Sigo sorprendíéndome cuando leo sobre neuroeducación, esta nueva ciencia que estudia el cerebro y su repercusión en las actuaciones que cada día tomamos delante de nuestros estudiantes, si además los hallazgos de la neurociencia se combinan con los conocimientos de psicología y pedagogía, ya podemos darnos por satisfechos porque si no los aprovechamos es por nuestra desidia como docentes. Es necesario ponerse al día en estos avances porque los resultados de los estudios que se están haciendo sobre cómo aprende el cerebro son muy valiosos y nos pueden ayudar en nuestra tarea como educadores y pueden mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Contestando a la pregunta que Fabricio Ballarini nos hace en el prólogo de esta obra de Jesús C. Guillén «Neuroeducación en el aula: De la teoría a la práctica»; no es que solo me sorprenda, es que yo busco la sorpresa para aprender sobre el comportamiento humano, sobre las causas que justifican cada uno de los comportamientos de nuestro alumnado, sobre la apatía en algunos casos del profesorado, sobre la mejor forma de enseñar, de educar y de aprender. Este proceso requiere que abramos nuestra mente, que nos analicemos y que nos convirtamos en personas críticas con nuestra forma de educar, es la forma de enlazar con nuevos aprendizajes que la ciencia nos está ofreciendo sobre el cerebro y que nos pueden ayudar en nuestra labor docente.
Nos introduce Ballarini que en el libro vamos a encontrar cómo se gestan las increibles funciones que hacen que existamos, como si fuésemos una máquina perfecta que crea la realidad. Las sorpresas que nos pide el cerebro para que podamos llegar, a través de la curiosidad, al aprendizaje, nos las encontraremos en esta obra. «… de alguna forma, un arma de seducción masiva para nuestras neuronas, que quedarán fascinadas y deseosas de nuevas sorpresas, de más ciencia».
En los cuatro primeros capítulos se aborda el desarrollo del cerebro, las emociones, la atención y la memoria. En los cuatro siguientes se analizan materias y actividades, la educación física, el juego, la educación artística y la educación emocional que aunque se estén relegando en nuestras leyes, forman una parte esencial para el desarrollo de nuestro cerebro y facilitan un aprendizaje más eficiente y real. En el noveno capítulo se analizan investigaciones que actualizan la forma de entender el aprendizaje de la lectura y la aritmética. Por último nos encontramos con unas conclusiones que nos llevarán a sintetizar la obra y mejorar su comprensión.
La lectura del libro, a pesar del tema que trata que es pura ciencia y a veces nos podemos sentir perdidos, nos hace bajar a continuos ejemplos reales de cómo poder llevar a cabo esa teoría y en qué puede ayudarnos para ponerla en práctica con nuestro alumnado, esto hace más fácil su comprensión y su lectura porque la misma exposición te lleva a la curiosidad de en qué casos puedo ponerlo en práctica y así nos lleva al propio aprendizaje de la propia teoría.
«Desde la perspectiva educativa, el concepto de plasticidad cerebral constituye una puerta abierta a la esperanza, porque implica que todos los alumnos pueden mejorar… y nuestra responsabilidad como docentes radica en guiar y acompañar al alumnado en este proceso de aprendizaje y crecimiento continuos, no solo para la escuela, sino también para la vida»
Se resalta a lo largo de la obra que cada persona es única y diferente, que puede llevar su propio ritmo de maduración y aprendizaje y que por tanto no debemos seguir patrones que entorpezcan el camino hacia el propio desarrollo, la autonomía y el bienestar personal; es importante que tengamos sobre los estudiantes expectativas positivas porque esto va a ser también de gran ayuda en la realización personal y puede afectar a su motivación y su evolución como estudiante; además un buen clima familiar y escolar permitirán el desarrollo del niño y lo ayudarán en su crecimiento ante la sociedad.
«La neurociencia ha llegado para quedarse. No es una moda pasajera. El mundo educativo no puede ignorar cómo funciona el cerebro, un órgano de enorme complejidad que interviene en todas las funciones cognitivas y conductuales y que nos hace seres únicos»
Libro muy recomendable para los docentes de cualquier etapa educativa porque aquí pueden encontrar las justificaciones a los comportamientos del alumnado que en ocasiones no sabemos explicar y porque abrir la mente a los descubrimientos de las ciencias nos ayudará a ser personas más críticas con nuestro entorno y más colaborador con el mismo.
Jesus C. Guillén, autor del libro y creador del blog «Escuela con cerebro» (blog pionero en España sobre esta temática) conversando con María José García en ‘La aventura del saber’ sobre nuevas miradas educativas.
Me gusta mucho el tema que investigas en tu libro para lograr la verdadera inclusion de los escolares con diferentes necesidades educativas que se hace tan dificil al maestro o educador