Hace varios días que tengo en mente escribir sobre el compromiso de los educadores y de las educadoras ante la llegada de las elecciones municipales en Andalucía. Cuál no ha sido mi sorpresa que hoy el amigo Fernando Trujillo también ha escrito sobre el tema, así que voy a traerme aquí algunas de sus ideas.
Es normal escuchar al profesorado decir que la política no debe entrar en la educación, que no hay que «aleccionar» a los estudiantes con ideologías políticas. En este caso creo que no vamos por buen camino. Me pregunto: ¿Las ciudadanas y ciudadanos del futuro han de tener una visión como espectadores o como sujetos activos? Si lo que deseamos es formar ciudadanos obedientes y sumisos al regimen que gobierne, evidentemente nuestra práctica estará desligada de toda reflexión, pero si lo que queremos es que sean ciudadanos y ciudadanas que piensen, sean activos en su comunidad, reflexionen, participen, tomen iniciativas… entonces hay que prepararlos para tal fin y eso significa tomar postura ante nuestra vida como docentes.
El educador o educadora no puede ser neutral ante la vida que le rodea y, evidentemente, en eso influye la política, no podemos estar aislados de las visiones críticas o no, que tienen nuestros gobiernos municipales porque eso influye en el día a día y en el futuro de las personas a las que tenemos que formar como seres activos dentro de la sociedad que les ha tocado vivir. Por tanto debemos posicionarnos, porque ya de por sí, con nuestras actitudes, con nuestras visiones de la sociedad, con nuestra forma de vivir, con la proyección y el trabajo de los valores… estamos diciendo en qué ideología estamos. Queramos o no, somos modelos para nuestro alumnado, por ese motivo el profesorado debe tener una formación sólida en todos los aspectos de la vida, no solo en matemáticas o lengua. Nuestra propia cultura personal escribe renglones en las pantallas blancas de nuestro alumnado.
Decía Paulo Freire (1)
«La educación de carácter liberador es un proceso mediante el cual el educador invita a los educandos a reconocer y descubrir críticamente la realidad. La domesticación trata de impartir una falsa conciencia a los educandos, que redunde en una fácil adaptación a la realidad, mientras que una práctica liberadora no puede reducirse a un intento, por parte del educador, de imponer libertad a los educandos» (p. 116)
«»No es la educación la que da forma a la sociedad según ciertas normas, sino la sociedad la que formula sus propias normas y crea una educación que se adapte a esos valores que la sustentan…una sociedad que estructura la educación para beneficiar a aquellos que detentan el poder, lleva invariablemente en sí misma los elementos fundamentales para su autopreservación» (p. 168)
José Antonio Jiménez, reflexionando sobre Freire, nos dice:
«No puede haber camino más ético, más verdaderamente democrático, que revelar a los educandos cómo pensamos, las razones por las que pensamos de tal o cual forma, nuestros sueños, los sueños por los que luchamos, dándoles al mismo tiempo pruebas concretas, irrefutables, de que respetamos sus preferencias aunque sean opuestas a las nuestras»
«La Pedagogía Positiva trabaja dirigiendo a la persona hacia su inclusión en sociedad, vinculando los procesos educativos a la parte social de las personas, implicándolas en su entorno mediante la colaboración, cooperación y promoción de valores. Busca encontrar los logros personales a través de la participación en proyectos sociales, en generar conciencia y en trabajar la empatía». (Paula Suárez en el blog de Gesvin)
Recuerdo una materia en la facultad de educación que se llamaba Prospectiva, de la que al principio no sabía ni lo que significaba dicha palabra, poco a poco me fui percatando de la importancia de esta materia en educación. Al estar de directora, cada año teníamos que aventurar los datos para el curso próximo y no en julio sino en enero, es decir, en enero teníamos que tener previsto los grupos que iban a salir para el curso siguiente. Ahí se veía mucho el tinte político de nuestros gobernantes. No es lo mismo dar importancia a los grupos de PCPI, en aquel tiempo, a los grupos de Diversificación, al profesorado de apoyo… que a los bachilleratos o ciclos. Respetar la diversidad, la inclusión, los entornos… eso es también política y así, en mi caso, se lo hacía ver continuamente a los responsables en las administraciones locales y provinciales. Lo dicho, no podemos ser neutrales, debemos posicionarnos ante posibles injusticias y mejoras de nuestro entorno más cercano.
Nuestra visión social va marcando pautas que pueden llegar a mejorar los entornos educativos en los que nos movemos porque hay que ir actuando en lo «micro» para engrandecer lo «macro», como decía el profesor Manuel Collado.
Giroux afirma (2):
«Los profesores han de conseguir que el conocimiento y la experiencia sean emancipadores, capacitando a los estudiantes para desarrollar la imaginación social y el coraje cívico que les permita intervenir en su autoformación, en la formación de otros y en el ciclo socialmente reproductivo de la vida en general»
Comparto algunas propuestas de Fernando Trujillo para ser coherentes con lo expresado anteriormente y por si tenéis a bien hacerlas llegar a vuestros entornos más cercanos:
En cuanto a la necesidad de una política educativa local integral, planteo las siguientes preguntas:
La educación no es una actividad infantil exclusivamente sino un derecho que se disfruta de manera permanente a lo largo de la vida. Por ello quizás pueda interesar considerar las siguientes cuestiones:
Finalmente, en relación con la construcción de un “discurso educativo de ciudad”, hago en voz alta las siguientes preguntas:
Si a partir de estas cuestiones puedes definir una propuesta concreta para tus representantes políticos locales, no dudes en hacérselas llegar: tu voz es una voz cualificada y merece la pena que sea oída. El silencio solo conduce a la sumisión.
(1) Paulo Freire. La naturaleza política de la educación. Cultura, poder y liberación (1990). Paidós, Barcelona.
(2) Henry A. Giroux. Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagogía crítica del aprendizaje (1990). M.E.C y Paidós, Barcelona
(Las imágenes están sacadas de Google)
Gracias, José Antonio, por tu comentario. Muy de acuerdo con lo que dices.
Una aportación concreta a lo que cuentas, este texto está sacado de un programa de un partido concreto para una localidad andaluza:
«Somos conscientes de que nuestro programa de gobierno, y las actuaciones políticas correspondientes para llevarlo a cabo, pueden contribuir al desarrollo de una dinámica educativa en la infancia y juventud de nuestro pueblo así como en la ciudadanía en general.
Creemos que las actitudes y comportamientos de las personas que son elegidas para gobernar no son nunca neutras en relación con la educación que se pretende para nuestros hijos e hijas, ni para el aprendizaje que los ciudadanos y las ciudadanas deben adquirir continuamente con el fin de ser sujetos activos y responsables de su continuo desarrollo personal y social. Como ejemplo podemos decir que no incide de igual manera en el bienestar de la gente, unas actuaciones políticas autoritarias o participativas, un modelo de gobierno opaco o transparente, o las distintas formas de gestión de los fondos públicos.
Por lo tanto, en nuestra acción de gobierno, además de prestar nuestra colaboración y apoyo a la tarea educativa desarrollada por las familias y la escuela, queremos también provocar el desarrollo entre la ciudadanía en general de valores como: la participación en lo público, el fortalecimiento de las actitudes democráticas, la solidaridad y la cooperación, el respeto y aceptación de la diversidad y las diferencias, el compromiso por la igualdad, la justicia y la paz, el cuidado del medio ambiente, el aprecio y dominio de los saberes científicos y artísticos, y una mentalidad crítica y creativa.
Con todo lo dicho dejamos muy claro que es un pueblo entero el que educa a su infancia, a su juventud y a sí mismo, y que por lo tanto, no tenemos ninguna excusa para hacer dejación de nuestra responsabilidad personal, asociativa e institucional en este asunto de la educación.»