Comencé la tarde de sábado viendo este fragmento de «Ocean’s Twelve». En él, Vincent Cassel encarna a un ladrón que, para intentar robar un valioso tesoro, tiene que pasar una sala entera llena de láseres que se mueven aleatoriamente. Y lo consigue bailando breakdance al ritmo del tema «Thé à la menthe» del grupo francés de hip-hop La Caution (canción en Goear.com).
No sé si será que como me dijo Fran, «la tranquilidad es una bajeza moral» (Tolstoi) o simplemente que nunca podré escapar a mi obsesión de contar historias. Lo cierto es que me descargué la canción y empecé a escucharla en bucle con la noble (aunque pretenciosa) intención de escribir algo que rimara. Después de 2 horas, me di cuenta de que se me ha pasado el arroz para ser Kanye West. Apenas tenía esto escrito.
Escucha lo que digo
cultura remezclada
escucha lo que sigo
copiar-pegar-copiar
escucha lo que digo
te digo lo que escuchas
pegar-copiar-pegar
escucha lo que pido
remezcla cultural
escucha lo que no digo
Industria cultural.
Pero luego pensé que merecía la pena arriesgarse a terminar lo que había empezado. Nada mejor que un atuendo estrafalario para auto-desmitificarme y dejar claro que lo de rimar, no me lo tomo en serio. Pero que lo de distinguir entre cultura e industria cultural, sí.
1- Lo de gafas estrafalarias será un decir,porque las eleigió alguien que NO ES NADA ESTRAFALARIA
2- mejor que en cuestión de caracter no puedas ser kanye west
3- pareces una animación, de esas que sacan una foto y sólo mueven la boca, hasta el momento de la sonrisa
4- sobre el mensaje nada que decir
Te sales motherfucker,el momento sonrisa,insuperable.
Pd.- Puede que no seas Kanye pero no te hace falta
Qué grande eres, … (ponga aquí el -des-calificativo cariñoso, a gusto del destinatario).
😀