Hoy se celebra en todo el mundo el día de Internet y yo quiero contribuir a este día con mi experiencia, con mi relato de cómo llegué a este mundo y qué me aporta cada día.
Internet, como dicen muchas personas, es una ventana abierta al mundo, desde tu casa y sin moverte, con Internet puedes viajar, enterarte de noticias, conocer, emocionarte… algunas… hasta enamorarse. Hoy no nos imaginamos un mundo de enciclopedias en las que haya que buscar la información o de guías para viajar, hoy, en nuestras manos tenemos esta potente herramienta que nos hace conocer, tener la información en el momento y estar comunicados con el mundo entero, también con aquellas personas más cercanas con las que necesitas compartir ideas o información actualizada.
Yo era de las tecnofóbicas, de las que cualquier «cacharro» me daba miedo tocarlo y no me interesaba en absoluto saber su manejo ni su funcionamiento. Siempre tiraba de mis hijos y de mi marido para que me hicieran las tareas.
Un día me regalaron un libro que explicaba todo muy clarito y que me era asequible, así empecé a manejarme con el ordenador, así me «picaron» a finales del siglo XX y principios del siglo XXI «Introducción a la Informática para torpes» Desde entonces a hoy mi vida cambió en cuanto a la relación con la cacharrería. He llegado a administrar webs y llevar hasta dos blogs, uno de mi materia y otro de directora, teniéndolos al día y sacando el tiempo de donde no lo tenía para que las tres ventanas al mundo estuviesen actualizadas. Sentía la satisfacción de la gente que me leía y que a menudo, en cualquier encuentro personal así me lo manifestaba, las familias de mi instituto estaban muy contentas porque conocían lo que se hacía con sus hijos e hijas, porque sabían de lo que se realizaba dentro de las aulas y en el centro en general y siempre con la actualidad que acontecían los hechos.
La mayor alegría para las personas que escribimos en un blog o en una Web es que nos lean, que nos comenten, que nos mencionen en las redes sociales, que nos comenten por la calle sobre aquello que escribimos algún día.
El domingo me dijeron «Eres mi referente pedagógico», gracias Manolo y Antonia. Me comentaba ella que no tenía Facebook pero que miraba el del marido sólo para ver lo que yo publicaba y después lo pasaba a las compañeras del colegio. Evidentemente yo la animé para que se hiciera ella su perfil y contara sus experiencias. El sábado me comentaba un amigo que él me ponía como ejemplo ante personas de su claustro y que muchos me seguían, gracias Javi. Era por lo de la edad, animando a jóvenes a que se metieran en este mundillo donde poder compartir y aprender cada día.
Me siento bien con el trabajo que hago, si en algo puedo seguir aportando al mundo educativo, bienvenido sea. Escribo en este blog La Colina de Peralías porque necesito seguir expresando mis opiniones, porque quiero denunciar alguna situación o porque de alguna manera quiero seguir contribuyendo a la educación, esa que ha sido, y es, el eje de mi vida profesional y personal, esa Educación que en este momento está tan maltratada por nuestros gobernantes.
Desde que dejé de trabajar, oficialmente, mi tarea es más relajada, es evidente, pero sigo imponiéndome mis horarios para cada una de mis actividades y dedico las mañanas a leer a comunicarme con el mundo a través de las redes y a dar opiniones cuando lo creo conveniente.
Pienso que Internet es una puerta que está abierta y la persona que quiera puede entrar, no podemos cerrar esa entrada a la chavalería. Hay que educar para que sepan los posibles peligros que pueden encontrar, sobre todo en cuanto a exponer su privacidad en público. En esta Web podéis encontrar información.
(La imagen pertenece a Google)