Siegel y Payne nos presentan una guía para orientar y alimentar el desarrollo mental de los niños y las niñas. Un enfoque distinto de la disciplina. Un enfoque donde la disciplina ayudará a aprender para ser «buenas personas, felices, prósperos, amables, responsables e incluso autodisciplinados» Entendiendo disciplina en su origen de enseñar, aprender y dar instrucciones.
El principal mensaje del libro a las familias es: «Realmente eres capaz de disciplinar con respeto y estímulo, pero también con límites claros y coherentes. Puedes imponer disciplina de forma que privilegie la relación y el respeto, y relegue el enfrentamiento y el conflicto a un segundo término, y en el proceso, puedes fomentar un desarrollo que favorezca buenas aptitudes relacionales y mejore la capacidad de los niños para tomar decisiones acertadas, tener en cuenta a los demás y adoptar actitudes que los preparen para el éxito y la felicidad durante toda la vida»
Daniel J. Siegel es un médico estadounidense; y, profesor clínico de psiquiatría en la Escuela de Medicina de la UCLA, dentro de la Facultad del Center for Culture, Brain, and Development y es codirector del Mindful Awareness Research Center. Es conocido en España por su libro Cerebro y mindfulness. Wikipedia
Tina Payne Bryson es coautora, con Dan Siegel, de El cerebro del niño, bestseller del New York Times. Es Directora Ejecutiva del Center for Connection en Pasadena, California, y una psicoterapeuta infantil y adolescente. También es ponente en conferencias y dirige talleres para padres, educadores e investigadores clínicos de todo el mundo. La doctora Bryson recibió un Ph.D. de la Universidad del Sur de California, donde su investigación explora la ciencia del apego, la teoría de la crianza y el campo emergente de la neurobiología interpersonal.
Nos presentan una disciplina que hace aprender actitudes para enfrentarse positivamente a los disturbios que la propia edad les hace vivir, lo denominan «enfoque del Cerebro Pleno, sin Lágrimas» donde se nos sugieren principios y estrategias que eliminarán los enfrentamientos (entre el cerebro inferior y el cerebro superior) y las emociones fuertes que a diario se viven en las familias.
Los descubrimientos recientes de la neurociencia han ayudado para tomar este enfoque en el que cuentan las emociones y se llega a los niños y las niñas a través de ella porque es más fácil «reñir» con sentimientos, tocarles sus fibras sensibles en vez de alimentar la rabia y hacer que sufran en esos momentos terribles, donde solo le echa la culpa al que le ha reñido y no aprende de su mala actitud, en los que han hecho algo inadecuado para el bienestar de los demás. Tendremos la suficiente paciencia para no saltar de forma acalorada y dejar reposar para que la reactividad se convierta en receptividad, es decir, para que el niño nos escuche y no se nos enfrente a lo que nosotros «en caliente» le hemos dicho y de lo cual pasado unos minutos nos sentiremos arrepentidos.
La Disciplina sin Lágrimas ayudará a tus hijos a ser las personas que se supone han de ser, aumentar su capacidad de autocontrol, respetar a los demás, tener relaciones intensas y vivir una vida ética y moral. «»Disciplina efectiva» significa que estamos enseñando habilidades y alimentando en el cerebro las conexiones que les ayudarán a tomar mejores decisiones y a desenvolverse bien en el futuro»
El libro está lleno de ejemplos y situaciones de conflictos con los que nos podemos encontrar cada día, así se nos hace más fácil entender este enfoque que nos proponen los autores y podemos guiarnos por el camino de la cooperación que nos lleve a acciones amables en el tratamiento con nuestros hijos donde vayamos educando su mente y sean capaces de autocontrolarse en sus reacciones cotidianas llegando a obtener un aprendizaje donde solo había una mala actitud. «Los castigos y las reacciones punitivas suelen ser contraproducentes, no solo en lo referente a la construcción del cerebro, sino también cuando se trata de conseguir que los niños cooperen»
Conectar con nuestros hijos de manera emocional es el primer paso que hemos de conseguir para llegar a esa conexión necesaria que nos llevará a atenderlos, respetarlos, escucharlos y transmitirles nuestro apoyo, aun en sus peores momentos. «La conexión profunda, empática, puede y debe combinarse con límites claros y firmes que establezcan las estructuras necesarias en la vida del niño».
Se nos presentan en esta obra estrategias, recursos, sugerencias… para redirigir, conectar y centrar con los niños y que sus arrebatos les sirvan para aprender a defenderse en la vida y no enfrentarse a quien le rodea.
En la parte final del libro se incluyen recursos adicionales: Notas para la nevera sobre conectar y redirigir; Dan y Tina (autores del libro) narran dos experiencias en las que ellos mismos perdieron los papeles y no supieron actuar de forma efectiva con sus propios hijos (porque no hay varita mágica y cada niño y cada momento es único); Notas para nuestros cuidadores de niños; y Veinte errores de disciplina que cometen incluso los padres fantásticos.
«El objetivo global del libro es transmitir un mensaje de esperanza que transforme el modo en que las personas entienden y ejercen la disciplina. Una de las partes habitualmente menos agradables del trabajo con niños -la disciplina- puede llegar a ser una de las más importantes, y no tiene por qué estar llena de reactividad y enfrentamiento constante ni para ti ni para tu hijo»
Aunque en todo momento el libro va dirigido a las familias, de él pueden dar buena cuenta todas las personas que interaccionen en la educación: los abuelos, los maestros y maestras, los cuidadores, los agentes culturales… es decir, es una obra básica para entender la educación como un aprendizaje y no como un castigo; además sirve para cualquier edad, no solo para niños pequeños.
«Disciplina sin lágrimas» es una obra totalmente recomendable de la que se puede aprender mucho en el tratamiento con niños y adolescentes, y por extensión con cualquier persona con la que nos vamos a relacionar porque las estrategias que nos plantean nos dan pautas para las conexiones emocionales con cualquier relación que tengamos, porque se trata de hacer conexiones cerebrales a favor de un engrandecimiento mental. No es un manual de recetas porque ya sabemos que en educación cuenta cada persona con sus emociones y sentimientos, es algo que nos hace entender las conexiones cerebrales y nos ayuda a su tratamiento relacional y conectivo.