Ese día, en la misma habitación que Karen y Raff, follamos por primera vez a pelo. Su pelvis se pega a mi pelvis, su vulva se engancha a la mía, nuestros sexos se muerden como las bocas de dos perras que se reconocen. Mientras follamos siento que toda mi historia política, que todos mis años de feminismo avanzan directamente hacia el centro de su cuerpo, se derraman sobre ella como encontrando en su piel su verdadera y única playa. Mientras me corro encima, borbotean a mi lado Witting y Davis, Woolf y Solanas, la Pasionaria y Kate Bornstein. Ella está cubierta de mi feminismo como por una eyaculación fina, como por un océano de purpurina política.
Adicción. Pág 80 de Testo Yonqui (Beatriz Preciado)
Uno de los principales problemas del periodismo es que se ha olvidado de soñar. Quizás dormir sobre una cama de espinos no sea el lugar más indicado para conciliar el sueño y, por continuar con las frases hechas, eso es lo que ocurre cuando alguien decide dormir con el enemigo.
Rescato esta edición de La 2 Noticias del pasado 11/11/11, un informativo que aún conserva cierta dignidad y que hace un esfuerzo considerable por cuidar los contenidos. Una de sus últimas iniciativas es invitar a un personaje a dirigir una parte del programa, en una sección que tiene el nombre de «Hoy dirige». Pep Gatell (La Fura dels Baus) nos propone un ejercicio de ensoñación maravilloso, una línea de fuga para soñar otros posibles, para practicar los imposibles. En un mundo donde quienes controlan los medios y las palabras cada vez están más ofuscados en cercar otras formas de vida, otras formas de imaginar, encontrar estas ventanas periféricas que destrocen la realidad es un oasis de placer.
Nos hemos acostumbrado a no pensar en infinito y nuestra mente es infinita. Cualquier persona puede imaginar el infinito. ¿Qué es el infinito? Algo supergrande donde puede pasar cualquier cosa. Y la televisión y los medios de comunicación tienden a cerrar esta infinidad y compartimentan las cosas y nos dicen lo que está bien, lo que está mal, lo que está regular… y nuestro cerebro tiende a poner las cosas como «en orden». De de pronto está bien que haya ficciones que crucen estos cajones de información, los destrocen, porque de esta manera el cerebro respira y ve fronteras más allá de lo que contienen estos cajones. Creo que la ficción sirve para esto, la ciencia ficción y la ficción en general. (Pep Gatell – La Fura dels Baus)
Hace ya algún tiempo que alguien, no recuerdo quién, me habló por primera vez de Daphne Oram. Hoy, a través de la programación semanal del laboratorio INTR:MUROS, la vuelvo a tener presente. Daphne fue una de esas mujeres increíbles que la historia se encargó de silenciar y que de un tiempo a esta parte, desde su muerte en 2003, se está tratando de recuperar, dignificando su legado y su ingenio.
Voy a hablar muy claro. Queremos que este estudio te sea útil y arroje un poco de luz a esos días tuyos de veinticuatro horas que necesitarían cuarenta. Queremos que le pongas nombre, razones y contexto a esos malestares tuyos que no sabes muy bien de dónde vienen. A esa desazón, a esa ansiedad, a ese nudo en la garganta, a esa tensión con que afrontas cada jornada laboral y con que afrontas la vida. No es un problema tuyo, individual, no eres tú que no vales lo suficiente, porque no eres lo bastante versátil, lista, preparada, no es que no sepas los idiomas necesarios… No es cosa tuya, es cosa colectiva, es cosa de eso que a veces llaman sistema, a veces llaman capitalismo posfordista (ya explicaremos qué es eso), que otras llaman patriarcado y que aquí entre tú y yo vamos a llamar Patrix.
Este es el primer párrafo del libro «Pero este trabajo yo para que lo hago. Estudio sociológico sobre los malestares ocultos de algunas precarias conscientes.» de Rosario Hernández Catalán (aquí disponible para su descarga.)
No buscaba nada en esta línea pero llegó a mis manos por casualidad y al leer ese primer párrafo sentí un alivio como de mejor amiga. Ya os contaré si me sirve para responder algunas de mis preguntas cotidianas. Ojalá.
Me llega vía @abrelatas este vídeo sobre los altercados violentos de los mossos el pasado 27 de mayo en Acampada Barcelona.
http://vimeo.com/24386075A primera vista, me ha parecido brutal, luego me he detenido en uno de los comentarios (copio una parte, literal):
tengo que decirte que estoy ofendidísimo con tu video. Y te lo digo como persona que lleva 13 años dedicándose a los audiovisuales, como persona que estaba en la plaza, que lleva muchos años militando, y a la que has puesto en primer plano en tu video (sobra decir que sin mi permiso, pues jamás te lo hubiera dado). Tu video no es un video militante, ni reivindicativo, ni tan siquiera de protesta. Es sólo un estereotípico video-clip que busca la espectacularidad formal en detrimento del contenido. Sino, ¿Por qué crees que todos los comentarios que te hace la gente ensalzan la estética de tu video pero absolutamente nadie habla de la movilización popular? Peor aun, has hecho un video autopromocional. Tu no estás colaborando con la lucha, tú te estás aprovechando de la lucha de los demás para autopromocionar tu carrera audiovisual. Y esto es imperdonable. (… seguir leyendo)
consumo ostentoso…. progresa adecuadamente +
milagro económico……….. necesita mejorar –
estado del bienestar …. progresa adecuadamente + +
políticas culturales…… necesita mejorar –
innovación tecnológica…. siempre
creatividad aplicada……. progresa adecuadamente +
ansiedad generacional …. necesita mejorar –
eterna juventud ….. siempre
crisis sistémica…. necesita mejorar ++
Hace muy poco tiempo que hemos puesto en marcha un proyecto precioso que se llama Recordar TV. Con él pretendemos hacer algo aparentemente sencillo: escuchar a nuestros mayores. Digo aparentemente, porque hay varias complejidades que entran en juego en el ejercicio de escuchar: en primer lugar porque dedicarles atención implica desacelerar y aparcar los tiempos en los que nos movemos habitualmente, abandonar la multitarea (ellos suelen representar a la perfección la idea de hipervínculo analógico, por lo que requieren toda nuestra atención) y, especialemente importante, porque requiere de una empatía considerable en donde nuestro sobrevalorado mundo de teclas, hiperconectividad y progreso, queda reducido a un sinfín de nimiedades. En segundo lugar porque ellos, sobre todo ellas, deben recuperar el valor de contar historias como algo de interés para una generación a la que separan montañas. Y esto es una responsabilidad nuestra, como mediadores y deudores de lo que han vivido.
En cualquier caso, reconozco que siento debilidad por ellos y me inspiran una ternura muy instintiva. Probablemente sea fruto de mi educación y sobre todo por la suerte de abuelos con los que he compartido mi vida.
Empecé a escribir esta entrada porque me apetecía dejar aquí las palabras que le dediqué a mi abuelo Paco en el homenaje que le hicieron hace poco en Santa Marta. Supongo que porque me he quedado con las ganas de hacerle un reportaje como Juanlu o Jessi, y porque pienso en él y en mi abuela Mª Jesús a diario. Supongo que porque les echo mucho de menos. Permitidme que os hable de mi abuelo:
Queridos familiares y amigos:
Hace algunos meses, un grupo de vecinas de la zona de la carretera, lideradas por Josefa Jorge Parra, hicieron una petición formal al Ayuntamiento de nuestro pueblo para que una calle llevara el nombre de Francisco Coca Pastor. Pasado el tiempo y las gestiones pertinentes, hoy nos encontramos aquí para inaugurarla. En nombre de mi abuelo y en representación de toda mi familia, queremos mostrar nuestro más sincero agradecimiento a estas personas y a toda la Corporación Municipal de Santa Marta.Antes de proceder al acto de inauguración quiero hablarles de Don Francisco, algo que es imposible hacer sin referirme a él como mi abuelo. Nació en 1918 en Valladolid y vivió toda su juventud en Salamanca; ese acento fuertemente marcado por las jotas y las eses le acompañaría toda su vida. Es increíble las pequeñas cosas que se echan de menos.
«Algunos dicen que estamos jugando a los recortables contigo»
Jorge Javier Vázquez a Belén Estaban en «Sálvame Deluxe», 19 de Diciembre de 2009
Llevo desde ayer preguntándome qué es un docushow. Reformulo mi pregunta: llevo desde anoche pensando qué pensará mi abuela sobre qué es un docushow. O mi hermana, a la que quiero con locura pero que es un poco ingenua. O mi prima de 11 años. Me pregunto qué efecto les habrá causado encender la televisión un domingo por la noche y encontrarse con “ese” formato televisivo diferente pare ellas (sin duda hay muchas ellos en la misma situación, pero yo voy a hablar de lo que tengo cerca). Sigue leyendo
Así somos:
A video used to be embedded here but the service that it was hosted on has shut down.Este vídeo fue realizado en 2007 (¿?) para una serie de poemas videográficos sobre la ciudad de Sevilla que llamamos SE31, en homenaje a la carretera de circunvalación SE 30. La idea era trazar la historia de un voyeur cualquiera que transita por los sueños de todos los habitantes de una ciudad: los que vienen y se van, los que vienen y se quedan, los que siempre están y sobre todo, los que nunca han estado. 31 poemas videográficos cortos que representaran la riqueza y diversidad de la ciudad como espacio para las relaciones, las contradicciones y el conocimiento. Planteamos la realización de los vídeos a modo de juego, de manera que había que cumplir estas reglas:
En SE31 participamos las personas que en ese momento integrábamos el equipo de trabajo de ZEMOS98, además de otros amigos y colaboradores a los que invitamos a jugar.
El audio con el que me tocó trabajar fue propuesto por Pedro y se trata de José el Negro con el tema Corrido De las monjas, la grabación fue hecha en el skatepark de Sevilla, un lugar al que no hay que dejar de ir.
Podeís ver el resto de vídeos de esta ronda de circunvalación imaginaria aquí.
Este artículo ha sido publicado en el núm 112 de Diagonal (del 29 de octubre al 11 de noviembre de 2009), en la serie «El Futuro del Periodismo» de la sección Saberes. Por el momento no está online y no sé si lo subirán, por eso os lo comparto a través de mi blog.
Si empezamos hablando del futuro del periodismo tenemos muchas probabilidades de llegar tarde. El futuro no es, está siendo. Los cambios que se han producido en las gestión y creación del contenido hace tiempo que nos obliga a hablar de un cambio de paradigma en la comunicación.
En primer lugar, la democratización del acceso a herramientas de fácil manipulación junto con la proliferación de software para alojar y distribuir los contenidos, ha permitido la creación de una serie de comunidades que han ejercido oposición y resistencia a los medios establecidos. En ocasiones estas comunidades han sido encumbradas a la categoría de revolución social y luego han resultado ser pequeñas piedras chocando contra el escudo deflector de los grandes medios de comunicación y las esferas de poder. Siendo justos con los acontecimientos, habría que ser más cautos a la hora de juzgar estos efectos. ¿Por qué se agotan las posibilidades en tan poco tiempo ? ¿Por qué el ciclo de vida de una “revolución” se marchita a la velocidad del rayo cuando se trata de lo digital unido a lo llamado 2.0 ?
Tras la interrogación, la sombra de la superestructura, lista y multiforme, capaz de reducir en sector el universo de internet y convertir en producto cualquier atisbo de cambio en el pensamiento único. La industria trata constantemente de aumentar y estandarizar las prácticas emergentes, de testar en usuarios anónimos (clientes potenciales) aquellos artefactos llamados a triunfar y por ende a convertirse en servicios consumibles por las masas. Las rutinas de producción de la información y el periodismo no son ajenas a este engranaje. Lamentablemente cuando hablamos de periodismo se tiende a pensar en macroprocesos y de repente olvidamos que debería estar en todas partes, que es un proceso que se produce en cualquier contexto de interacción social, que tiene que ver con nuestra manera de procesar la cultura, la vida. Porque ¿cuál es el verdadero impacto y dónde reside la fuerza de este nuevo paradigma ? No hablemos de periodismo, ni de medios de comunicación, que es fácil en este caso que alguna fuerza megalómana acabe absorbiendo nuestro discurso, envolviéndolo en fibra, eso sí, para que sea más digestivo para la masa. Hablemos de comunidades. Hablemos de comunicación. Hablemos de educación.
Porque el nuevo escenario para este “futuro periodismo” debe seguir siendo invisible, entendiendo su invisibilidad como algo pequeño, diminuto, que pasa inadvertido y que no es exclusivo del gremio de «los que están acreditados para hacer metaperiodismo» (es decir, los periodistas con licencia para serlo). Necesitamos trabajar en lo próximo, para que la lupa política y los lenguajes que se esconden detrás de los intereses económicos no afecten a su esencia. Reinventemos los lenguajes y los códigos de la comunicación. Creemos nuevos escenarios en beta. El futuro del periodismo será aquel que también hable de los cambios pequeños y cotidianos, de las actuaciones fuera de los focos del escenario, de la política fuera del escenario político. La vida a nivel micro.