Uno cuando se pone a trabajar en común pone sus ideas encima de la mesa y escucha. En los últimos años he tenido la oportunidad, y el regalo, de poder estar en procesos de creación audiovisual en directo. Concretamente en cuatro muy intensos y con roles diversos, en European Souvenirs actuando como una especie de productor mudo (lo cual me permitió aprender una enormidad), en €urovisions como un coordinador que tiene que medir bien el dejar hacer con el no salirse de un camino dado (lo cual me generó grandes insatisfacciones en el proceso pero que con el tiempo se ha revelado con mucho sentido), en Cartuja a Rás donde nos desplazamos todos unos cuantos metros de nuestras zonas de confort para poder atacar el monstruo monumental del Monasterio y el peso de la propia Bienal de Flamenco y RaVerdial en el que he podido actuar como un artista con toda la libertad, para lo bueno y para lo malo, y que presentamos hace dos dÃas.
De todos estos procesos, repito que son un regalo porque hay mucha gente detrás que lo han hecho posible, hemos salido más o menos bien. Contentos. Y con ganas de seguir. Pero el éxito yo no lo medirÃa en datos de número de bolos, público o intensidad de los aplausos (¡y no digo que todo esto no sea muy importante!). El valor de estos procesos para mà está en que hemos abierto una vÃa de trabajo que no tiene retorno: la de trabajar en común. Y no porque en equipo sea todo más guay y tal, sino porque de alguna forma, en el hacer está el mensaje.
Y todo esto sin poner encima de la mesa los nosécuantos años que llevamos trabajando en estas lÃneas de intersección entre lo estético y lo polÃtico (en conversaciones de programación del festival ZEMOS98, en acciones más personales, en grupos de trabajo como Mediateletipos o en actuaciones en CSOAs etc etc). El caso es que ahora que hay gente que se ha dado cuenta de que se puede mezclar música de baile con hostias de la policÃa, la virgen del RocÃo y frases de Tiqqun, no querrÃa que esto se conviertiera en un producto asimilable, en un sentido de ohcómomolaloquehacéis… lo he leÃdo en alguna de las reseñas, habÃa mala baba. Y es intencionada.
Nos lo pasamos muy bien porque somos capaces de conectar, pero esto es un artefacto de comunicación, de cambio y de cultura, y como dirÃa nuestro buen amigo Abu Ali vamos a seguir hackeando el velo de las imágenes, que el otro dÃa pudimos hacer un pequeño orificio, pero no, no son fiestas.
Muchas gracias, muchas, a las personas que sabéis que esto no hubiera sido posible sin vuestros cuidados, vuestros ánimos, vuestro entendimiento y vuestro dinero. A seguir que es gerundio.
(cuando tenga tiempo añadiré enlaces a este texto, publicado en facebook originalmente)