La Colina de Peralías
10.11.2020

«El coraje de enseñar» Parker J. Palmer

por Dolores Álvarez

«El coraje de enseñar» de Parker J. Palmer intenta explorar el paisaje interior de la vida de los maestros. Nos reconcilia con las personas y nos hace ver cómo ante el alumnado somos maestros para enseñar y para ser, si entablamos conexión con las personas a las que acompañamos en su proceso de aprendizaje tenemos la mitad del terreno ganado para la formación de nuestros estudiantes porque no solo hay que transmitir conocimientos que después pasan a olvidarse, hay que transmitir vida y servir de ejemplos de esa conexión interior que hace que las personas aprendan y sean agentes activos de una comunidad y de una sociedad que busca la transformación de su ciudadanía.

Sinopsis: Si eres un maestro que nunca tienes días malos, o que los tienes pero no te preocupa, este libro no es para ti. Este libro es para maestros que tienen días buenos y días malos, y a quienes los días malos les provocan sufrimiento porque aman profundamente lo que hacen y se niegan a endurecer sus corazones. En nuestras prisas por reformar la educación, hemos olvidado una verdad muy sencilla: nunca se logrará una verdadera reforma si seguimos menospreciando y desanimando al recurso humano llamado maestro y del que tanto dependemos. Por mucho que renovemos los programas, reestructuremos escuelas y revisemos los textos. «¿Quién es el yo que enseña?» constituye la cuestión central de este libro. La pregunta del «quién» abre un sendero apenas recorrido en la investigación de la reforma educativa. Y el autor, docente vocacional y sensible, aborda la búsqueda de la respuesta desde su propia experiencia y desde una triple perspectiva: intelectual, emocional y espiritual. Parker J. Palmer restaura en los corazones agotados y desesperanzados de los docentes del siglo xxi aquella pasión, aquella inspiración de sus primeros años, cuando ejercía desde una profunda vocación aún fresca, y lo hace desde una dimensión ­espiritual que es la esencia misma de la enseñanza. Un libro estimulante, inspirador y que nos hará reflexionar en torno a la responsabilidad y la belleza de una profesión difícil y, a menudo ingrata, que –aunque muchos lo olviden– constituye el muro de carga sobre el que se yergue la estructura de valores de nuestra sociedad. (Sirio, 2017)

Parker J. Palmer  es un autor, educador y activista estadounidense que se enfoca en temas de educación, comunidad, liderazgo, espiritualidad y cambio social. Ha publicado diez libros y numerosos ensayos y poemas, y es fundador y socio principal emérito del Centro para el Valor y la Renovación.

Salvador Rodríguez Ojaos (salvaroj) Nos comenta que el libro: «El coraje de enseñar es una obra que reflexiona sobre la educación en valores y la figura del maestro. Pero no de cualquier maestro, sino de aquellos que se implican en su trabajo y sufren cuando tienen un mal día porque aman profundamente lo que hacen y se niegan a endurecer sus corazones. En las prisas por reformar la educación, hemos olvidado una verdad muy sencilla: nunca se logrará una verdadera reforma si seguimos menospreciando y desanimando al recurso humano llamado maestro y del que tanto dependemos. «¿Quién es el yo que enseña?» centra la cuestión central de este libro. El autor, docente vocacional y sensible, aborda la búsqueda de la respuesta desde su propia experiencia y desde una triple perspectiva: intelectual, emocional y espiritual». Puedes completar la reseña aquí.

Miguel Ángel Santos Guerra nos dice después de su lectura «Me gusta todo del libro. Principalmente, el contenido. También la estructura. Y el estilo con el que está escrito. Me gusta, sobre todo, la pasión que atraviesa cada una de sus líneas. Y me gusta el título. Y el subtítulo: “Explorando el paisaje interior de la vida de un maestro”. El libro está escrito desde la reflexión y desde la experiencia. No es el fruto exclusivo de elucubraciones o disquisiciones teóricas sino que frecuentemente recoge el fruto de interesantes experiencias personales relacionadas con las enseñanza o con la formación de profesionales. Y a la mejora de (la) práctica está destinado». El artículo podéis completarlo aquí.

No es frecuentes encontrarnos con obras de este calibre en la que se exponen pensamientos sobre sus propias prácticas, en las que se plantea esta vida de conexión interior que hace falta con el alumnado y con cualquier profesional que quiera mejorar su práctica. «Pero la verdad es que escribí este libro revisando mis treinta años en la enseñanza, intentando comprender por qué enseñar siempre me ha apasionado y, a la vez, aterrado… Quería hallar maneras de profundizar en la autocomprensión, y de este modo en la práctica, de quienes se preocupan por la enseñanza tanto como yo.»

Para enseñar es necesario poner pasión en lo que haces cada día y tener el coraje de saltar los obstáculos que la institución o incluso tus propios compañeros y compañeras te van mostrando en el camino. No hay cosa más difícil que luchar diariamente con aquellas personas que van menospreciando lo que haces, quizás desde su postura cómoda, por hacer ver que la enseñanza debe hacerse «como siempre» y que es el alumnado el que lo hace diferente por sus circunstancias, por su desinterés, por todo el mundo que lo rodea que se comporta de forma hostil. Ante este panorama Palmer nos ayuda a ser resilientes a apoyarnos en nuestras propias convicciones y a seguir hacia adelante con el alumnado en beneficio de una sociedad plural en la que los pensamientos salgan del corazón y de la esperanza de que otro mundo es posible y que debemos luchar por alcanzarlo y mejorar las situaciones que nos hacen tropezar cada día.

Para formar a los estudiantes hay que confiar en ellos y ellas y esta confianza se construye sobre sentimientos como la empatía, el compromiso, la compasión, la paciencia y la capacidad de perdonar. Hay que dejarles espacios para que hablen, participen y expresen sus pensamientos. Hay que tener esperanza en el poder transformador de la educación, saltando todas las trabas que la propia administración nos vaya poniendo. Esto es posible gracias al sentimiento y la esperanza de futuro de los docentes y de los profesionales en general por el desarrollo de la comunidad, por dar voz a las personas con las que trabajamos, por hacer un espíritu de verdadera comunidad que trabaje en el futuro por unas mejores relaciones entre sus miembros y por el desarrollo de una sociedad plural, libre de ataduras, discriminaciones, injusticias…

Libro muy recomendable para docentes porque en él van a encontrar esa paz interior que todos y todas vamos buscando en el desarrollo de nuestra profesión, porque en él van a encontrar justificaciones para la conexión con el alumnado, van a aprender a darles voz a los propios agentes de la educación, y porque seguro que les va a hacer reflexionar sobre su propia práctica con el fin de mejorarla, justificarla y enriquecerla.

«Explorar el paisaje interior de la vida de un maestro nos permite volver de manera más firme y renovada al paisaje exterior de nuestra vida. Entusiasmándonos con el trabajo para el que hemos sido llamados, podemos entusiasmar a nuestros alumnos, nuestros colegas y nuestro mundo, un mundo en el que la inhumanidad cede el paso a los dones y la gracia que brotan del interior»

 

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