Los recursos públicos al servicio de las personas

por José Antonio Jiménez Ramos

Estamos en los momentos actuales en una situación social, económica y política muy convulsa y eso nos lleva, a veces, a perder el norte de nuestras posiciones con respecto, por ejemplo, a los recursos públicos.

Y digo esto al hilo surgido por la puesta en marcha del blog del #EABE16 utilizando la llamada granja de blogs de Averroes.

La polémica se plantea en términos tan curiosos como que no es adecuado utilizar un servicio de la Consejería de Educación porque esta no ha apoyado nunca a los EABES, que llegan en este próximo año a su octava edición. Al margen de que esa afirmación no se ajusta a la realidad, solo ha habido expresamente una ocasión en el que la Consejería no apoyó, ni tan siquiera reconociendo la actividad como formativa, creo que esta situación merece que aporte una serie de ideas de cómo hay que acoger o no los recursos de las instituciones.

En primer lugar, las instituciones políticas, sean del legislativo o sean del ejecutivo son y emanan de las personas que conforman los distintos territorios, no tienen sentido sin esas personas. Es bien cierto, que en multitud de ocasiones no actúan de acuerdo con ese precepto y llevan a cabo acciones que no cuentan con las personas, no son transparentes, no desarrollan recursos públicos para llevar a cabo proyectos que faciliten una igualdad real de oportunidades.
En segundo lugar, las personas que trabajan más directamente con los ejecutivos como es el caso de funcionarios y funcionarias del tipo que sean, tienen entre sus tareas difundir aquellos recursos, que en el ámbito del trabajo que realizan, se pongan a disposición de la ciudadanía. Ello no quita que ejerzan su derecho a criticar cuántas cuestiones les parezcan que se lo merecen, ya sean los propios recursos o las maneras que se emplean para su uso.
En tercer lugar, existe una demanda creciente para que las instituciones púbicas pongan cada vez más recursos públicos a disposición de la ciudadanía de una forma fácil y ágil. El caso mas abrumador sería el de la sanidad y el de la educación, pero hay otros campos que también requieren de esos recursos como es el caso de las TIC y del uso de datos para su análisis y puesta en marcha de proyectos que permitan una mejora de la comunicación entre las personas y los colectivos que conforman la sociedad.
Finalmente, también existe una demanda grande para que el uso de esos recursos lleguen a la mayoría de las personas, que no sea una cuestión meramente formal, sino que se extienda lo más posible entre la población, sin que por ello, se vea coartada la libertad de las personas. A las instituciones se le pide neutralidad y capacidad de autocrítica basada en las evaluaciones que sean necesarias.

Por todo ello creo que un movimiento educativo de bastante nivel como es el caso del EABE utilice una herramienta que está al servicio de la comunidad educativa de forma gratuita, como es el caso ya mencionado de los Blogs de Averroes no es más que una muestra de como se hace uso de un derecho de la ciudadanía. Puede tener mayor o menor calidad (en mi opinión tiene un nivel digno de calidad), puede tener problemas de mantenimiento, como cualquier otro servicio de estas características, pero en ningún caso es una herramienta que vaya orientada en la dirección que se critica, como por ejemplo, que sea un elemento de propaganda ni pública ni privada. No admite ni introduce publicidad institucional ni privada, permite que haya administradores que no sean del sector del profesorado y más virtualidades que hace que deba utilizarse en un evento de estas características, sin que por ello haya menoscabo de las actividades que se organicen, ni mucho menos se pueda utilizar como un vehículo de publicidad.