Cuando esta mañana escuchaba la radio @CanalsurRadio en @lahoradeandalucia y comentaron que un niño había llegado congelado a la escuela, la locutora comentó que había un documental en el que se veían los tremendos caminos que algunos niños y niñas deben recorrer para llegar a la escuela cada día. Enseguida recordé que había escrito sobre ello, Camino a la escuela. Y así lo puse en Twitter por si alguna persona no lo conocía.
Leí la noticia en El País https://elpais.com/internacional/2018/01/11/mundo_global/1515674581_725494.html?id_externo_rsoc=TW_CC y me quedé totalmente enfurecida, cómo es posible que esta sociedad permita hechos tan aberrantes como que un niño tenga que caminar hora y media para ir a la escuela, con circunstancias climáticas totalmente aterradoras.
Es una injusticia que ese país no haga que los niños no tengan que pasar por esas circunstancias que hacen sufrir para lo que va a llegar a aprender, además ligero de ropa por circunstancias familiares.
Me indigna y me hace pasar vergüenza social porque ese niño está sufriendo y además se dan las circunstancias que es muy bueno en Matemáticas. Si sigue así quizás no pueda ni demostrarlo.
Felicidades para ese maestro que lo ha denunciado al mundo y nos ha hecho sentir con él que esas circinstancias no deben estar pasando en este siglo XXI.
Ese maestro ha demostrado que quiere a sus alumnos, que siente con ellos y que le duele lo que les pasa, ha demostrado que cree en la educación y no solo se dedica a transmitir conocimiento; los sentimientos y las emociones van educando al ser para llegar a transformarlo en un ser social y democrático. Hoy ha dado al mundo una verdadera lección de vida.