Ese dÃa, en la misma habitación que Karen y Raff, follamos por primera vez a pelo. Su pelvis se pega a mi pelvis, su vulva se engancha a la mÃa, nuestros sexos se muerden como las bocas de dos perras que se reconocen. Mientras follamos siento que toda mi historia polÃtica, que todos mis años de feminismo avanzan directamente hacia el centro de su cuerpo, se derraman sobre ella como encontrando en su piel su verdadera y única playa. Mientras me corro encima, borbotean a mi lado Witting y Davis, Woolf y Solanas, la Pasionaria y Kate Bornstein. Ella está cubierta de mi feminismo como por una eyaculación fina, como por un océano de purpurina polÃtica.
Adicción. Pág 80 de Testo Yonqui (Beatriz Preciado)