«Educative Innovéision» es un libro crítico con «todo» (ayyyy… me acabo de dar cuenta que la inspección ha salido «de rositas»), bueno, con casi todo lo referente al mundo educativo, es un libro reflexivo porque va argumentando la crítica y a su vez nos hace propuestas en las que podríamos actuar de forma diferente.
Si conocemos al autor del libro, Jordi Martí, de las redes sociales y de la lectura de su blog, veremos que esta obra es un fiel reflejo de lo que cada día va manifestando en ellas. La portada de Néstor Alonso (@Potachov) ya nos pone en disposición y nos hace una especie de relatoría gráfica de lo que vamos a encontrar en sus páginas. La lectura es ágil y directa, siempre con buen sentido del humor y una cierta carga sarcástica, a pesar de la acritud de lo que cuente, así nos va llevando por sus pensamientos, creando ilusión para seguir el recorrido, sin desvanecer en la atención, que termina con ese gran «diccionario gamberro» que no tiene desperdicio. Por cierto, gracias por las palabras dedicadas al EABE en este diccionario y por el tirón de orejas a la administración que no escucha las propuestas de docentes, que cada día están en las aulas, intentando mejorar y transformar la educación de su alumnado.
Me ha llamado la atención, y valoro positivamente, cómo una persona que no proviene en su formación inicial reglada del mundo educativo, se ha ido formando e investigando para poder aseverar cada una de las cuestiones que plantea, con fundamentos que a nadie deja indiferente, que crea un mundillo de opinión y reflexión sobre cuestiones que pertenecen a la educación y que son difíciles de tratar en ámbitos poco reflexivos.
En definitiva, creo que el libro hay que leerlo, hay que criticarlo y reflexionarlo, hay suficiente material como para estar hablando de la educación y tratar de mejorarla, eso que a muchas personas, circunscritas en este mundo, nos preocupa cada día, es recomendable para el profesorado y aquellas personas que se sientan en la obligación de mejorar el mundo que le rodea, porque ya sabemos y está comprobado que si mejora la educación, puede ayudar mucho a la transformación positiva de la sociedad en general.
«La innovación educativa no es solo cuestión de cachivaches tecnológicos de última generación… Es cuestión de cambio de las prácticas habituales. Trabajar colaborativamente en un grupo ya es innovar. Salir a la calle… implicar a las familias… La materia prima para innovar somos nosotros, los chavales y sus familias»
«Un docente innovador es aquel que se adapta a la realidad del aula. Quien usa las herramientas que, en cada momento, ve más adecuadas. Quien sepa realizar una clase con los chavales para que al sonar el timbre se queden con ganas de más…»