“Una historia conmovedora sobre una anciana que debe enfrentarse a su terrible pasado. Una secuela magistral de El niño con el pijama de rayas”.
Todas las piezas rotas, de John Boyne, es la continuación en el tiempo de un horror que no te deja tranquila. Es la historia de una anciana de 91 años, la hermana del protagonista de “El niño con el pijama de rayas”, que vive atrapada en sus horribles recuerdos y que no soporta las injusticias, aunque ella se siente culpable por lo que vivió y no denunció en su momento.
¿Qué pasó con la hermana y los padres de Bruno, el niño que hablaba por la alambrada con su amigo Shmuel? ¿Sobrevivió la familia a la guerra y los horrores del nazismo?.
Gretel Fernsby, protagonista de la historia, es ahora una anciana de 91 años y vive en Londres en un apartamento de una de las zonas más acomodadas de la ciudad. Es la hermana de ese niño que nos cautivó y nos mostró, a través de su amigo, cómo vivían los presos y cómo eran las instalaciones del campamento nazi.
Gretel entabla amistad con unos nuevos vecinos que vienen a vivir al piso de abajo, sobre todo con el niño, Se va percatando de los sufrimientos de la madre y del niño acompañados por un padre que los maltrata. Una noche, tras ser testigo de una violenta discusión entre la madre de Henry y su dominante padre, Gretel se enfrenta a la oportunidad de expiar la culpa, el dolor y el remordimiento y hacer algo por salvar a un niño, por segunda vez en su vida. Pero para ello se verá obligada a revelar su verdadera identidad, que ocultó tras la guerra por temor a la culpabilidad de ser hija de su padre, conocer los horrores…
¿Hasta qué punto una niña de 12 años puede sentirse culpable de los tremendos crímenes que cometió su padre como comandante en Auschwitz? ¿Tenía ella conciencia a esa edad de lo que su padre estaba haciendo y que también su madre ocultaba? A lo largo de esta novela Boyne nos va interpelando y haciendo reflexionar sobre la posible culpa de esta preadolescente, nacida en el seno de una familia en la que el padre no tuvo ningún tipo de escrúpulo por seguir el mandato del dictador Hitler y que ejecutó órdenes para la muerte de muchas personas.
La trama transcurre entre varias ciudades por donde Gretel va tratando de ocultar su identidad por temor a las represalias, pasa por París en 1946, después Sidney de la que se aleja por no soportar el clima y por último Londres desde 1953 a 2022. Boyne va dando pasos atrás y adelante en su historia y esta circunstancia te hace elevar la curiosidad en la lectura, hay momentos que no puedes dejarla porque crees que va a confesar su verdadera identidad.
Gretel es una anciana amable que vive con los recuerdos más terribles y también con los momentos más agradables que ha vivido con su marido aunque antes pasó por el momento más horroroso cuando le contó a David, amigo de Edgar, su marido, su verdadera identidad. Creo que es uno de los momentos más duros de la narrativa de esta obra aunque tiene otros que también te sobrecogen. La historia de esta novela te hace pensar sobre la culpa, el rencor, el amor, el perdón, la familia, el duelo…
La narrativa es ágil y John Boyne te embauca en las tramas que plantea con mucha sutileza. Su lectura es apasionante y sirve de reflexión ante los desastres de la guerra, precisamente ahora, en este tiempo, en el que también estamos viviendo otra guerra que está matando a miles de inocentes. Ninguna guerra se justifica, las personas hemos venido al mundo para ser felices y para dialogar, no para pelearnos y matarnos.
Si leíste El niño con el pijama de rayas, este libro no te lo puedes perder, es alucinante cómo enlaza las dos historias y cómo sigue interesando la trama más conmovedora de esta narrativa tremenda del holocausto.
Dice Boyne que cuando da charlas en talleres de escritura creativa, siempre les pide a sus alumnos: “sin hacer ninguna referencia al argumento, dime, en unas pocas frases, de qué trata tu novela. Si yo tuviera que contestar esa pregunta sobre Todas las piezas rotas, diría que es una novela sobre la culpa, la complicidad y el duelo, un libro que se propone analizar hasta qué punto puede ser culpable una persona joven, dados los sucesos históricos que se desarrollaban a su alrededor, y si esa persona se puede desvincular de los crímenes cometidos por sus seres queridos”.
Puedes ver la reseña completa en El Diario de la Educación, publicada el 30 de noviembre de 2023