Sinopsis: «Las actuales políticas neoliberales han dado como resultado un darwinismo económico que promueve el interés personal mediante un individualismo y egoísmo abusivos. Por otra parte, sus estrategias estimulan una especie de amnesia social que borra el pensamiento crítico, el análisis histórico y cualquier noción de relaciones sistémicas más amplias: las reformas educativas sustituyen el aprendizaje crítico por la pericia en la realización de test, la memorización de datos y el no cuestionamiento del saber o la autoridad.
Esta pedagogía de la ignorancia impulsada por el colapso y la decadencia del paradigma actual democrático ha repercutido muy negativamente sobre la educación. Henry Giroux se propone en este ensayo dirigir una mirada crítica sobre el sistema educativo, en especial, en la educación superior en Estados Unidos. Asimismo, el lector encontrará en estas páginas un análisis mordaz no solamente de las universidades norteamericanas y sus administradores, académicos e intelectuales en general, sino sobre los gobiernos neoliberales y el establishment que las promueven. La guerra del neoliberalismo contra la educación superior es una invitación a la reflexión sobre la realidad social y política a nivel mundial, así como de nuestro propio sistema social y educativo, en el que valores tales como responsabilidad social, comunidad y bien común están tan ausentes». (Sinopsis de la edit. Herder)
Henry Giroux está considerado como uno de los activistas intelectuales fundadores de la pedagogía crítica en Estados Unidos. Nos cuenta Carbonell (2015) que su relato contempla las escuelas como esferas públicas democráticas con la tarea de educar a los estudiantes en el lenguaje de la crítica, la posibilidad y la democracia: «Debemos empezar a definirnos como ciudadanos críticos cuyos saberes y acciones colectivas presupongan unas visiones específicas de la vida pública, la comunidad y la responsabilidad moral, y no como marginales, figuras de vanguardia, profesionales y académicos que actúan en solitario» (2005) Teoriza la importancia de concienciar y capacitar a los educadores y trabajadores de otros ámbitos sociales y culturales para que se conviertan en intelectuales transformativos que abran vías de resistencia y transformación. Considera la influencia que los medios y otros artefactos sociales tienen en la juventud y en la infancia, por eso debemos estar vigilantes no solo al currículum sino al entorno social en el que se mueve el alumnado. Sigue Carbonell diciéndonos que Giroux, como férreo defensor de la democracia radical, se opone al liberalismo, al fundamentalismo religioso, al militarismo, al imperialismo y a otros «ismos» que penetran y se instalan en la institución escolar.
Leer a Giroux es un acto de compromiso con la sociedad, es ver cómo influye cada uno de los pasos que se dan en los gobiernos como responsables en las leyes educativas, ver cómo no se le da importancia en la mayoría de los países a la educación y cómo sí influyen los presupuestos y la visión utilitarista a la que se lleva al alumnado, reproduciendo esquemas de servicios, mercantilismo, individualismo y trabajos serviles que impiden crear personas con sus propias ideas, sin conciencia para crear espacios sociales en los que se favorezca transformar la sociedad y el entorno en el que viven.
La lectura de esta obra es dura (muy crítica con la sociedad y el gobierno estadounidense), es dura porque te hace ver las grandes injusticias que se están dando en el mundo (espeluznante el capítulo en el que se habla de los abusos escandalosos en los deportes) y cómo se encauza a nuestro alumnado hacia una sociedad en la que solo importa el individualismo, los fieles servidores al estado, con conciencia plana, metidos en sus casas y sin actos sociales que puedan favorecer otro tipo de cultura más crítica y más responsable con la sociedad del bien común. «… la sociedad estadounidense se encuentra anegada por una cultura de la idiotez y la ignorancia»
«Esta pedagogía de la ignorancia impulsada por el mercado ha aniquilado la idea de libertad al convertirla, en buena medida, en el deseo de consumir y de invertir exclusivamente en relaciones que solo sirven para alcanzar los intereses individuales… despoja a la sociedad del conocimiento y (pierde) los valores necesarios para el desarrollo de una población comprometida con la democracia y socialmente responsable»
Giroux propone crear un nuevo discurso donde se defiendan los estudios superiores, donde se potencie la universidad pública, dándole al alumnado el lugar que le corresponde como intelectual crítico y comprometido que pueda expresar sus opiniones sin temor a represalias, creando espacios públicos para la reflexión y el debate que lleven a la mejora de una sociedad verdaderamente democrática. Para esto el profesorado debe relacionar en el aula asuntos que tengan que ver con los estudiantes, con los problemas sociales, con la vida en sí de los que son los agentes principales del deseado cambio democrático. Además los propios docentes deben saber compartir con otros educadores y con el público en general.
Alude a Zygmunt Bauman cuando dice:»…si no hay lugar para la idea de una sociedad equivocada, difícilmente haya demasiadas posibilidades de que surja la idea de una buena sociedad, y menos aún de que cause algún revuelo».
Concluye el libro con una entrevista a Giroux que da contexto histórico a gran parte de la labor en el campo de la pedagogía crítica, los estudios sobre la juventud, la justicia social, la política cultural y la educación superior que ha abordado en esta obra. En ella podemos ver cómo su vida y su obra están relacionadas y sus orígenes explican su compromiso con esta pedagogía crítica y social.
Este libro es recomendable para docentes en general, agentes culturales, personas que están en la política, intelectuales en general que pretendan hacer una transformación de la sociedad hacia una verdadera democracia, sin menoscabo de los cambios políticos, educacionales, económicos y sociales que esto conlleva.
» Es hora de dar comienzo a una campaña cultural que permita recuperar las virtudes de la criticidad radical, defender el coraje para expresar la verdad y conectar el aprendizaje con el cambio social»