Así nos presenta el libro el propio autor Eloy Moreno en su página Web.
«¿Quién no ha deseado alguna vez ser invisible?
¿Quién no ha deseado alguna vez dejar de serlo?
El problema es que nunca he llegado a controlar bien ese poder:
A veces, cuando más ganas tenía de ser invisible, era cuando más gente me veía, y en cambio, cuando deseaba que todos me vieran, era cuando a mi cuerpo le daba por desaparecer».
Este libro ha sido muy elogiado en las redes por profesoras que estaban emocionadas con su lectura, ese fue el motivo que me llevó a la compra y a la posterior lectura. El libro es duro, sobrecoge por su realidad, te transporta a los centros educativos y puedes ver que es realidad lo que cuenta, macerado con fantasía de dragones, mostruos, poderes, héroes, avispas…
Es la historia que un niño narra en primera persona de los sentimientos y vivencias con sus propios compañeros en el instituto. Es una historia dura que quizás ayude a que otros niños o niñas den un paso adelante y denuncien lo que les pasa y todas esas atrocidades las recibe porque saca buenas notas y lo consideran un empollón.
«Me acabo de despertar temblando, con el corazón golpeándome las costillas, como si quisiera escapar del cuerpo, y con la sensación de que un elefante está sentado en mi pecho»
Al principio de la lectura te ves un poco perdida hasta que poco a poco el autor te va situando en esta historia del niño que se hace invisible ante los compañeros que lo acosan y lo maltratan.
Por medio de esta cruda historia se entrelaza el inicio de una tierna relación de amor adolescente que no se atreve a confesarle.
Tan solo una profesora se percata de la situación y lo denuncia a la dirección del centro la cual hace oidos sordos porque eso perjudicaría a la reputación del centro. ¿Cuántas historias de estas pueden estar silenciadas por el mismo motivo? Se antepone el prestigio social a la salud mental y física de otra persona, no es justo.
El libro es de fácil lectura, con capítulos muy cortos, cargado de reflexiones y enseñanzas, sería aconsejable para analizarlo en clase con adolescentes aunque de todas formas es aconsejable para las familias y los docentes. Aunque no se analizan los hechos con rigor pedagógico, sí puede servir para ver situaciones de acoso a un compañero. En cierta forma me ha recordado a Wonder.