Cuando llegó Pedro diciendo que había visitado la Casa Blanca lo tomé con admiración pero como una modernura más de mi hijo, una avanzadilla que yo no me podía imaginar o que mis entendederas no alcanzaban. Poco a poco y siempre con sus consejos me fui introduciendo en el mundo de la conectividad, de la comunicación, de las redes sociales… cada día me doy cuenta que me falta mucho por aprender.
Con Internet he hecho muchos amigos y me han inspirado en mi trabajo, animándome cada día a seguir aprendiendo. Recuerdo aquellos comienzos de Twitter, de los claustros virtuales como empezamos a llamarlos, en los que pasaba el tiempo volando porque éramos pocos pero con mucho que transmitir y algunas veces me producía hasta cierta ansiedad el hecho de que me fuera a perder algo importante para mi desarrollo profesional.
Empecé con mi blog personal de francés, seguí con la Web del instituto y puse en marcha, de forma virtual, mi blog de directora. También puse en marcha mi Cuaderno de Cocina que podéis encontrar en el margen derecho de esta misma página. Cuando ya me jubilé pensé que iba a parar un poco pero no es así, sigo conectada muchas horas porque leer, escribir, comentar… me da la satisfacción de estar con mis amigos y eso vale un potosí.
Me molesta cuando me dice la gente que yo es que me llevo todo el día con el ordenador y me da pena que haya gente que se haya quedado parada, no se puede, hoy tienes que andar con los tiempos que corren, quieras o no, esa es la vertiginosa marcha que nos pone la sociedad para poder transformar, para poder estar en problemas de otras personas, para reivindicar derechos sociales, para aprender, para comunicarte personal y profesionalmente…
Por eso digo que Internet vale un potosí porque me ha hecho sentir con nuevos amigos mi profesión de la educación y crecer cada día como persona.
En el Día Internacional de Internet es conveniente que recordemos datos (tomados de Pepa Mediavilla en su artículo ¡Cómo hemos cambiado!)