El profe rebelde que se compromete con una educación rebelde

por Dolores Álvarez

Cristian Olivé, muy conocido en el mundo virtual por sus motivadoras y creativas prácticas educativas, nos deleita con su libro Una educación rebelde. (El poder de transformar la sociedad) La reseña completa la podéis ver en INED21

En su otro libro Profes rebeldes podemos ver su práctica educativa que se ajusta al mundo de los adolescentes a los que da clases y con los que disfruta creando actividades novedosas que hacen que el alumnado se sienta más motivado ante el aprendizaje.

La obra en sí de Cristian Olivé es un puro acto educativo porque emociona al leer su creatividad, sus experiencias y la de su alumnado; porque a lo largo de sus páginas va creando expectación y curiosidad; porque con sus prácticas y sus diálogos nos va mostrando sus pensamientos educativos (y sus dudas) de forma muy didáctica y amena, con suficientes justificaciones como para reflexionar y crearnos una opinión crítica ante nuestra forma de actuar con el alumnado y con sus familias; porque tiene en cuenta la realidad del alumnado y los hace partícipes de su propio aprendizaje, sabe motivarlos y crea en ellos y ellas el deseo de aprender y trabajar para llegar a ser mejores personas…

En este otro libro, Una educación rebelde, podremos disfrutar de cómo el autor se posiciona ante el sistema y ante la sociedad de forma que la educación ayude al alumnado para que formen parte de una sociedad más justa, más inclusiva, más reflexiva, más comprometida, más encaminada hacia el respeto de los derechos sociales…

Es un libro con el que podemos aprender de una verdadera educación de calidad que pone al alumno en el centro del aprendizaje y que los respeta como personas ayudándoles a formarse para ser ciudadanos críticos ante la sociedad que les rodea.

Cristian se va respondiendo a sus propias reflexiones y además parte de los cuestionamientos que le hacen sus compañeros y compañeras ante su forma de ver la educación y ante su práctica educativa. Es una forma de identificarse también con los lectores que nos sentimos interpelados ante las preguntas y nos hace reflexionar sobre nuestra propia práctica y nuestra concepción educativa. Esto hace que la lectura sea muy amena y te invita a seguir descubriendo sus verdaderas concepciones con respecto a la adolescencia y la educación.

Nos dice el autor que le gustan los alumnos:

Que tienen algo que decir
Que cuestionan las normas absurdas
Que claman contra las injusticias que cometen sus iguales o los adultos
Que sugieren alguna mejora en las actividades pedagógicas
Que plantean nuevas vías para dirigirse a destinos inesperados
Que no aceptan lo que se ha hecho siempre como única justificación para seguir haciéndolo
Que reclaman a los adultos el mismo esfuerzo y dedicación equivalente a lo que les exigimos a ellos
Que esperan que la escuela sea un espacio de socialización para intercambiar ideas y buscar soluciones a los problemas del día a día
…

En el epílogo, Cristian, nos dice que una educación rebelde está siempre en constante proceso de cambio. Reinventarse no es volver a empezar, sino seguir creciendo al ritmo que avanza la sociedad. Ser rebeldes no es una actitud, es una convicción. Considera a los alumnos verdaderos protagonistas y necesitan docentes implicados que crean en ellos y los escuchen. Necesita de la implicación de las familias. Una educación rebelde entiende que se puede aprender en cualquier sitio y en cualquier lugar, también con los dispositivos móviles y en el mundo digital… Una educación rebelde construye una mirada nueva para una sociedad más justa, más tolerante, más sostenible, más creativa y más feliz.

Un libro muy recomendable para el profesorado porque con él te trasladas a otra forma de educar, a otra forma de enseñar donde se respetan los derechos, se hace una educación inclusiva y sobre todo porque es un buen cauce de creatividad y motivación para el alumnado. La lectura es muy amena y te lleva a plantearte tu propia práctica educativa a través de las reflexiones que va transmitiendo, en un diálogo constante con el lector o lectora.

«Decidí romper radicalmente con el modo de plantear el aprendizaje: a partir de entonces no me dediqué solo a enseñar lengua y literatura, sino que convertí mi disciplina en un canal para promover el autoconcepto, la creatividad, el espíritu crítico y el crecimiento personal»