Siempre hablamos de que la adolescencia es una edad difícil y que las relaciones con los padres y madres se ven deterioradas alterando el clima familiar. Hace falta invertir y preparar a los niños y niñas desde la infancia para que esos cambios hormonales que tanto les trastornan en la edad difícil, no sean un verdadero martirio en la familia.
Para ganar esa confianza desde pequeños, Jové y Zambrazo en su libro «Educar es emocionar», nos proponen el siguiente decálogo:
1. Que al despertarse cada mañana y al dormirse por la noche se encuentre con tu sonrisa.
2. Que cuando te hable procures dejar lo que estás haciendo y le mires directamente a los ojos.
3. Que en los momentos de tensión «gratuita» bromees y llenes de liviandad aquella situación.
4. Que cuando te «tropieces con él» le llenes de caricias, le tomes de la mano y la aprietes con fuerza, le abraces…
5. Que siempre encuentres un minuto para reír con él, ¡reír a carcajadas!
6. Que cuando lo recojas en el cole o llegue a casa, lo acojas y aceptes tal y como llega… contento, desanimado, triste, cansado, enfadado, alegre… Sin críticas ni juicios, animándole a que se exprese a su manera y como necesite, dejándole espacio y tiempo.
7. Que sienta que disfrutas de su presencia.
8. Que en medio de las prisas y del reloj, encuentres siempre tiempo para susurrarle al oído un cumplido o un reconocimiento.
9. Que respondas a su espontaneidad sin impaciencia ni reproches, aun cuando estés agotado, tengas un montón de cosas por hacer o las prisas obligadas.
10. Que cuando casi no venga a cuento, le digas cuánto le quieres, cómo es de importante para ti y cuánto orgullo hay en tu corazón.
A los niños y las niñas les gusta sentirse amados por su familia, les gusta que sus modelos familiares lo entiendan y lo acojan en su diversidad, no debemos estar siempre diciendo lo que hacen mal (juzgándolos) sino enseñándoles los caminos por donde pueden transitar sin menoscabo de hacerse daño.
(La imagen pretenece a psicomaster.es)