Por recomendación del amigo José Blas García me enfrenté a la lectura de esta obra que desde luego no te deja indiferente. Los relatos de casos reales, el tratamiento con las familias, la sencillez y ternura con la que está escrita, hacen un aliciente continuo para la lectura y fundamentalmente que nos da pautas para la puesta en práctica de sus propias investigaciones y su tratamiento posterior. Ha sido un deleite darle cuerpo científico a pensamientos que me han estado acompañando durante muchos años. El lenguaje con el niño es muy importante desde su nacimiento, todo lo que se le diga y lo que escuche va a ir conformando su cuerpo de conocimiento que le va a llevar al éxito en la vida adulta.
«La Profesora Dana Suskind, doctora en Medicina, es la fundadora y directora de la iniciativa Treinta Millones de Palabras (TMP), un programa de investigación de la facultad de Medicina de la Universidad de Chicago basado en la importancia crítica, demostrada científicamente, que tiene la exposición temprana al lenguaje para el desarrollo infantil. Entre otros logros, la doctora Suskind ha recibido el premio de reconocimiento al profesorado de la Universidad de Chicago por ser una «destacada líder en programas innovadores». Vive en Chicago, Illinois, EE. UU». (Edit. TEELL)
Treinta Millones de palabras es la diferencia aproximada que dejan de escuchar los niños y las niñas, hasta los cuatro años, que nacen en entornos más desfavorecidos en comparación con niños y niñas donde se les habla y se les atiende más porque han tenido la suerte de nacer en un ambiente más favorecedor socialmente.
La doctora cirujana de implantes cocleares, Dana Suskind, se mete en distintas disciplinas, en el campo de las ciencias sociales y demuestra que las palabras de los cuidadores de los niños y las niñas, en sus primeros años de vida, son fundamentales para el desarrollo de su cerebro y su posterior crecimiento personal. Por este motivo pone todo su empeño en la formación de las familias para reducir la brecha de lenguaje que encontró en niños y niñas a los que sus cuidadores no les prestaban la suficiente atención y donde las circunstancias sociales eran desfavorecedoras. Es así como, tras las investigaciones oportunas, pone en marcha con las familias el programa TMP (Treinta Millones de Palabras).
Se involucra tanto con sus enfermos y con sus familias que eso le hace ver los déficits que tenían los niños en el lenguaje desde su más tierna edad, en ocasiones debido al ambiente sociocultural en el que se encuentran las familias de estos niños. A través de sus investigaciones demuestra que la relación con las familias necesita de formación para cubrir las expectativas de mejor desarrollo lingüístico y cerebral.
«Gracias a Hart y Risley se empezó a comprender la importancia del entorno lingüístico en edades tempranas: la cantidad y calidad de las palabras que oye el niño, desde su nacimiento hasta los tres años de edad, pueden relacionarse con importantes diferencias previsibles en sus logros educativos futuros»
Nos relata la doctora Suskind que gracias al trabajo de muchos esforzados científicos, comprendió que la capacidad de oir no es suficiente para que el lenguaje se desarrolle ya que resulta crítico aprender que los sonidos tienen significado. Y para eso, desde muy pequeños los niños tienen que vivir en un mundo con muchas, muchas, muchas palabras.
Hart y Risley descubrieron que los padres que hablaban menos, producían niños que también hablaban poco. » Vimos que todos los niños al crecer hablaban y se comportaban como sus familias. Incluso, después de haber aprendido a hablar y de haber adquirido todas las habilidades necesarias para hablar más de lo que se hablaba en casa, no lo hacían; hablaban tanto como oían hablar en casa»
El método que eligen para favorecer el desarrollo lingüístico desde pequeños es el método de las tres «C»:
«Su objetivo es el óptimo desarrollo mental de los niños y su principio fundamental se basa en que la maleabilidad de la inteligencia de los niños y el lenguaje empleado por los padres y cuidadores son factores decisivos en el desarrollo cognitivo del niño»
A lo largo de la obra se nos van dando pautas de comportamientos reales para el desarrollo de lo que se va a pretender con el tratamiento de las familias y posterior puesta en práctica con los niños y las niñas. Podemos encontrar teoría y práctica de los hechos cotidianos con los que nos encontramos en la crianza: leerle a un bebé, las matemáticas, las habilidades espaciales, cómo hacer los elogios, cómo dar las órdenes, creatividad, música…
Libro muy recomendable para familias, docentes y personas preocupadas por la educación. Sus investigaciones, sus métodos y sus prácticas narrativas no nos van a dejar indiferentes y nos van a servir en nuestro tratamiento con nuestro pequeños de forma que nuestra ayuda sea cada vez más eficaz para su desarrollo social y personal.