus alumnos, por la misma razón. La sociedad tampoco puede educar a sus ciudadanos, sin la ayuda de los padres y del sistema educativo. La intervención de padres y maestros es imprescindible, pero todos debemos conocer sus limitaciones y reconocer que en la tupida red de influencias en que vivimos, todos ejercemos una influencia educativa, buena o mala por acción o por omisión… Es imprescindible una movilización educativa de la sociedad, que retome el espíritu del viejo proverbio africano: para educar a un niño hace falta la tribu entera».
Es necesario construir una comunidad que eduque, que tenga en cuenta los valores que hay que transmitir a la infancia para obtener después una sociedad más justa, más solidaria, más democrática, más inclusiva…
Francisco Mora en su libro «Neuroeducación» nos habla del «apagón emocional» que se ha relacionado en el niño o la niña por el hecho de vivir en una sociedad estresada y que puede dejar huellas en su cerebro de adulto.
Desde la arquitectura de una ciudad hasta los grupos que la forman hay que ponerse objetivos educativos que complementen esa educación de familias y escuelas, no valen las excusas sin acciones, no podemos estar echándole la culpa a los estamentos sociales si por el contrario yo no me implico en ellos.
¿Qué y quiénes influyen en la educación de los niños y niñas?
_ Las familias, con toda las cargas que tengan, sean positivas o negativas.
– La escuela, en su objetivo fundamental, para crear personas íntegras y felices.
– La televisión, en muchos casos canguro que cuida de nuestros hijos e hijas, va transmitiendo valores que en algunos casos no son del todo adecuados, estemos atentos a lo que ven porque es el medio con el que van a reproducir comportamientos y conductas, a veces no deseadas.
– Los amigos y las amigas también influyen en la educación.
– Y por supuesto la familia, los abuelos y las abuelas, los primos y primas, los tíos y las tías, los amigos de los padres y las madres…
– El mundo de Internet también influye, sobre todo si se deja a los niños y las niñas sin educar en los medios, sin control en lo que ven ni en lo que hacen.
– Influyen los comportamientos de los adultos que rodean a esos niños y niñas. No podemos estar pidiendo que se porten bien si nosotros no lo hacemos. No podemos olvidar que el niño y la niña están en formación y se fijan en los modelos que los rodean.
…
¿Cómo puedo participar para que la comunidad eduque positivamente?
– Hace falta que las familias entren en los órganos que mueven las comunidades (AMPAS, Consejos Escolares, Asociaciones de Barrios, Ayuntamientos…) y de esa forma puedan ir reclamando el aspecto educativo que necesitan sus niños y niñas.
– Hace falta que los gobiernos pongan la Educación entre sus prioridades.
El hombre y la mujer, antes niños y niñas, son seres sociales y como tales deben educarse. La sociedad no puede estar ajena a este acto educativo que necesita para formar nuevas generaciones.
(La imagen pertenece a Google)