¿Quién fue Hildegart Rodríguez?

por comcinco

Hace unas horas entró el año 2014. Con cada 1 de enero se celebra el Día del Dominio Público. Celebramos así que una serie de obras intelectuales entrar en el dominio público. Esto significa que sus obras pueden ser usadas libremente sin ningún tipo de impedimento, es decir, que pertenece a todas.

Este año, en España (en el resto del mundo es otro tema) entra en dominio público la obra de Hildegart Rodríguez . Y ¿quién fue Hildegart Rodríguez ? Bueno, su historia es bastante conocida aunque yo no la conocía en absoluto. Que sirva el presente artículo como reconocimiento a una mente privilegiada, una luchadora por la igualdad.

Hildegart murió en junio de 1933 a manos de su madre. Parecería una típica historia de la España más oscura, pero no lo parece, lo es.

La madre de Hildegart, Aurora, la tuvo de un padre desconocido, un donante en diciembre de 1914. Aurora educó a Hildegart para ser una mujer como ella quería que fuera, perfecta, la mujer del futuro. Aurora le aplicó una estricta educación. Hildegart aprendió a leer a los 22 meses, escribió su primera carta a los tres años, con cuatro años era la mecanógrafa más joven titulada por la casa Underwood y antes de cumplir los diez años leía y escribía en cuatro idiomas. A los 13 acabó el bachillerato. En enero de 1929 ingresa en la Unión General de Trabajadores (UGT) y en las Juventudes Socialistas madrileñas. Comienza a publicar sus primeros artículos en «El Socialista» y su nombre empieza a conocerse entre las bases del PSOE, aunque la cúpula la miraba con recelo e intentaba minimizar su presencia pública. En mayo de 1932 termina derecho. Empieza a colaborar con otros dos diarios madrileños; «La Libertad» y «La Tierra» escribiendo artículos casi diarios, y participa en numerosos actos políticos y culturales, con frecuentes conferencias en las que defiende, no sólo la igualdad jurídica de la mujer con el hombre, sino la completa liberación de la mujer. La publicación de una carta en el periódico «La Libertad«, en la que criticaba duramente una posible alianza del PSOE con un candidato reaccionario durante la Segunda República, provocó su expulsión del partido socialista. Aprovecha para escribir un libro titulado «¿Se equivocó Marx?» en el que opina que, en cuanto al socialismo en sí, anarquistas y feministas tienen razón al afirmar que los diputados obreros acaban siendo corrompidos por las mismas instituciones burguesas a las que pretenden destruir. Tras esto se hizo miembro del Partido Republicano Federal y una ferviente crítica de los «socialenchufistas«.

Si en los primeros años aboga por la concesión del voto a la mujer, defiende posteriormente la igualdad jurídica entre los dos sexos (como sostiene en su obra «Venus ante el Derecho») y más aún, la liberación femenina de toda clase de tabúes y prohibiciones sexuales. Hildegart, que estudia y conoce las más modernas teorías sobre el comportamiento sexual de la pareja humana, cree que «el problema del sexo se eleva ante las generaciones futuras como el principal problema al que debe buscarse una solución urgente». Se lanza resueltamente a la cruzada en defensa de la mujer. Da conferencias sobre la injusta postergación femenina y la urgencia de un cambio jurídico y ético. Interviene personalmente en las semanas de eugenesia y es cofundadora de la Liga Española para la Reforma Sexual presidida por el doctor Gregorio Marañón, sección de la Liga Mundial para la Reforma Sexual que tenía sede en Berlín. Ella organiza sus estatutos y elabora los primeros números de la revista “Sexus”, su órgano de debate y difusión de las ideas. Abordó temas que la sociedad española seguía considerando intocables y la participación en la Liga le permite mantener relación por carta con Havelock Ellis, uno de los precursores de la sexología europea, a través del cual publica algunos ensayos y trabajos en revistas científicas extranjeras y empieza a ser conocida en Alemania, Inglaterra y Francia. Entre ellos, la monografía La Revolución Sexual que vendió 8.000 ejemplares, sólo en Madrid, en la primera semana tras su publicación. Entre sus admiradores también podemos encontrar a H.G. Wells, al que Hildegart sirve de interprete y acompañante en una de sus visitas a Madrid, y que trata de convencerla de que ella tendría más futuro en Inglaterra, además de con la intención de que se separase de su madre y desarrollase su potencial, dio lugar a las paranoicas conspiraciones que Aurora veía a su alrededor. Hildegart intentó varias veces separarse de ella, a lo que su madre respondía con amenazas de suicidio. Cuando vio que su familia se separaba de su proyecto decidió destruirla: «El escultor, tras descubrir la más mínima imperfección en su obra, la destruye».

Y así llegamos a la noche del 9 de junio de 1933. En el ático de la calle Galileo donde vivían, Aurora entra en la habitación de su hija que está dormida. Lleva un arma y le dispara tres tiros en la cabeza y uno en el corazón. Años después del crimen, la criada confesó que Aurora había tenido a Hildegart secuestrada durante sus últimos días. Le cortó el teléfono, le prohibió recibir correspondencia, le negó cualquier contacto con el exterior.

En Documentos de Radio Nacional de España le dedicaron un programa titulado «Aurora Rodríguez y su hija Hildegart: el asesinato de la mujer moderna» el 1 de septiembre de 2011.

Fernando Fernán Gómez realiza una película en 1977 titulada «Mi hija Hildegart» basado en el libro Aurora de sangre, de Eduardo de Guzmán.

También se publicó un libro titulado «Mi querida hija Hildegart» en 2008 escrito por Carmen Domingo.

Recomiendo la lectura de este artículo: El pensamiento político de Hildegart Rodríguez, entre socialismo y revolución.

Fuentes: Hipatia. Wikipedia.