Un regalo muy especial

por Dolores Álvarez

Ayer, día de Reyes, estuve con mis hijos y mis nietos, les llevé los regalos que los Reyes Magos habían dejado en casa y comimos, junto a la familia de Edi, un exquisito cocido, acompañado de un aliño de pimientos caseros, en casa de Benito José y Edi. Esa casa siempre me trae unas sensaciones especiales porque allí fue donde viví con mis padres hasta que me casé y aunque ya ellos la han reformado, la cocina sigue tal y como la tenía mi madre y ellos han dejado las cosas tal como ella las tenía, por eso en ella me siento muy identificada porque la sal está en su sitio, el aceite, los picos, esa despensa que vale un potosí… Gracias Benito José y Edi por los regalos y por hacerme sentir en vuestra casa como si fuese aún la mía. Abrimos los regalos y…

Lola (10 años) encantada con sus cascos,

Mario (4 años) dijo… Ohhh… ya lo tengo,

Emma (4 años) dijo ¿cuál es el regalo compartido para Amanda y para mí?,

Amanda (2 años)… Mamiiii, regaloooo…

Llegó el momento de que nos dieran a nosotros los regalos y lo primero que me llamaba la atención, en casa de Pedro y Bea, sitio en el que viví desde que me casé y en el que nacieron mis dos hijos, Benito José y Pedro, hasta que nos trasladamos a El Viso… fue un sobre con mi nombre completo, al abrirlo encontré una foto mía, de joven, y un folio con una foto de mi madre con Pedro en brazos y Benito José al lado, en ese mismo piso; nada más ver la foto me emocioné y las lágrimas no me dejaban leer… era un dominio que Pedro había registrado con el nombre de mi madre cuando ella falleció y que ha guardado durante 10 años, hasta ahora, para llenarlo de contenido y hacer que sus biznietos la conozcan y sepan de ella. Es este http://doloresperalias.es/

Mi corazón latía fuerte… ¿cómo ha sido capaz este niño de estar pagando el dominio durante 10 años y no decirme nada? Sus motivos habrá tenido. La verdad es que ahora puedo hablar de mi madre con tranquilidad, durante un tiempo era empezar y aflorarme borbotones de lágrimas sin poder seguir. Quizás ha sido el tiempo, a los diez años de su fallecimiento, para reconstruir su memoria.

Gracias, Pedro, con todo el corazón, gracias por alimentar mis emociones y seguir haciendo que la memoria de la abuela Dolores siga viva y construyéndose su historia para que sus biznietos la conozcan.