En primer lugar quiero destacar de esta obra el que padre e hijo (@JFCalderero y @andrescalderero) se hayan puesto de acuerdo en escribirla, me parece una tarea encomiable que dos generaciones distintas se pongan a filosofar y lleguen a acuerdos tan certeros. Es previsible que en esta familia ha habido paz y tranquilidad, que se le ha dado tiempo al respeto de las opiniones y que se ha dialogado en el buen sentido de la palabra, es decir, se ha cultivado el terreno para que salga el producto. ¡Enhorabuena!
Parece como si la Filosofía fuera algo de estudiar a los pensadores y ahí se queda; en absoluto, la Filosofía está día a día en nuestros pensamientos, en nuestras reflexiones de los acontecimientos, de nuestras actuaciones, está en la sociedad y nos movemos por ella, pero para que no nos sintamos borregos debemos tener nustros propios pensamientos,nuestras propias ideas para que actuemos como ciudadanos críticos ante esta sociedad cambiante y con grandes problemas (guerras, paro, corrupción, hambre, injusticias…) en la que nos ha tocado vivir.
Las personas que nos dedicamos a la docencia tenemos una gran tarea que poner en práctica cada día, debemos plantear el conocimiento por descubrimiento y ejercer de orientadores en el proceso; de nada servirá que dé a mi alumnado los saberes más exquisitos si yo no les guío para que ellos los descubran, es mejor educar en el proyecto de pensar que en la teoría de memorizar sin entender.
El sentido común nos hará más reflexivos, en cada una de las acciones nos plantearemos con cuál estoy yo y veo que es la más justa, porque hoy nos encontramos que hay opiniones en la sociedad que no están en el camino correcto, es de justicia que luchemos por una ciudadanía crítica, sin tapar las verdades, sin ocultar lo que otros no han hecho bien; cada vez se producen más escándalos en esta sociedad y gentes que en teoría están gobernando, porque un gran número de personas han depositado la confianza en ellos, están justificando hechos que vemos que no son justificables y que ponen en tela de juicio su verdadera integración como personas. Ahí debe estar nuestra reflexión, no nos podemos dejar llevar por siglas ni por banderas que a todas luces están actuando sin ese espíritu crítico del que estamos hablando.
Nos dice Malena en la Guía de Filosofía que el sentido común es la capacidad de discernimiento que tiene todo ser humano que le permite tomar decisiones coherentes, basadas en la razón y sus conocimientos; actitud que resulta la mejor y más conveniente, tanto para sí mismo como para relacionarse con los demás. Una persona con sentido común es prudente y confiable; se toma su tiempo para reflexionar antes de actuar o hablar y aunque no tenga todos los conocimientos que necesita en determinada circunstancia, puede elegir la decisión más correcta.
Nos comentan los autores que el propósito principal de este libro es ofrecer a todo ser humano algunos elementos de reflexión que puedan ayudarle en su desarrollo personal, especialmente en lo que a la mejora de las capacidades de comprensión y decisión se refiere.
La obra nos ayuda a las respuestas de interrogantes claves para el desenvolvimiento en la sociedad:
La obra nos ayuda a responder estos y otros interrogantes, haciéndonos ver algunas de las dificultades con las que nos podemos encontrar en el camino y nos enseñan algunas estrategias de aprendizaje que nos pueden ser útiles para el desarrollo de la capacidad crítica.
«Sapere Aude!» (Atrévete a saber, atrévete a pensar) «Quien no sabe pensar bien abdica de su libertad, porque es víctima fácil de cualquiera que quiera ejercer dominio sobre él, lo cual constituye un gravísimo peligro en nuestra sociedad» «La obra aspira a ser un revulsivo para reflexionar seriamente sobre la necesidad de desarrollar un sentido crítico bien aquilatado para defender la libertad y evitar ser manipulado»
El libro trata de explicarnos grandes reflexiones sobre el pensamiento, es de fácil lectura y recomendable para todas aquellas personas que están orientando en la formación integral de las personas en formación. «Tenemos la imperiosa y urgente necesidad de poder contar, en los distintos ámbitos de la vida, con personas que piensen; que piensen en profundidad, más allá de las habilidades y competencias técnicas»