En el libro “Apegos feroces”, Vivian Gornick, nos relata la relación estrecha con su madre; una señora de espíritu fuerte aunque frecuentemente deprimida y la influencia de una vecina, Nettie.
Dichas relaciones van a influenciar su vida en todos los aspectos, el trabajo, el amor, las relaciones…
No es un tema muy usual el que se trate las relaciones entre madre e hija, Gornick nos lo narra con maestría, enseñándonos la dureza a la que se vio sometida por la estrecha relación que mantenía con su madre.
Vivian Gornick, una mujer madura, camina con su madre, ya anciana, por las calles de Manhattan, y en el transcurso de esos paseos llenos de reproches, de recuerdos y complicidades, va desgranando el relato de la lucha de una hija por encontrar su propio lugar en el mundo.
Esta es la historia de un vínculo delicado y fatigoso, de un nexo que define y limita al mismo tiempo, pero también es el retrato de una sociedad y una época, y una extensa meditación sobre su experiencia de ser mujer.
(Editorial Sexto Piso, 2017)
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